Desde los años de 1960 hasta la actualidad, con altas y bajas en sus vínculos, el gigante euroasiático -antes como Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y actualmente como Federación de Rusia- implementa mecanismos de cooperación en aras de aportar al desarrollo de las naciones africanas en sectores como el energético y el alimentario.
La confrontación con los países occidentales que durante años pretendieron subyugar al denominado continente negro para despojarlo de riquezas, tiene paralelismo en las intenciones de Estados Unidos y sus aliados por aislar del mapa geopolítico global a Moscú.
No obstante estas evidentes acciones, las autoridades rusas y en especial el presidente Vladimir Putin reconocen que África en su conjunto desde hace 60 años “se convirtió en símbolo de la victoria de los pueblos sobre el colonialismo, en la búsqueda de la libertad, la paz y la prosperidad”.
El embajador para misiones especiales del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, Oleg Ózerov, recordó en declaraciones exclusivas a Escáner que las luchas por la soberanía africana y para el logro de sus propias oportunidades de desarrollo data de la década de 1960 hasta principios de 1990, cuando Rusia junto a países latinoamericanos, en especial Cuba, se unieron y lucharon con los hermanos africanos para liberarlos de las cadenas neocoloniales.
“En ese momento la Unión Soviética tenía firmado acuerdos de cooperación social y económica con 35 países africanos, además, se erigieron cerca de 600 instalaciones industriales cuyas infraestructuras se completaron a mediados de los años 80, y al comienzo de la perestroika en la URSS se consolidaron entre 300 y 380 de estos proyectos”, confirmó.
El también jefe de la secretaría de la Asociación Rusia-África de la cancillería confirmó que en este periodo se construyeron varias plantas de energía, entre ellas, la central hidroeléctrica más grande del continente para entonces, posibilitando una generación de cifras significativas de gigavatios.
Asimismo, resaltó que otro de los sectores de amplia interrelación fue en la formación de profesionales altamente calificados, la construcción de centros docentes de educación superior y la llegada a la URSS de 100 mil educandos para cursar estudios universitarios.
“Después del colapso de la URSS, hubo una disminución en este volumen de cooperación, aunque nunca se detuvo, pero a partir de 2006-2008 comenzó la restauración de nuestra interacción con el continente africano. Muchas empresas rusas llegan a este mercado. Aunque, por supuesto, no al nivel que uno podría desear”, confirmó el diplomático.
En ese sentido, argumentó que la celebración de la primera cumbre Rusia-África en 2019, en la ciudad rusa de Sochi, donde estuvieron representados los 54 países africanos, con la presencia de 44 jefes de Estado, varios primeros ministros, viceprimeros ministros y ministros de Relaciones Exteriores, marcó el restablecimiento de un rico diálogo bilateral.
ENFRENTAR A OCCIDENTE
Ózerov explicó que, tras el inicio de la operación militar especial rusa en territorio ucraniano en febrero de 2022 -por dos razones principales: proteger a la población del Donbass de los ataques del régimen neonazi de Kiev, y garantizar la seguridad de la Federación Rusa luego de la declaración abierta de Ucrania de su intención de ingresar a la OTAN-, el Occidente colectivo abrió fuego abierto contra la economía del país eslavo.
“Inmediatamente después del inicio del operativo, todos los países del mundo, tanto latinoamericanos como africanos, fueron sometidos a las más severas presiones de los países occidentales, que comenzaron a presentar las acciones de Rusia no como una protección, del derecho a la legítima defensa, que realmente lo son”.
Esto se encuentra refrendado en el primer artículo de la Carta de la ONU sobre el derecho a la defensa individual y colectiva contra la agresión, especificó.
Al respecto, el diplomático añadió que intentan mostrar a su nación como el principal culpable del conflicto, y de esta manera buscan que todos los países a nivel global condenen incondicionalmente a Rusia y detengan todo contacto con ella.
“El objetivo está claro, presentar a Rusia como un Estado aislado en el mundo y así crear las condiciones para su destrucción y desmembramiento; ejemplo de esto son las declaraciones de la subsecretaria de Estado para Asuntos Políticos, Victoria Nuland, cuando dijo ante el Congreso de los Estados Unidos que la tarea de Occidente es infligir estrategias para derrotar a Rusia”, denunció.
El embajador aseguró que como bumerán a sus intenciones, ninguno de esos planes se han cumplido “gracias, entre otras cosas, a la posición adoptada por los Estados africanos, la cual consideramos muy equilibrada”.
