domingo 4 de mayo de 2025

Barrio Chino y Capitolio, palestra turística de Cuba (+Foto)

La Habana (Prensa Latina) La Habana, además de constituir eje administrativo de Cuba, reúne muchos encantos, entre ellos lugares como el Barrio Chino y el Capitolio, que contemplan historia, cultura y placeres sibaritas.

Por Roberto F. Campos

De la redacción de Economía

Esos lugares, en apariencia opuestos, sin embargo, poseen mucho en común debido a sus trayectorias, y reclamo de visitas sobre todo por viajeros llegados desde Europa.

Sitios un tanto mágicos, atesoran anécdotas e impacto a partir de su presencia en la historia cubana contemporánea.

En el caso del Capitolio de La Habana, las autoridades devolvieron su autoridad al sitio con su regreso a ser sede del Parlamento Cubano.

ESE BARRIO CHINO TAN COSMOPOLITA

Creado en 1874 a partir de la migración de chinos de San Francisco, Estados Unidos, el Barrio chino de La Habana se afincó en materia de comercio y servicios.

Allí ofrecieron y ofrecen servicios tiendas y lavanderías, farmacias y asociaciones que dieron abrigo a los procedentes del actual gigante asiático.

Por demás, se introdujeron técnicas de cultivo de hortalizas y ciertas maneras de comer que combinaron sus recetas con las ya existentes, tanto las traídas por los españoles que colonizaron el país, como sus esclavos africanos.

La laboriosidad de los oriundos del continente asiático, su tenacidad, hospitalidad, moderación y arraigo familiar se destacaron entre los modos de los habitantes de esa barriada que se asentó en las calles Belascoaín, Estrella, Amistad y San Miguel, en lo que hoy es el municipio de Centro Habana.

Su corazón lo constituye el espacio de las calles Dragones, Zanja y Salud, donde siempre se ubicaron los principales negocios de los provenientes del lejano oriente.

La prosperidad se hizo sentir en sus inicios y tuvo diferentes períodos de alzas y bajas, hasta una recuperación actual, cuando se organizan fiestas, actos culturales y se desarrollan prácticas deportivas chinas.

El cine Águila de Oro es uno de los más simbólicos de la ciudad, cuya persistencia dice mucho del carácter de los asiáticos, donde aún se proyectan filmes sin traducción al castellano, ahora con una galería.

Cada nuevo año lunar (2025 lo celebra la cultura china como el año 4723, de la Serpiente) constituye festejo constante en ese Barrio y por lo tanto atractivo especial para quienes visitan esa localidad.

Es un espacio privilegiado de La Habana, una ciudad que cada día más se parece a una Babel, por la presencia de personas de todo el mundo deseosas de comprender esta urbe tan cosmopolita.

EL CAPITOLIO DE LA HABANA, REMEMBRANZAS E HISTORIAS

Definido como una edificación típica del turismo cubano, El Capitolio de La Habana constituye hoy una especie de mito, cuando es frecuente que quienes se acercan a esa construcción, decidan tomarse una foto frente a su escalinata.

Con su cúpula marcando la silueta de una urbe moderna y cosmopolita, además posee el lugar un brillante indicador del kilómetro cero de las carreteras del país.

Destinado en sus orígenes al Congreso de la República, luego sede del Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), y ahora Parlamento, desde sus inicios fue uno de los edificios más representativos del país.

El inmueble ocupa una superficie de 388 mil 700 metros cuadrados entre las calles Paseo del Prado, Dragones, Industria y San José, y fue inaugurado el 20 de mayo de 1929.

En sus alrededores destacan lugares de interés como la Real Fábrica de Tabacos de Partagás (con posterioridad trasladada hacia otro sitio de la capital), el Parque Central, La Fuente de La India, y el Paseo del Prado o José Martí (en honor al Héroe Nacional Cubano).

Su construcción duró tres años, dos meses y días, y la dirección de las obras corrió a cargo del arquitecto Eugenio Raynieri Piedra. En esa edificación participaron ocho mil personas y el valor total llegó a 17 millones de pesos de la época.

Los historiadores recuerdan que hasta finales de los años 50 del pasado siglo funcionaron las Cámaras de Representantes del Senado en ambas alas del edificio.

Cúpula, escalinata y jardines constituyen toda una postal de La Habana. Las dos imágenes en bronce que custodian la entrada principal resultaron obra del italiano Ángelo Zanelli.

La escultura de la izquierda significa el trabajo y la de la derecha la virtud tutelar.

El interior también asombra a los visitantes, pues luego de ascender los 55 peldaños de la escalinata inicial descubren maravillas.

Hay tres grandes puertas, también de bronce, con 10 cuadros de bajorrelieve con la historia nacional representados.

Acto seguido, se llega al sitio más conocido mundialmente: El Salón de los Pasos Perdidos, con estilo ecléctico y al centro el brillante que marca el kilómetro cero de las carreteras de Cuba.

En ese mismo salón se encuentra la estatua de la República –también obra de Zanelli- de 49 toneladas de peso y 17 metros de altura.

Otros son los encantos añadidos del inmueble como los salones Baire, Bolívar, Baraguá, Yara, Jimaguayú, Martí, el Hemiciclo Camilo Cienfuegos, o las Escaleras del Honor, referencias a celebridades, y sitios de la historia de la Isla y América.

Adornado con galerías donde se imponen figuras, mármoles, espejos venecianos, maderas preciosas como la caoba, siluetas estilo rococó, a partir del renacimiento italiano o la Francia napoleónica, indudablemente su belleza obliga a la meditación.

arc/rfc

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