Por Claudia Hernández
Redacción Américas de Prensa Latina
San Vicente y las Granadinas tiene todo listo para acoger la cita de alto nivel el 1 de marzo, con la premisa de que sea un espacio de diálogo, permita profundizar la integración política, económica, social y cultural, además de consolidar los lazos solidarios y de cooperación entre las naciones de Latinoamérica y El Caribe.
Y es que en un contexto internacional complejo, la Celac se erige como plataforma regional dispuesta a garantizar la resiliencia ante un mundo de creciente rivalidad geopolítica, pero necesitado de alianzas estratégicas entre sus 33 Estados miembros, casi una docena de organismos a su favor y socios claves como China, la Unión Africana, India y la Unión Europea.
DE LA PROMESA AL COMPROMISO REGIONAL
México fue en 2010 el primer escenario donde se trazó el rumbo a seguir de este mecanismo de integración que, entre sus principales logros, valida la supervivencia y apego a los principios plasmados desde sus primeras declaraciones de los jefes de Estados y de los pueblos.
Un largo camino ha avanzado la Celac desde aquella I Cumbre realizada en Santiago de Chile en 2013; por entonces, ya era patente la plena solidaridad con el pueblo de Palestina y su causa, así como el repudio a los intentos de desestabilización cívico-militar en países de la región, entre ellos Haití, sumido actualmente en una grave crisis sociopolítica.
Las indudables cualidades de los Estados miembros como Cuba en defensa de la integración latinoamericana, distinguieron de manera especial a la Celac en su II Cumbre, realizada en 2014 en La Habana, la cual subrayó la necesidad de asumir la resolución de los conflictos desde el diálogo y la negociación, donde siempre se promueva la paz.
El período de Cuba en la presidencia pro tempore de la Celac dejó como legado más importante la defensa de la unidad dentro de la diversidad y, con ello, la declaratoria de la región como Zona de Paz al contribuir de manera decisiva a las conversaciones para la paz en Colombia.
En su agenda histórica, la Celac concibe tanto la concertación política como la efectiva superación de la pobreza y las desigualdades en la región a través de la colaboración económica, productiva, cultural y ambiental, por medio de políticas trasversales que apunten a la equidad con perspectiva de género.
Destacan de manera especial las consecutivas declaraciones contra el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el gobierno de los Estados Unidos contra Cuba y en aborrecimiento a los ímpetus de dominación y de renovación de la Doctrina Monroe.
Como voz central de la región, la Celac arribó a su III Cumbre en Costa Rica abocada a la unión y la madurez política, pese a los intentos de boicotearla y sabotearla con acciones subversivas contra los gobiernos democráticos de Venezuela, Argentina y Ecuador.
De cara a su IV Cumbre, esa última nación sudamericana conducida por el entonces presidente Rafael Correa, perfiló objetivos cuantificables del plan de Acción 2016 y una serie de directrices enfocadas a erradicar la pobreza extrema y asumir políticas para una migración segura a nivel regional.
Para 2017, los jefes de Estado y de gobierno de América Latina y el Caribe, reunidos en República Dominicana extendieron su apoyo a las iniciativas impulsadas para avanzar en los vínculos bilaterales entre Cuba y los Estados Unidos.
Al mismo tiempo, reiteraron su respaldo a Argentina en la disputa de soberanía sobre las Islas Malvinas, encomendando a la nueva presidencia pro témpore la reanudación de las negociaciones por una solución pacífica.
Si bien el foro presidencial con sede temporal en El Salvador para el lapso 2017-2018 se aplazó debido a la crisis que enfrentaba Venezuela ese año, en su lugar los ministros de Relaciones Exteriores concertaron un encuentro en Nueva York, en el contexto del 72 período de sesiones de la Asamblea General de la ONU.
En 2021, la VI Cumbre volvió a México, país comprometido con los sueños de unidad latinoamericana donde se gestó la simiente de la actual plataforma cuando 11 años atrás la denominada Cumbre de América Latina y el Caribe sobre Integración y Desarrollo(CALC) mostró el punto de partida necesario en la construcción de una agenda regional única.
La nación mexicana conducida por el presidente Andrés Manuel López Obrador asumió entonces el liderazgo pro tempore en medio de un escenario pospandémico complejo, pero fértil con vistas la reactivación del mecanismo de integración política al más alto nivel, sin dejar de lado el intercambio con socios extrarregionales y priorizando el vínculo en áreas claves.
Para su VII Cumbre, el bloque de 33 países celebró el retorno de Brasil con el presidente Luiz Inácio Lula da Silva encabezando el reforzamiento de las alianzas entre el gigante sudamericano y las naciones del Caribe, claramente soslayadas por su antecesor Jair Bolsonaro en su apuesta por excluir e ignorar el alcance internacional de ese organismo.
Argentina en su mandato afianzó el trabajo con los restantes países de la Celac en 15 ejes concretos de proyección bajo la dirección del presidente Alberto Fernández, quien avanzaría en el intercambio incluso con otras regiones a través del Foro China-Celac, y con la Unión Europea.
San Vicente y las Granadinas, en su calidad de presidente rotativo de la plataforma que es hoy la Celac, despide un año exitoso como segunda nación del Caribe que tomó las riendas del foro al mantener la preservación de la región como Zona de Paz y libre de armas nucleares.
La labor del primer ministro Ralph Gonsalves al frente del bloque continuó su actitud conciliadora al reunir a los presidentes de Venezuela y Guyana, Nicolás Maduro e Irfaan Ali, en la búsqueda de un entendimiento tras el alza de las tensiones por la disputada zona del Esequibo.
Este 2024, total atención merecerán asuntos medulares desde la perspectiva regional como la seguridad alimentaria, la salud y el cambio climático, así como la lucha contra la pobreza y la desigualdad con vistas a la venidera VIII Cumbre que tendrá lugar en la isla, la cual asume por primera vez la responsabilidad de organizar el cónclave presidencial
UNIÓN EUROPEA-CELAC, POR MÁS AVANCE Y DIÁLOGO
Desde Bruselas, líderes europeos, latinoamericanos y caribeños intentan concertar intereses comunes en torno al objetivo de “renovar la asociación birregional para fortalecer la paz y el desarrollo sostenible”, este último trazado en la cita del pasado año.
Dicho encuentro, segundo sostenido entre los dos bloques después de ocho años, señaló la ruta para definir estrategias novedosas en las áreas económica, comercial y de cooperación, aunque con el saldo pendiente de un diálogo más constructivo, basado en el muy necesario respeto a la soberanía de todos los Estados miembros.
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