viernes 1 de agosto de 2025

Aprecia la FAO positivas perspectivas agrícolas mundiales

Roma (Prensa Latina) La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), presentó a mediados de julio, de conjunto con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), las Perspectivas Agrícolas Mundiales hasta el año 2034.

Por Oscar Redondo

Corresponsal jefe en Italia

La edición 21 de este análisis proyecta que en ese próximo período las economías emergentes impulsarán el crecimiento del consumo y la producción de alimentos de origen animal.

India y los países del Sudeste Asiático representarán dentro de 10 años el 39,0 por ciento del crecimiento del consumo mundial, en comparación con los 32,0 puntos porcentuales de la última década, mientras que la participación de China se proyecta en un porcentaje de 13,0 puntos, frente a los 32,0 de los últimos 10 años.

La ingesta calórica per cápita mundial de productos pecuarios y pesqueros aumentará un 6,0 por ciento, impulsada principalmente por un rápido aumento en los países de ingresos medianos y bajos, donde se prevé que el crecimiento alcance los 24,0 puntos porcentuales, casi cuatro veces el promedio.

Aunque este ascenso elevará el consumo mundial promedio a 364 kilocalorías (Kcal) diarias, se mantendrán las desigualdades, pues en los países de bajos ingresos, se proyecta que sea de solo 143 kcal, por debajo las 300 calculadas para una dieta saludable.

El director general de la FAO, Qu Dongyu, al dar a conocer el informe precisó que “estas proyecciones apuntan a una mejor nutrición para muchas personas en los países en desarrollo, un resultado positivo que debe ampliarse para llegar a quienes viven en los países de ingresos más bajos”.

Durante su intervención en la Cumbre de Sistemas Alimentarios de las Naciones Unidas, que sesionó en Addis Abeba, Etiopía, el director general de la FAO hizo un llamamiento a “una acción audaz, al aumento de la inversión y a alianzas más sólidas para acelerar la transformación de los sistemas agroalimentarios globales”.

En su discurso describió tres enfoques esenciales para impulsar ese esfuerzo que comenzó por el empoderamiento de los jóvenes como motor de la transformación de los sistemas agroalimentarios, e instó a tomar medidas urgentes para cerrar las brechas en educación, empleo y oportunidades de liderazgo juvenil.

En segundo lugar, se refirió a la ampliación de la innovación y la tecnología, como algo fundamental para superar las barreras sistémicas, en interés de acelerar la búsqueda de soluciones.

Significó que herramientas como la Perspectiva de Tecnologías e Innovaciones de Sistemas Agroalimentarios (ATIO), impulsada por la FAO, están ayudando a los países a identificar y adoptar innovaciones, como la agricultura digital, la aplicación de la Inteligencia Artificial y la agricultura de precisión.

Y en tercer lugar, enfatizó la importancia de fundamentar la transformación en el Derecho a la Alimentación, sobre la base de la transparencia, la participación, la rendición de cuentas y la inclusión.

Al dirigirse a los líderes mundiales, el alto funcionario aseveró que los sistemas agroalimentarios son fundamentales para abordar los desafíos globales interconectados, desde la inseguridad alimentaria y los problemas climáticos hasta la degradación ambiental y la desigualdad.

En las perspectivas para el año 2034, se proyecta que la producción mundial agrícola y pesquera se expandirá alrededor de un 14,0 por ciento hasta ese año, impulsada principalmente por un alza de la productividad en los países de ingresos medios.

Ese crecimiento, según el documento, implica un importante aumento tanto en los rebaños de animales como en las superficies de cultivo.

Según ese estudio, es necesario intensificar los esfuerzos para mejorar la productividad agrícola a fin de abordar el doble desafío de reducir tanto la desnutrición como las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) en ese sector.

Un análisis de escenarios sugiere que es factible erradicar la desnutrición mundial y, paralelamente, las emisiones directas de GEI agrícolas podrían bajar en un 7,0 por ciento con respecto a los niveles actuales.

Para ello se requieren inversiones combinadas en tecnologías de reducción de emisiones y una mejora de 15,0 por ciento en la productividad, lo que demandará la adopción generalizada de las tecnologías actualmente disponibles, como la agricultura de precisión.

También es necesaria la gestión optimizada de los nutrientes y el agua, conjugadas con prácticas escalables y de bajo costo, como la rotación de cultivos y el intercalado, lo que posibilitará una disminución en la intensidad del carbono en las emisiones directas globales asociadas a la producción agrícola.

Si bien se prevé que la producción de carne, productos lácteos y huevos aumente para 2034 en un 17,0 por ciento, las existencias mundiales totales de ganado vacuno, ovino, porcino y avícola solo crecerán en 7,0 puntos porcentuales.

Se espera que de 2025 a 2034 la producción mundial de cereales crezca a una tasa anual promedio de 1,1 por ciento, impulsada por un aumento anual de 0,9 puntos porcentuales, aunque la superficie cosechada se expandirá tan solo en un porcentaje de 0,14 puntos.

Dentro de una década 40,0 por ciento de todos los cereales serán consumidos directamente por los seres humanos, poco más de una tercera parte se utilizará para la alimentación animal, mientras que la producción de biocombustibles y otros usos industriales representarán el resto.

Se aprecia que probablemente, como resultado de las mejoras proyectadas para aumentar la productividad, se presionarán a la baja los precios reales de los alimentos.

“Contamos con las herramientas para acabar con el hambre e impulsar la seguridad alimentaria mundial”, y esta proyección pretende “apoyar a los responsables políticos de todo el mundo en estos esfuerzos con nuestros datos, análisis y recomendaciones basadas en la evidencia”, manifestó el secretario general de la OCDE, Mathias Cormann.

“La transformación no es una ambición lejana, ya está sucediendo”, afirmó Qu Dongyu en la reciente Cumbre sobre Seguridad Alimentaria, en relación con los esfuerzos para lograr tales objetivos.

Sin embargo, solo “el ritmo, la escala y la coordinación de nuestra acción colectiva determinarán si tenemos éxito, por lo que el desafío ahora no es solo la acción, sino la aceleración”, enfatizó el director general de la FAO.

arc/ort

RELACIONADOS