Por Dai Liem Lafá Armenteros
Redacción de Cultura
Los mejores momentos del año los reservó del 6 al 28 de octubre para un vistoso programa que además de los bellos y clásicos ballets en puntas incluyó diversas actividades colaterales.
Entre estas se sumaron las charlas didácticas “Un encuentro con la danza, la técnica y los estilos”, a cargo del historiador del BNC Miguel Cabrera; y también las visitas a centros laborales, de estudio y otros sitios para retomar la iniciativa de los encuentros directos con la población impulsados por los fundadores, Alicia Alonso, Fernando Alonso y Alberto Alonso.
La Temporada de Jubileo contempló también exposiciones fotográficas, presentaciones de libros, encuentros con grandes figuras que integraron la compañía en diversas épocas, y entrega de medallas y cancelaciones filatélicas que rememoran grandes hitos de la más importante agrupación danzaria de Cuba.
Resaltó en los festejos el tributo a la prima ballerina assoluta Alicia Alonso con la escenificación del segundo acto del ballet “Giselle”, pieza para siempre unida a la artista desde hace 80 años, cuando debutó en Nueva York en el rol titular de esa obra maestra del Romanticismo.
Durante el primer fin de semana de octubre último, se estrenó el ciclo Coreógrafos cubanos, con interpretaciones de las piezas Rara Avis, de Alberto Méndez; La Cenicienta (Pas de deux), de Pedro Consuegra, inspirado en el cuento homónimo de Charles Perrault; Dionaea y Alfonsina, de Gustavo Herrera; Majísimo, de Jorge García; y Leda y el Cisne y Rítmicas, de Iván Tenorio.
Luego, del 12 al 15 de octubre le siguió el ciclo Leyendas, y las obras Bodas de sangre y Carmen. La primera, con coreografía del español Antonio Gades, narra la tragedia homónima escrita por Federico García Lorca, y ha sido uno de los grandes éxitos del BNC desde que se incorporó a su repertorio.
Carmen, inspirada en la noveleta homónima de Prosper Mérimée, ha sido una de las más importantes coreografías cubanas de todos los tiempos. La versión de Alberto Alonso revela las contradicciones esenciales entre la personalidad de la gitana, mujer rebelde y sensual, y las fuerzas de su época.
Del 20 al 24 de octubre subieron a escena clásicos bailados y versionados por Alicia Alonso como Coppelia, El lago de los cisnes y Don Quijote, trilogía que apoya el reconocimiento internacional del BNC como uno de los exponentes cimeros del romanticismo y el clasicismo danzarios.
El domingo 22 aconteció en la sala Covarrubias del propio teatro sede el concierto homenaje de la Orquesta Sinfónica Nacional por los 75 años de la compañía.
La gran gala se reservó para el 28 de octubre, fecha fundacional del BNC, con un programa conformado por un montaje mapping de Giselle, el más famoso de los ballets románticos, durante décadas interpretado magistralmente por Alicia.
Comenzó la noche con “La función se prepara…”, homenaje a todos aquellos trabajadores que de forma anónima contribuyen a hacer posible el espectáculo, así como al cuerpo de baile.
Durante la presentación se escenificaron también otros pasajes como “La muerte del cisne”, “Grand pas classique”, “Diana y Acteón” y “Muñecos”.
Además, el público pudo apreciar el cuarto movimiento de “Séptima sinfonía”, interpretados por Sadaise Arencibia, Anette Delgado, Grettel Morejón, Yolanda Correa, Dani Hernández, Yankiel Vázquez, María Luisa Márquez, Ányelo Montero, Alejandro Virelles, Ricardo Castellanos, Jorge Guerra y Víctor Álvarez, entre otros.
En la velada Viengsay Valdés interpretó “ParAlicia”, acompañada al piano por el maestro Frank Fernández.
Un emocionante momento fue la exhibición de un video homenaje a todos los primeros bailarines de la compañía en los 75 años de su historia, y luego como colofón aconteció el desfile de importantes figuras del arte del ballet en Cuba.
En la gala el maestro Yhovani Duarte dirigió la Orquesta Sinfónica del Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, en digno cierre de un festejo que dejará grabado en letras doradas el 2023 en la historia del BNC.
CARLOS ACOSTA TAMBIÉN CON FRUCTÍFERO 2023
El primer bailarín cubano Carlos Acosta, figura de relieve mundial salida de las filas del BNC y que participó en la gala por el 75 aniversario, también vivió un fructífero año al frente del Birmingham Royal Ballet (BRB) en Reino Unido, y de la compañía Acosta Danza, fundada por él en La Habana.
Multitud de homenajes y felicitaciones recibió Acosta con motivo de arribar a sus 50 años, aniversario festejado con jornadas de gala en la Royal Opera House de Londres, en las que participó un amplio elenco danzario y cada una cerró con la obra Tocororo, primera coreografía creada por el laureado bailarín.
Este artista cubano también inauguró en septiembre último, en el sureste de la capital de Reino Unido, el Acosta Dance Centre (ADC), institución que se erige hoy como lugar de referencia internacional para practicantes y profesionales creativos de la danza.
Según palabras de su creador, el ADC nació de su pasión por crear un lugar donde la danza pueda juntar a gente de todos los ámbitos de la vida, para celebrar la alegría y la creatividad a través del movimiento.
En octubre, en Cuba, surgió también Acosta Danza Yunior, una subdivisión juvenil de la compañía que dirige, conformada por bailarines recién graduados de la Academia.
Con la premier oficial fijada para febrero de 2024, el nuevo grupo artístico persigue una línea contemporánea, con clara influencia de la danza moderna cubana y los bailes folclóricos y populares de la isla, sin dejar de lado el desarrollo técnico del ballet clásico.
Y casi al cierre de 2023, Acosta anunció como parte del evento artístico NutcrackAR la nueva apariencia en realidad aumentada disponible para un ballet muy querido: Cascanueces.
Esta novedad fue materializada gracias a las maravillas de la tecnología, la cual permitió a los espectadores, usando un dispositivo inteligente, caminar alrededor de los accesorios y disfraces del espectáculo, y también en espacios reales de la ciudad de Birmingham.
Ante la vista de los espectadores resurgió el tutú del Hada de Azúcar y sus numerosas perlas y lentejuelas cosidas a mano, el abrigo fuertemente bordado del Rey Rata y el famoso árbol de Navidad, elementos mágicos del clásico navideño Cascanueces.
Carlos Acosta goza de un prodigioso virtuosismo que le permite situar con honores el nombre de la danza cubana en los más grandes escenarios del mundo.
Su obra se inscribió de manera especial en el Royal Ballet de Londres, agrupación que prestigió con su entrada en 1998, y en la que fue promovido a principal bailarín invitado en 2003.
Junto a esa compañía, su manifiesto talento le valió para ser reconocido en 2014 con la medalla de Comendador de la Excelentísima Orden del Imperio Británico, recibida de manos de la reina Isabel II de Inglaterra.
Un año más tarde se despidió de esa renombrada agrupación, pero no de la escena londinense, pues desde 2020 dirige el BRB y es miembro de la Junta de Gobernadores de The Royal Ballet School, entre otros compromisos.
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