miércoles 17 de diciembre de 2025

Economía global en reconfiguración

La Habana (Prensa Latina) La reconfiguración actual del orden económico mundial consta de cinco procesos de transición: económica, tecnológica, política, geopolítica y cultural, explicó en esta capital la subdirectora del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial (CIEM), Jourdy James.

Por Teyuné Díaz Díaz

Redacción de Economía

En declaraciones a Prensa Latina, James detalló que la transición económica se aprecia en el desplazamiento del centro de gravedad de la economía mundial, desde las potencias centrales hacia las economías emergentes y en desarrollo.

La transición tecnológica -conocida como la cuarta Revolución Industrial- se observa en la automatización, en la inteligencia artificial y el desarrollo de las plataformas digitales.

En el caso de la política, precisó que existe un ascenso del protagonismo de los países del Sur global, mientras el centro de gravedad de la geopolítica mundial se desplaza del Occidente hacia el Atlántico y Pacífico.

Al referirse a la cultural o civilizatoria, comentó que en contraposición con la crisis del sistema del mundo moderno occidental, emerge un (re)ascenso del sistema de valores e ideas orientales.

Otro elemento de interés, acotó, es el progreso económico de China en medio de la pérdida relativa de hegemonía de Estados Unidos, pues en la nación norteña aún persiste su supremacía financiera y monetaria con el 59 por ciento de reservas de divisas del mundo en dólares (70 hace 20 años), así como el liderazgo militar.

James argumentó que los resultados del gigante asiático desde 2008 hasta 2022 superan a Estados Unidos en la economía mundial en cuanto al Producto Interno Bruto, en paridad de poder adquisitivo y en las exportaciones globales.

Escenario en el cual los países desarrollados pierden el monopolio en la producción avanzada de gama alta y servicios de alto valor añadido, al tiempo que resurgen nuevos actores globales, organizaciones no gubernamentales estatales y no estatales.

Actores emergentes como el Brics Plus, integrado por Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica, Irán, Egipto, Etiopía, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, juntos representan el 40 por ciento de la población mundial, el 25 por ciento del PIB del planeta.

El Banco de Desarrollo, ejemplificó, invirtió más de 30 mil millones de dólares en las pequeñas economías en desarrollo y aumento de la participación en número ámbitos de la gobernanza global.

Precisó que según estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), para 2028 el ranking de las principales economías mundiales será: China, Estados Unidos, India, Japón, Alemania, Indonesia, Rusia, Brasil, Francia y Reino Unido.

Esto, sumado a la actuación conjunta en el ámbito de negociaciones medioambientales, elementos que contribuyen a pensar que se abre una estructura de poder más compleja a nivel mundial: Norte Global-Sur Global.

James comentó que se aprecia el surgimiento de regiones emergentes como Asia-Pacífico, en ella aumenta el comercio y la inversión extranjera directa, se desarrollan iniciativas de alcance global como la Asociación Económica Integral Regional (RCEP) que une a 15 economías y posee el 30 por ciento de la población y del PIB mundial, y por supuesto, la iniciativa de la Franja y la Ruta de Seda.

En el caso de Eurasia, se estableció la Unión Económica Euroasiática que reúne a más de 182 millones de habitantes -alrededor de 2,0 por ciento de la población mundial- y un PIB de 2,4 billones de dólares, el 3,0 porciento del PIB global.

Por su parte, América Latina y el Caribe diversifica sus vínculos al tiempo que China gana protagonismo frente a Estados Unidos. Sin embargo, aunque la región enfrenta los desafíos de la integración, también posee oportunidades en minerales estratégicos y enfrentamientos geoeconómicos.

CRISIS ESTRUCTURAL Y DESIGUALDAD GLOBAL

James recordó que el planeta afronta la recuperación económica (2007) más débil desde 1930, en medio de una brecha digital creciente, pues 10 países generan el 90 por ciento de las patentes y el 70 por ciento de las acciones de tecnología avanzada, en cambio las naciones pobres aún no acceden masivamente a ellas.

La deuda mundial, otro elemento significativo, está ubicada en unos 338 billones de dólares (2025), cifra que representa más del 340 por ciento del PIB del mundo y, una vez más, los pobres son los más afectados al destinar cuatro veces más al servicio de esos compromisos que a la salud pública.

De ahí el creciente aumento de las brechas de desigualdad desde 2008, actualmente mil 700 millones de personas (20 por ciento de la población) vive en economías con alta disparidad, mayormente en América Latina, Caribe y África subsahariana, señaló.

