Por Isaura Diez Millán
Corresponsal jefe en China
En los últimos días han sido frecuentes las noticias sobre expulsiones del Partido Comunista (PCCh), destituciones o sentencias a exaltos cargos del país acusados de violar la ley y la disciplina.
Ejemplos recientes incluyen el caso de Tan Ruisong, expresidente de la junta directiva de la Corporación de la Industria de la Aviación de China.
También destaca la investigación contra Jiang Chaoliang, miembro del Comité Permanente de la XIV Asamblea Popular Nacional.
Los tribunales chinos han sido implacables en el enjuiciamiento de casos de corrupción.
En la región autónoma de Mongolia Interior, el exsecretario del Comité del Partido y expresidente de la Corporación Nacional de Petróleo de China Wang Yilin fue juzgado por soborno.
En Guizhou, Xiong Dewei, exsecretario general del Comité de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino, fue sentenciado a 12 años de prisión por el mismo delito.
Recientemente, Zhang Hongli, exvicepresidente del Banco Industrial y Comercial de China, fue condenado a muerte con suspensión de ejecución por recibir sobornos por más de 177 millones de yuanes (aproximadamente 24.8 millones de dólares)
TIGRES Y MOSCAS
Desde 2012, bajo la dirección del presidente Xi Jinping, el país implementa una campaña integral para erradicar prácticas corruptas en todos los niveles del gobierno y la sociedad.
La máxima dirigencia del Partido considera la corrupción una de las principales amenazas para la organización política.
Según datos oficiales, 58 funcionarios de alto rango fueron investigados el año pasado, mientras que más de 433 mil de menor rango resultaron sancionados.
Esta estrategia responde a la frase emblemática de la campaña: “tanto a tigres como a moscas”.
El analista Harvey Dzodin aseguró a Prensa Latina que Xi continuará con este esfuerzo y que China perfeccionará los mecanismos para capturar a criminales en el exterior.
Durante la XII Asamblea Popular Nacional se creó la Comisión Nacional de Supervisión, una entidad con un nivel jerárquico similar al Tribunal Supremo y la Fiscalía.
Esa institución tiene tres objetivos principales: supervisar, investigar y castigar a cualquier funcionario que ejerza el poder público
Para ampliar el alcance de la inspección, China estableció comisiones de supervisión en cada distrito, ciudad y provincia, incorporando las agencias anticorrupción ya existentes.
Asimismo, la denominada Sky Net nació en 2015 para capturar a funcionarios que intentan huir o se refugian en otros países tras cometer delitos de corrupción.
Esa operación se enfoca en rastrear a fugitivos implicados en la malversación de fondos o bienes de empresas estatales, de los sectores políticos, financieros, legales y de bienestar social.
También está destinada a detectar el uso de compañías en paraísos fiscales y las ilegalidades en las transferencias bancarias.
De acuerdo con datos oficiales, China aseguró el regreso de mil 306 fugitivos que habían huido al extranjero y recuperó activos ilícitos por un total de 15 mil 400 millones de yuanes (unos dos mil 100 millones de dólares) entre enero y noviembre de 2024.
SECTORES CLAVE BAJO LA LUPA
China amplió esa lucha a áreas clave vulnerables al fraude, como finanzas, energía, tabaco, productos farmacéuticos, deportes y proyectos de infraestructura.
Entre ellos, destaca el sector farmacéutico, con 52 mil casos presentados y dosmil 634 personas procesadas a la fiscalía.
En 2024, en comparación con 2022, los costos promedio de alta en los hospitales públicos cayeron un 5,7 por ciento, mientras que los costos de los medicamentos cayeron un 12,1 por ciento.
De acuerdo con la agencia de noticias Xinhua, el modus operandi de la corrupción ha pasado de formas tradicionales, como aceptar dinero en efectivo y sobornos inmobiliarios, a esquemas más complejos que involucran la adquisición de acciones y servicios pagados a cambio de beneficios ilegales.
Algunas prácticas corruptas se disfrazan cada vez más de actividades legítimas, como los préstamos privados y el comercio especulativo. Otras implican la recepción de activos a través de empresas fantasma o participaciones de terceros.
Además, algunos funcionarios pueden proporcionar beneficios mientras están en el cargo, pero solo aceptan sobornos después de la jubilación, lo que crea un retraso entre el acto corrupto y la recompensa.
OPINIÓN PÚBLICA
Algunos medios occidentales de comunicación cuestionan esta cruzada bajo el argumento de que se trata de un plan gubernamental para eliminar rivales políticos y hacerse del control de sectores clave del país.
Sin embargo, residentes como el jubilado Wu Lu destacan la importancia del control disciplinario y la solidez del proceso de inspección.
“Antes también había departamentos, pero tenían muchos inconvenientes. Por ejemplo, el jefe era quien hacía la supervisión, lo que significaba que se supervisaba a sí mismo. ¿Cuán fidedigno podía ser ese proceso?”, comentó.
Recordó además que en la época de Mao Zedong (1893-1976) existía un sistema triple de supervisión entre gobierno, partido y trabajadores, en el cual la clase obrera jugaba un papel clave.
Por su parte, el comerciante capitalino Feng Hai explicó que ha notado cambios positivos en su vida laboral. “Cuando empecé a ser comerciante, tenía que hacer regalitos a los jefes para facilitar mis negocios. Después de que inició la lucha contra la corrupción ya no tuve que prestar mucha atención a esa parte, entonces tengo más tiempo, dinero y energía para mi establecimiento”, dijo.
Sobre este tema, el presidente Xi Jinping dijo que la corrupción es «la mayor amenaza para el Partido y combatirla representa el tipo más exhaustivo de autorreforma».
También señaló que esta batalla sigue siendo «un reto grave y complejo» e hizo un llamamiento a fortalecer la determinación y la confianza en este sentido.
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