En la mayoría de los casos, esta es una posición neutral. E incluso en aquellos en que, bajo la presión occidental, las naciones africanas se vieron obligadas a votar en contra de los intereses rusos y condenar sus acciones en Ucrania. Inclusive entonces entendimos que estas acciones fueron forzadas, argumentó Ózerov.
“La mayoría de los países, la gran mayoría de los países no se unieron a estas sanciones y se negaron a aceptar la versión de Occidente y Ucrania de que Rusia es un Estado imperialista, que se guía por los intereses de robar a otros países, y quiere apoderarse de sus recursos”, sentenció.
Ante este contexto el diplomático añadió que Occidente está intentando y con éxito, desafortunadamente hasta el día de hoy, saquear los recursos de África, devolviéndoles a penas el 0.03 por ciento por los enormes fondos que extorsionan a estos territorios.
Recientemente los africanos comenzaron a comprender que Occidente, al rechazar los hidrocarburos rusos, está tratando de extraer el de ellos para reemplazar el petróleo y el gas de Rusia. Una vez más, estos recursos no se utilizarían para el desarrollo de los Estados africanos, sino para alimentar a los europeos ricos, enfatizó.
COMERCIO MUTUAMENTE BENEFICIOSO
La pandemia de Covid-19 y luego las sanciones impuestas por el conflicto ruso-ucraniano, a juicio de Ózerov, no permiten el avance esperado en el comercio entre Moscú y África.
Al mismo tiempo, debemos entender que Occidente en realidad aisló a Rusia del sistema monetario y financiero internacional, la desconectó del sistema de mensajes financieros Swift y, de hecho, hizo imposible el uso del dólar en nuestras relaciones, explicó.
“Esto en cierta medida, contrario a lo planificado por ellos, nos ayuda a construir un nuevo sistema de relaciones con el continente africano, que no estaría atado a la moneda estadounidense, que se deprecia cada día”, detalló.
El embajador añadió que se trabaja en el alineamiento en el comercio en monedas nacionales, directriz que se lleva a cabo con países como Egipto, Sudáfrica, socios principales en el área, donde además se incluyen Argelia, Marruecos y Nigeria, entre otros.
El segundo problema que ahora estamos resolviendo, y creemos que se resolverá con éxito, es la creación de un nuevo sistema logístico para la entrega de mercancías de forma bilateral, acentuó.
“La tercera cuestión que debe solucionarse también es muy difícil, el establecimiento de comunicación aérea directa. Ahora estamos discutiendo todos estos temas con nuestros socios africanos. Y esperamos alcanzar los primeros resultados justo a tiempo para la segunda cumbre Rusia-África”, destacó.
Por otra parte, el diplomático resaltó que, pese a las acciones hostiles de Occidente, de prohibir la exportación de cereales y fertilizantes rusos conduciendo así a una crisis alimentaria global, el Gobierno del gigante euroasiático sigue dispuesto a entregar de forma gratuita a África cerca de 500 mil toneladas de granos, así como a suministrar aquellos fertilizantes que estén bloqueados en puertos europeos.
UNA CUMBRE NECESARIA
Del 26 al 29 de julio la ciudad rusa de San Petersburgo acogerá la segunda Cumbre Rusia-África, y el Foro Económico y Humanitario, eventos para los cuales Moscú preparó una serie de documentos discutidos con las naciones implicadas.
“De la manera más democrática, presentamos a los países africanos un proyecto de declaración final que define, en nuestra opinión de manera aceptable para todos los países del continente y Rusia, los principios de las relaciones en una nueva etapa en el desarrollo de la situación global.
“Se caracterizan por un cambio radical en el sistema de coordenadas internacionales, cuando los dictados de un país o un bloque de países occidentales se está convirtiendo en una cosa del pasado”, refirió Ózerov.
El diplomático también agregó que en el evento analizarán temas relacionados con la cooperación en materia económica, energética, seguridad, cuestiones humanitarias como el desarrollo de la ciencia, educación, salud, cultura y la utilización de la energía nuclear con fines pacíficos, entre otras cuestiones de la cooperación mutuamente beneficiosa.
“La cumbre se dedicará a fortalecer los Estados africanos. Y Rusia actuará como proveedor o abastecedor de esta soberanía. De hecho, históricamente desempeñó este papel cuando se estaban sentando las bases para la independencia de África y está lista para desempeñar este papel nuevamente”, sentenció Ózerov.
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