La pandemia de Covid-19 afectó, desde febrero de 2020, el área creativa en el gigante suramericano y por ende a las actividades productivas con potencial para generar cuantía de mercado y producción de riqueza cultural y económica.
Sin embargo, a pesar de la crisis, un estudio de la Federación de las Industrias del estado do Río de Janeiro (Firjan) mostró que la participación del Producto Interno Bruto Creativo en el total del PIB brasileño aumentó aún más, pasando de 2,61 por ciento en 2017 a 2,91 en 2020.
Áreas como Tecnología y Consumo empujaron el avance, pero Cultura y Medios cayeron considerablemente, lo cual demuestra la complejidad y heterogeneidad de la Industria Creativa.
Organizado por Firjan desde 2008, la investigación tuvo como base datos del Ministerio de Trabajo y Previsión, y acompañó el desarrollo del área creativa, al verificar su representatividad, evolución y perspectivas de futuro en corto y mediano plazo.
Conocedores establecen que la Industria Creativa estimula la generación de entradas, crea empleos y produce ingresos de exportación, al tiempo que promueve la diversidad cultural y el desarrollo humano.
En ese sentido, la creatividad es la primera característica de la forma de producción de tales industrias, la cual puede ser definida como la expresión del potencial humano de realización.
“La industria cultural-creativa quedó marcada en Brasil tras los desdoblamientos ocurridos luego del emblemático movimiento artístico de la llamada Semana Sísmica de 1922”, explicó en exclusiva a la sección Escáner de Prensa Latina el artista de la plástica Wagner Barja, máster en Arte y Tecnología de la Imagen por el Instituto de Artes de la Universidad de Brasilia (UnB).
Señaló que en el presente año conmemoraron 100 de valorización de las referencias simbólicas de las culturas originarias de este país continental y mestizo.
“Durante y después de la Segunda Guerra Mundial, el país recibió una gran masa de inmigrantes -entre ellos trabajadores y empresarios- afectados por el conflicto mundial, trayendo en el equipaje, además de sus costumbres, sus culturas originarias que mezclaron aún más el horizonte humano de la cultura brasileña. Naturalmente, el desarrollo industrial transformó el escenario cultural de la nación”, precisó.
ARTE/INDUSTRIA
El también doctor en Ciencias de la Información de la UnB pormenorizó que, en el período posterior a la Segunda Gran Guerra, la cultura producida en la centenaria Escuela de la Bauhaus en Alemania, en fuga del nazismo, se instaló en los países del sur continental, aclimatándose a los trópicos.
“La naturaleza y la misión de la Bauhaus extendió sus vocaciones concentradas en los diversos lenguajes artísticos, incluso, haciendo valer sus fuertes relaciones con la arquitectura, la industria de los materiales de construcción y el diseño, aplicado a las fábricas de la manufactura automovilística, electrodomésticos, además de una extensa línea del esbozo de productos”, aseveró.
Todo lo anterior, agregó, creó de esta forma una apertura para la introducción del término arte/industria, ampliando el mercado de trabajo en Brasil, en época poco industrializada.
Barja acentuó que con la creación de la Primera Bienal de Sao Paulo, en 1951, se pavimentó el camino para el curso de un intenso intercambio global de las artes y de internacionalización de la producción artística en el país.
Reconoció que la industria cultural es muy compleja y amplia por abarcar innumerables lenguajes artísticos y formas de expresión.
“La economía de la cultura es tan compleja como el objeto de deseo de su público consumidor. Hay indicadores mercantiles de esa área que registran números expresivos de públicos interesados en el consumo de bienes culturales”, refirió.
Respecto a los puestos de trabajo relacionados con el mercado cultural, historió que “la gran mayoría de los consumidores de cultura cuando entra al teatro para ver una obra, no piensa que detrás de escena hay más personal trabajando, invisible en el escenario”.
Siempre sería bueno darse cuenta de que, en esta labor, los invisibles concurren, porque sin el texto del dramaturgo, el espectáculo tampoco existiría, detalló a Escáner.
Para el exdirector del Museo Nacional en Brasilia, tal razonamiento de cálculo relativo a las ocupaciones guarda relación con las cadenas productivas de la cultura; vale para la danza, la música, el circo, el cine, la literatura, así como para otras formas de expresión cultural y sus innumerables tipologías y especificidades.