Según datos de 2023, dijo, los 26 multimillonarios más ricos del mundo poseen 2,872 billones de dólares en riqueza, patrimonio que combinado supera todos los bienes y servicios producidos anualmente por la mayoría de las naciones.

En su análisis, James definió entre los ejes de la transición global el comercio, las finanzas y la cooperación. El primero, afronta una retracción mundial, la fragmentación de las cadenas globales de valor y el dinamismo en los servicios tecnológicos.

Sobre las finanzas comentó sobre la IED y el financiamiento a través de los conflictos geopolíticos, así como la insuficiente inversión en los Objetivos de Desarrollo Sostenible; la relevancia creciente de criptoactivos y el papel de las remesas en economías emergentes, particularmente en América Latina y el Caribe.

Al abordar la cooperación, mencionó que la Ayuda Oficial para el Desarrollo registra una reducción y la exclusión de la mayoría de los países en desarrollo de esa asistencia; la cooperación Sur-Sur y triangular; y la aparición de nuevos actores públicos y privados.

En medio de la actual reconfiguración del orden económico mundial, existe una complejidad geopolítica matizada por la guerra y los conflictos.

El conflicto ruso-ucraniano evidenció la ruptura histórica entre Europa y Rusia, y con ello también se aprecia una reconfiguración del suministro energético.

El genocidio de Israel contra Gaza transforma el Medio Oriente, el surgimiento de otras desavenencias no convencionales mediante ciberataques y desinformación, así como la lid por la influencia de Estados Unidos y China en la región Indo-Pacífico.

Un escenario global en el cual también se aprecia una multipolaridad emergente con la aparición de mayor número de actores: la Unión Europea, Estados Unidos y China, unido a otros protagonistas como India, Arabia Saudita y Turquía, entre otros.

Además está la configuración de bloques o redes de alianzas más diferenciados con un auge visible del regionalismo asiático, con bloques como la Asociación Económica Integral Regional (RCEP) -Australia, Brunéi Darussalam, Camboya, China, Japón, Laos, Nueva Zelanda, Singapur, Tailandia y Vietnam.

También, la Organización de Cooperación de Shanghai -China, Rusia, India, Pakistán, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Uzbekistán, Irán y Bielorrusia; y el Brics Plus.

Por otra parte, figura la firma de un Memorando de Entendimiento para establecer el Corredor Económico India-Oriente Medio-Europa entre Alemania, Arabia Saudita, Emiratos Árabes, Estados Unidos, Francia, India, Italia y la Unión Europea.

PRINCIPALES REALINEAMIENTOS GEOESTRATÉGICOS GLOBALES

En el panorama económico mundial también se observan realineamiantos geoestratégicos, entre ellos Rusia y China, una alianza estratégica contra la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), cuyo comercio bilateral en yuanes/rublos superó los 240 mil millones de dólares en 2023.

Además, Rusia tiene un acuerdo para la compra de gas y petróleo con China desde 2014, y tras las medidas coercitivas occidentales contra el país eslavo en 2022, el gigante asiático y la India emergieron como compradores de crudo.

Desde el Sur Global, dijo, Rusia es percibida como un contrapeso a la hegemonía occidental por naciones como Cuba, México y Nicaragua, Venezuela, Argentina y Brasil, que lo consideran como socio estratégico, miembro del Brics y el G-20.

Otro importante realineamiento es precisamente el bloque del Brics Plus, considerado como un desafío al Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, por promover el uso de monedas locales en el comercio bilateral.

En tanto el eje Rusia-Irán-China es triángulo geoestratégico que pretende hacer frente a la hegemonía occidental y fortalecer su influencia en Asia; a ello se suma el acuerdo entre China-Irán sobre petróleo, gas, infraestructura y tecnología.

Irán por una parte expande su influencia en Oriente Medio y África, mientras establece con Rusia pactos de cooperación militar, tecnológica y energética, enumeró.

Pero existen otros acomodos como la Iniciativa de la Franja y la Ruta de la Seda, Foro de Cooperación China-África y la Organización de Cooperación de Shanghái (China, India, Kazajistán, Kirguistán, Rusia, Pakistán, Tayikistán y Uzbekistán).

Son mecanismos alternativos al orden liderado por Occidente, ofreciendo financiamiento, infraestructura y cooperación tecnológica sin condiciones políticas, lo que atrae a países de África, América Latina y Asia, concluyó la experta.

arb/tdd

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