Por Yosbel Bullaín
Corresponsal jefe en Nicaragua
La presidenta Xiomara Castro calificó ese fallo de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) como un acontecimiento patriótico, histórico, justo y legal, y afirmó que la justicia para el pueblo hondureño es no vender el territorio en partes, ni privatizar la soberanía.
En septiembre, el pleno de la CSJ, por mayoría de votos, declaró inconstitucional los Decretos 236-2012 sobre la reforma a los artículos 294, 303 y 329 de la carta magna hondureña, así como el 120-2013 que contiene la ley orgánica de las ZEDE, con efectos nulatorios por vulnerar artículos pétreos.
De ese modo, se cumplió una de las principales promesas de campaña de la primera mujer presidenta de Honduras.
RECUPERAR LA SOBERANÍA
Tras la decisión de la CSJ, el vicepresidente del Congreso Nacional Hugo Noé Pino expresó que los inversionistas serios y responsables saben que una parte de la nación no puede tener una moneda diferente a la del territorio nacional, ni su propia Policía o tipos de impuestos, lo cual debe establecerlo el país con la soberanía que lo caracteriza.
En ese sentido, la presidenta de la CSJ, Rebeca Lizzette Ráquel, señaló que con la derogación de las ZEDE celebraron un avance importante en la defensa del Estado de Derecho y la soberanía nacional.
“Este poder judicial reitera su compromiso de velar por el respeto a la Constitución y las leyes, asegurando que cualquier iniciativa de desarrollo económico o inversión esté alineada con los principios fundamentales que rigen nuestra democracia y protegen los derechos de todos los ciudadanos”, manifestó la magistrada.
Añadió que la implementación de las ZEDE suscitó preocupación sobre la capacidad del Estado para ejercer plenamente su autoridad en determinadas zonas del país, así como sobre el equilibrio entre la promoción de la inversión y el bienestar de los hondureños.
“La derogación de este marco nos brinda una oportunidad para replantear estrategias de desarrollo que beneficien de manera equitativa a la población, respeten nuestras instituciones y fomenten la transparencia”, subrayó Ráquel.
CONTRA LA INJERENCIA DE EEUU
Otro acontecimiento importante para Honduras en este calendario, fue la denuncia por parte de las máximas autoridades del Gobierno de un posible golpe de Estado.
La primera mujer presidenta de Honduras se manifestó en contra de la injerencia y el intervencionismo de Estados Unidos en el país centroamericano a través de su embajada y otros representantes, acciones que calificó de intolerables.
La reacción de Castro se produjo luego de que la embajadora Laura Dogu dijera a medios de prensa que en su país estaban preocupados por el encuentro en Caracas, Venezuela, entre dos altos funcionarios hondureños con el ministro de Defensa del país sudamericano, Vladimir Padrino.
Luego de esas declaraciones, Castro escribió en la red social X que la nación norteña agrede, desconoce y viola impunemente los principios y prácticas del derecho internacional, que promueven el respeto a la soberanía y autodeterminación de los pueblos, la no intervención y la paz universal.
A decir de la gobernante, ese ataque a Honduras no podía permitirlo porque debilita a la institucionalidad de las fuerzas armadas, y pone en precario el proceso electoral que se avecina.
Según Castro, su Gobierno fue amenazado por las mismas fuerzas del capital que hace 15 años dieron un golpe de Estado al entonces presidente Manuel Zelaya.
El hecho motivó que el Gobierno de Honduras diera por terminado el tratado de extradición firmado en 1912 entre Estados Unidos y el país centroamericano.
“Yo sí creo que eso es un mensaje para decir bueno sigamos trabajando juntos, pero pongámonos de acuerdo en el respeto mutuo de nuestros Estados y nuestros intereses comunes y respetemos las decisiones que tomamos como países y no tratemos de manipular situaciones que no son las correctas”, destacó el canciller Enrique Reina.
DOGU SIEMPRE MOSTRÓ INJERENCIA
Para el analista político Mauricio Hernández, la embajadora Laura Dogu siempre se mostró injerencista para desestabilizar Honduras.
En diálogo con Prensa Latina, Hernández recordó que la diplomática estadounidense se ha manifestado en contra de todas las políticas de cambio que impulsa el Gobierno del Socialismo Democrático dirigido por Xiomara Castro.
“Dogu se ha manifestado cuando se han querido renegociar contratos por el tema de la energía eléctrica, en contra de la Ley de Justicia Tributaria, así como de otros temas de política internacional como el caso de la agresión israelí en Palestina, eso también le ha molestado”, expresó. De acuerdo con el analista, la actitud de la embajadora no fue casual, pues todo estaba bien premeditado porque ya tenían un plan de golpe de barraca contra el jefe de las fuerzas armadas como un paso previo a un golpe de Estado.
“Si miramos y analizamos el panorama político en Honduras, te das cuenta de que todas las variables apuntaban a un golpe, porque inclusive hay sectores de la oposición que estaban pidiendo la renuncia de la presidenta”, destacó.
En ese sentido, hizo referencia a la presidenta del Consejo Nacional Anticorrupción, Gabriela Castellanos, quien en una carta abierta pidió la renuncia de la gobernante hondureña, cuya acción, a juicio de Hernández, también formaba parte del plan desestabilizador.
“Castellanos forma parte de un sector de la sociedad que vino para hacer oposición al oficialismo y es financiado directamente por Estados Unidos, por medios de esa supuesta transparencia internacional de esas ONG´s, cuyo dinero se utiliza para articular discursos de forma injerencista”, expresó.
La jefa de Estado llamó a la unidad de los militantes del partido Libre y a la organización del pueblo para defender la democracia, la soberanía y la dignidad de Honduras.
“Cuando un pueblo se levanta, cuando un pueblo se despierta con consciencia y sabe perfectamente cual es el camino para refundar nuestra patria, para llevarnos con dignidad, soberanía, con independencia, entonces surgen esas aves agoreras para detener esas acciones”, resaltó la dignataria.
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