“El campo es vasto y se amplió con el advenimiento de la era de la cultura digital, al abrir nuevos frentes de proyectos y puestos de trabajo para profesionales del sector”, admitió.
Pero, añadió, “no puedo dejar de hablar de la industria del Carnaval de Río de Janeiro, porque además de ser considerado el mayor espectáculo de la tierra, crea empleos durante todo el año”.
Esa icónica mascarada “es el espacio de la cultura que más remunera y distribuye renta en comunidades carentes y aborda temas en trebejos de interés público, además de contar la historia de Brasil para las masas”, notó.
Invariablemente proyectos culturales que lleven en su naturaleza y misión el deseo del público, solo pueden dar cierto e incidir de forma eficaz y positiva en la sociedad, reflexionó el profesor.
Narró que en su extensa carrera profesional, en el campo de la cultura y las artes presenció varios proyectos económicamente asertivos.
Puso como paradigma a Río y la creación del Museo de Arte y el surgimiento del Museo del Mañana. “El centro de la ciudad era anteriormente un área apenas comercial y sin vida nocturna útil, en la actualidad resulta la zona de mayor confluencia del turismo cultural”.
De igual manera, otros museos extrapolaron los territorios de sus urbes periféricas a las metrópolis hegemónicas de la cultura, para transformarse en centros de atracciones nacionales e internacionales.
Se puede citar el Museo de Arte Contemporáneo (MAC/ Niterói), proyecto del reconocido arquitecto Oscar Niemeyer que colocó a la ciudad en el mapa de las artes locales, nacionales e internacionales.
BRASILIA, MUSEO AL AIRE LIBRE
Según Barja, “el deseo de ser moderno aumentó en los corazones y mentes de los brasileños a partir de la creación de Brasilia, transfiriendo para el Planalto Central de Brasil su capital, antes situada en Río de Janeiro”.
Aunque ciudades centenarias de otros estados brasileños mantienen sus robustas dinámicas culturales, Brasilia, inaugurada en 1960, la ciudad más joven en recibir de la Unesco el título de Patrimonio Cultural de la Humanidad y considerada museo al aire libre, es el centro del poder político nacional.
En sus 62 años de existencia figura como escenario de grandes atracciones culturales, apreció a Escáner el profesor investigador del Museo de Educación del Distrito Federal (DF).
Valoró que la ciudad rebosa cultura, arte y conocimiento por todos los poros de su cuerpo en forma de avión.
“En una colaboración de la Universidad de Brasilia, inaugurada en 1962 y la Secretaría de Educación del DF se creó un modelo socio pedagógico de arte aprendizaje, así como para otras áreas del conocimiento, que involucró la enseñanza básica y superior”, recordó el experto.
De esta forma, remarcó, “Brasilia, pese al período nebuloso de la dictadura militar (1964-1985), protagonizó el escenario de la educación en Brasil”.
En el caso de estructuras académicas en la Educación Artística de la ciudad esencialmente concebida por Niemeyer, el estudioso destacó que la Universidad de Brasilia, con líneas de investigación en áreas de la Plástica y del Arte y Tecnología de la Imagen y del Diseño, forma y capacita a creadores para este mercado.
Asimismo, el Departamento de Música de la UnB y la Escuela de Música de la Secretaría de Educación del DF preparan profesionales de instrumental y canto, y la Facultad de Ciencias de la Información, FCI/UnB, ofrece el curso de Museología.
En similar arista, el educador acentuó que la Facultad de Artes Dulcina de Moraes adiestra a actores, artistas visuales y arte educadores. El Centro de Danza de la Secretaría de Cultura y Economía Creativa de DF instruye a profesionales del baile clásico y contemporáneo.
Igualmente, el espacio cultural Renato Russo/508 Sur capacita a profesionales de las artes plásticas, danza, cine, fotografía y video.
El doctor en Ciencias de la Información subrayó a Escáner finalmente que, respecto a las relaciones entre cultura versus naturaleza, en el actual contexto de la crisis ambiental, provocada principalmente por el desarrollo de la era industrial, resulta imprescindible pensar en políticas orientadas a la renovación de las matrices energéticas, para crear y producir arte y cultura en un entorno sano, inteligente y democrático.
La Industria Creativa tiene en Brasil el capital intelectual como bien tangible y la principal materia prima en la producción de bienes y servicios.
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