martes 22 de abril de 2025

Colaboradoras de Cuba en Angola: tras el accidente, la esperanza

Luanda (Prensa Latina) Casi un mes después del accidente que puso en riesgo sus vidas, las colaboradoras cubanas Ariana Fernández y Tania Zamora mantienen hoy una evolución favorable seguida de cerca en la clínica Meditex en la capital de Angola.

Por Karina Marrón

Corresponsal jefe en Angola

“Es fuerte recordar ese momento, pero es inevitable. Ya por lo menos puedo comenzar a hablar de eso”, confesó a Prensa Latina Zamora, quien se recupera de una fractura cerrada de húmero izquierdo que requirió cirugía.

“Había cosas de las que yo creía que no podría hablar y ya puedo hacerlo. La recuperación llevará su tiempo, pero yo creo que se puede”, comentó y relató cómo avanza en la rehabilitación y poco a poco gana movilidad, según las indicaciones de los especialistas de salud.

Fernández, por su parte, sufrió varios traumatismos: neumotórax con una contusión pulmonar y múltiples fracturas costales; también fue sometida a cirugía ortopédica para la fijación del fémur con lámina y tornillo; la reducción de una luxación posterior de la cadera izquierda y tiene dos fracturas de pelvis.

Su condición llegó a ser crítica, pero actualmente está sin oxígeno, no presenta fiebre, se sienta fuera de la cama y su evolución ha permitido desescalar la terapéutica con antibióticos y simplificar el tratamiento y los diagnósticos.

“Está en camino a la recuperación de la mayoría de las lesiones. Radiológica y clínicamente, el pulmón, que era lo más complejo, se ha ido resolviendo. Todavía está expuesta a una serie de complicaciones que se pueden suscitar a largo plazo, como infecciones asociadas al internamiento”, explicó la doctora Berta Suárez, especialista de primer grado en Medicina Intensiva y Urgencias.

EL ACCIDENTE

El 25 de marzo de 2025, alrededor del mediodía, las colaboradoras cubanas Yasmín Pérez, Norma Ruiz, Ariana Fernández y Tania Zamora abordaron el ómnibus que las trasladaría desde el Instituto Superior Politécnico de la provincia de Moxico, ubicado en la ciudad de Luena, hasta la residencia.

“En el asiento detrás del chofer iba mi amiga Ariana, la colega que está en terapia, y detrás de ella yo. Ese día íbamos solo cuatro cubanas, normalmente a esa hora el autocarro va lleno. Yo no iba prestando atención, hasta que sentí que Normita avisó: ¡Johnny el tren, Johnny el tren!, contó la doctora en Ciencias Pedagógicas Tania Zamora.

El ómnibus estaba en el paso a nivel, donde debía detener la marcha, pero no lo hizo, una precaución necesaria en todo caso, mucho más en esa área donde una arboleda resta visibilidad a los conductores.

“Cuando yo miré, ya lo que vi fue una cosa negra con rayas rojas y amarillas que no voy a olvidar nunca. Yo no creo haber perdido el conocimiento, pero sentí el golpe más grande que me pudiera imaginar. Me recuerdo a mí misma dando vueltas. Cuando caí, que terminé de dar la vuelta, yo misma me decía: ¡Estoy viva, estoy viva!”, recordó.

La profesora rememoró que comenzó a chequearse el cuerpo y a tratar de controlar qué podía mover, fue entonces que se percató de que su brazo izquierdo “ya no tenía forma”.

El brazo no demoró en doler, pero una de sus compañeras comenzó a tratar de calmarla y a asegurarle que la sacarían del vehículo, donde de las cuatro era la única, pues Fernández había salido proyectada tras el impacto, algo que contribuyó a la magnitud de sus heridas.

Sus colegas Pérez y Ruiz estaban golpeadas, pero menos, y ayudaron en el proceso. “Tengo una imagen bastante clara de una persona que ojalá un día la vuelva a ver, un angoleño que ayudó a sacarme junto a Yaimí y Normita, mis compañeras. Yo les voy a estar eternamente agradecida”, dijo Zamora a Prensa Latina.

UNA LUCHA POR LA VIDA

Hubo una gran movilización para socorrer a los accidentados, relató la profesora de Matemáticas, que refirió cómo las personas acudieron muy rápido y manifestó agradecimiento hacia todos los que sin conocerlas ayudaron.

“Los compañeros de Moxico les salvaron la vida”, valoró por su parte el doctor Nelson Parra, especialista de primer grado en cirugía general en la clínica Meditex, quien el mismo 25 en la tarde conoció del hecho y fue parte del primer contacto con los colegas que estaban atendiendo a las pacientes.

“Durante todo ese día tuvimos intercambios en varios momentos con los compañeros allá, hubo un momento en que hubo que reintervenir a Ariana, porque cayó en un estado de shock hipovolémico, dimos algunas recomendaciones y se decidió en horas de la tarde-noche que al otro día saliéramos para la provincia en el primer vuelo”.

Él y la doctora Suárez viajaron desde Luanda para unirse al equipo, al cual también se sumaron sendos especialistas cubanos de cirugía y cuidados intensivos de las provincias de Lunda Norte y Lunda Sur, pero el doctor Parra insistió en destacar la labor de los colegas ubicados en Moxico.

“Ellos fueron quienes las recibieron, atendieron, operaron, reintervinieron, hicieron todo lo que había que hacer. Nosotros fuimos a sostener, dar nuestra experiencia, discutir en colectivo”, detalló.

