La muestra, instalada en el capitalino Centro Cultural Borges, reúne a más de 40 artesanos y colectivos de 12 provincias de Argentina que exponen 70 piezas utilizadas en la época invernal para dar abrigo y resguardo.
Prendas, vestimentas, artefactos, muebles y otros objetos reflejan las tradiciones de esta ciudad, Catamarca, Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, La Rioja y Santiago del Estero, entre otros territorios, al tiempo que son ofertadas y comercializadas.
Ponchos, mantas, alfombras, yerberos, mates, máscaras, costureros, sillones, cestas y muchas más obras de marcas familiares, colectivos y cooperativas integran la iniciativa del Mercado de Artesanías Tradicionales e Innovadoras Argentinas (Matria), un exponente del desarrollo de las industrias culturales y creativas en este país.
Matria reconoce al artesano como trabajador, agente y productor de elementos de significación cultural e impulsa acciones para promover la comercialización de sus piezas, al tiempo que revaloriza y salvaguarda las técnicas y procedimientos de la creación tradicional, la innovadora, el arte indígena y el popular.
Aunque para algunos la perspectiva comercial puede atentar contra la pureza y valor de la creación humana, programas de este tipo intentan combinar y destacar lo mejor de ambos mundos.
Recientemente el ministro de Cultura, Tristán Bauer, abogó por implementar políticas públicas que valoren la dimensión simbólica del arte, pero también la material, la cual permite el fomento de las industrias culturales, imprescindibles para el desarrollo de la economía nacional.
Las industrias culturales generan sentido y trabajo, dos pilares fundamentales para la construcción de sociedades más justas y soberanas. Es necesario garantizar recursos que estimulen su crecimiento, lo cual también impacta en la matriz productiva potenciando un círculo virtuoso, afirmó.
Además, resaltó la importancia de rescatar las tradiciones y el patrimonio de todas las regiones de Argentina.
No debemos limitarnos a lo que ocurre en los grandes distritos urbanos. Nuestro potencial está, sobre todo, en aquello que sucede en el territorio, en los encuentros con los actores locales, señaló.
CONCRETAR PROYECTOS
Las acciones para concretar esos proyectos y fortalecer el sector son atendidas por la Secretaría de Desarrollo Cultural del Ministerio, dirigida por Lucrecia Cardoso, quien dialogó sobre el tema con Prensa Latina.
Nosotros trabajamos la dimensión económica, la cultura como producción y trabajo. Se trata de sentido, identidad y patrimonio, pero también de empleo, apuntó en declaraciones a esta agencia.
Esta vertiente es cada vez más importante, pues el sector crece más rápido que la media y genera la mayor parte del trabajo joven o el primer empleo en nuestro país y el mundo. Tiene áreas muy dinámicas con un alto potencial exportador, añadió.
En ese sentido, resaltó la relevancia alcanzada en los últimos tiempos por la economía del conocimiento, los videojuegos y la animación, entre otras especialidades que circulan también en el ámbito digital.
demás, precisó que los audiovisuales (cine, televisión, series, publicidad) generan alrededor del 38 por ciento de la economía cultural.
Esta Secretaría gestiona programas que van orientados a la dimensión productiva del arte en sus distintos sectores y segmentaciones. Las industrias culturales son muy diversas, pueden ser de circulación material o digital, independientes, impulsadas de manera cooperativa y asociativa o a un nivel industrial, explicó.
Cardoso indicó que desde su organismo se trabaja con creadores, productores, cámaras, asociaciones, sindicatos y entidades como la Sociedad de Gestión de Derechos, la Unión de Músicos Independientes y la Asociación de Teatros.
Hace un año y medio creamos una figura que es la cooperativa cultural y trabajamos junto al Instituto Nacional de la Economía Social para promover esa forma de organización en relación con la producción, afirmó.
También colaboramos con el circuito conformado por las escuelas, los centros independientes y otros espacios donde se imparten talleres, los cuales se convierten en la primera etapa de formación de lo que serán después las industrias culturales y el encuentro inicial entre ellas y la comunidad, apuntó.
La secretaria recordó que las industrias culturales y creativas se ubicaron entre las esferas más afectadas durante la pandemia de la Covid-19, pues la crisis y el aislamiento provocados por la misma incidieron en todas las etapas de los procesos productivos y de comercialización.
Para hacer frente a esa situación, fueron aprobados planes como Desarrollar, el cual permitió brindar apoyo y asistencia a 950 proyectos en toda la nación para que no tuvieran que cerrar.
Ahora se trabaja para la reconversión energética y la vuelta a la actividad. La cuarta edición de Desarrollar fue para revincular los espacios con las comunidades después de la pandemia. La quinta estará orientada a lo productivo, aseguró.
También señaló que el sector más industrial es beneficiado por la iniciativa Impulsar, la cual permitió enfrentar el riesgo que significaba regresar al mercado tras dos años de paralización.
Asimismo, explicó que se brindan asesoría y herramientas financieras y digitales a los creadores.
En la actualidad, no hablamos solamente de los problemas de conectividad, sino de la necesidad de poder transitar el espacio digital y lograr obtener ingresos mediante plataformas de ese tipo. En esa línea se trabaja interinstitucionalmente, dijo.
PROMOCIÓN DE LAS INDUSTRIAS CULTURALES
Según Cardoso, el programa principal de la Secretaría es el Mercado de Industrias Culturales (MICA), el cual reunió este año a 400 compradores y mil 500 productores de bienes y servicios.
No se trata solo del evento en sí, sino de todo lo que hay detrás, la plataforma desarrollada simula todos los módulos de un mercado, las rondas de vínculos y negocios, las clases magistrales, el trabajo de un año y la confección de un catálogo exportable de la cultura nacional, destacó.
El MICA se celebra desde 2011 para potenciar la producción, otorgar visibilidad, promover la comercialización, generar empleos de calidad y permitir a los emprendedores mostrar y desarrollar sus propuestas.
Además, apuesta por la integración regional, el desarrollo de la producción local, el intercambio de conocimientos y la articulación de vínculos entre representantes de sectores como el audiovisual, el editorial, la danza, el diseño, el folclore, la gastronomía, el teatro y los videojuegos, entre otros.
Considerado uno de los eventos de su tipo más importantes del continente, en mayo de este año reunió a representantes de 23 países en el Centro Cultural Kirchner e incluyó la realización de eventos como la V Reunión de Ministros del área de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, cuya presidencia pro tempore ocupa Argentina.
De acuerdo con Cardoso, tras el MICA nacional, se procede a un recorrido por varios territorios del país.
Además, la experiencia es llevada a una cita para el cono sur que debió realizarse en Uruguay, pero fue suspendida por la pandemia y se espera poder retomarla en 2023, en Chile.
Según la secretaria, las industrias culturales aportaron el 2,6 por ciento del Producto Interno Bruto nacional en 2019 y permitieron la creación de 310 mil puestos de trabajo directos.
En este sector todo lo producido tiene un enorme valor agregado. Se dice que es como el equivalente a las cataratas del Iguazú. La gente va a Misiones para ver ese fenómeno natural y viene a Buenos Aires por el teatro, la música y el arte en general, aseveró.
Los sectores son muy distintos entre sí y cada uno tiene agendas y desafíos, en especial los relacionados con la exportación y el mundo digital, el cual está transformando el mercado. Existe un proceso de adaptación al cambio que fue acelerado exponencialmente por la pandemia y continúa en la actualidad, concluyó.
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