Resaltó que el cirujano general y el ortopédico del Hospital provincial de Moxico, donde las recibieron, son médicos jóvenes, cubanos, y se enfrentaron a la situación con gran altura.

En esas primeras horas tras el incidente se recibió ayuda de especialistas de otros hospitales para el área de cuidados intensivos y anestesia. Los colegas angoleños, desde el director del hospital hasta el último, hicieron todo lo que estuvo a su alcance sin escatimar esfuerzos, agregó.

La solidaridad se extendió a todos los miembros de la brigada cubana de colaboración, cubanos residentes allí que se ofrecieron a donar sangre, los locales que las auxiliaron al momento del accidente, las autoridades de la provincia, el jefe de la policía.

Igualmente se expresó en los integrantes de la Asociación de Exalumnos de Cuba, Caimaneros, y los representantes de distintas organizaciones; así como en la tripulación del helicóptero y todos los militares involucrados en el traslado de las pacientes a Luanda, que fue hecho en una ambulancia aérea.

El doctor Parra comentó que en el aeropuerto le explicaron que la operación fue seguida de cerca por el jefe del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas Angoleñas; en tanto uno de los pilotos incluso se mantiene en comunicación con los médicos para saber cómo evolucionan las pacientes.

“Las primeras horas son cruciales, llega un shock hipovolémico y si no se resuelve la causa del shock, nosotros no hubiéramos hecho nada”, ratificó la doctora Suárez al exaltar la labor del colectivo del Hospital Provincial de Moxico.

Sin embargo, comenzaron a aparecer algunas complicaciones en el caso de Ariana Fernández que hicieron temer otras mayores y decidieron solicitar el traslado a Luanda antes de que se volviera intransportable.

“Tomamos la decisión en el colectivo de solicitar la evacuación aérea. Se pidió el viernes al mediodía, desde el jueves estábamos discutiendo este tema”, recordó Parra. En horas de la noche del viernes 28 de maro se autorizó y el sábado 29 se realizó.

“Uno trata de buscar el mejor momento para el traslado, pero es tenso por la responsabilidad y por saber que pueden aparecer muchas complicaciones”, acotó la doctora Suárez, que detalló se trataba de una paciente todavía extremadamente grave, con peligro para la vida por la cantidad de traumas que tuvo.

En particular la contusión pulmonar, con un hemoneumotórax, complicaba el traslado, aunque ella no presentaba demanda ventilatoria, pero el solo hecho de volar a tres mil pies de altura por más de tres horas y media resultaba complejo.

La experiencia de más de 16 años trabajando en el Sistema Integrado de Urgencia Médica de Guantánamo, en Cuba, le permitió al licenciado en Enfermería y Máster en Emergencias Frank Duvergel convertirse en una pieza clave del equipo.

Por cosas del azar, Ariana fue la persona que lo sustituyó en Moxico como profesor de Farmacología cuando él asumió en Meditex la Unidad de Terapia Intensiva, de manera que la operación de rescate tenía también ese significado especial.

En Cuba he tenido experiencias, pero siempre son diferentes, porque lo primero que hay que ver es la seguridad, la escena, y Moxico es un lugar alejado, explicó.

“La paciente hizo su viaje con gran estabilidad, pero estábamos preparados para cualquier eventualidad y los pilotos siempre muy preocupados por lo que pudieran hacer para favorecer la operación. Esquivaron tormentas, bajaron, hicieron todo para que saliera bien.

“Moxico está a mil 400 metros sobre el nivel del mar y eso en los pacientes graves desempeña un papel que va en contra de su estabilidad por la falta de oxígeno y otros factores”, añadió.

CUIDADOS PARA SANAR

En Meditex, Ariana Fernández y Tania Zamora reciben mucho más que cuidados médicos, pues también tienen apoyo emocional.

En el caso de Fernández la evolución ha sido progresiva y lenta, pero muy favorable; ya fue despejada la duda sobre la existencia de tromboembolismo de grandes ramas, algo que mantenía preocupados a los médicos; fue retirada la sonda pleural, se le quitaron los puntos de todas las cirugías y tiene un buen estado general.

Zamora cuenta sus vivencias y agradece a todos: sus compañeras Norma y Yaimí que, pese a estar accidentadas velaron por ellas; a los compañeros del condominio donde vive; al personal médico de Moxico, incluidos el cirujano ortopédico que hizo una obra de arte en su brazo y el clínico coterráneo de Granma, que la suturó en medio de bromas para hacerla sentir menos mal.

Mencionó también a la tripulación del helicóptero, por sus constantes atenciones y a todos en la clínica Meditex, desde los que han tenido a su cargo la atención directa, como a quienes la han ayudado a peinarse, pasan a saludarla y conversar y a alegrarle el día.

Todos han desarrollado su papel, dijo y mencionó a Eli, Elina, Cary, Nina, el psiquiatra, el ortopédico que le da confianza en su recuperación, los directivos de Antex y el director de Meditex; pero especialmente resaltó a su familia, que le ha dado fuerzas desde el primer momento y mucho apoyo.

El hecho de mover el brazo, incluso un poco más de lo que le estaban pidiendo, la llena de esperanzas. Sabe que será difícil, pero aseguró que si de lo peor salió, esta etapa también la va a vencer.

arc/kmg

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