Por Oscar Redondo
Corresponsal jefe en Italia
Durante la primera reunión de su gabinete, Trump reafirmó que impondrá aranceles de 25 por ciento a las importaciones provenientes de la UE, lo cual agrava evaluaciones previas, que calculaban incrementos de cinco a 10 puntos porcentuales y confirmó que los gravámenes se aplicarán de manera general.
Una semana después de tomar posesión el magnate republicano estadounidense, el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación Internacional de Italia organizó una reunión dirigida a sopesar posibles acciones, para paliar los negativos efectos del proteccionismo norteamericano.
En ese encuentro con los representantes de grupos productivos, participaron ejecutivos de la Agencia para la Promoción Exterior y la Internacionalización de las Empresas Italianas (ICE), así como de la Agencia de Seguros y Servicios Financieros (SACE), y de la Sociedad de Apoyo a las Empresas (Simest).
También asistieron representantes de varias confederaciones, como la de la Industria Italiana (Confindustria), de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Confartigianato) y la de Agricultores Directos (Coldiretti), además de directivos de la Federación Nacional de la Industria Química (Federchimica), entre otras.
En el contacto se analizó la actual situación ante el efecto negativo que tendrán los aranceles norteamericanos, dado el hecho de que Estados Unidos es el primer socio comercial de Italia fuera de la UE y el segundo mercado de destino de sus exportaciones, que representan un 10,3 por ciento del total.
Se evaluaron otros mercados hacia los cuales dirigir el esfuerzo promocional italiano, y se identificaron los principales 14 destinos comerciales alternativos a tenerse en cuenta, entre ellos las naciones del Mercado Común del Sur (Mercosur), en América Latina, con actuales exportaciones por unos seis mil millones de euros.
También se valoró una expansión comercial italiana hacia países asiáticos como la India, Indonesia y Vietnam, mientras que entre los países del Golfo Pérsico se priorizará a Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, a la vez que se propone una mayor apertura hacia los Balcanes, y países africanos.
El canciller italiano, Antonio Tajani, alertó sobre los daños para Europa con el incremento de los aranceles de Washington ya que, según expresó, “ninguna economía del mundo está tan integrada como la de Estados Unidos con la UE”.
Tajani argumentó que las empresas europeas emplean en la nación norteamericana a 3,5 millones de personas, y un millón de puestos de trabajo en ese país dependen directamente del comercio con el denominado Viejo Continente.
“De todos los activos estadounidenses en el exterior, dos tercios están en Europa”, a la vez que el volumen del comercio norteamericano con los países de la UE alcanza 1,5 billones de euros, lo que representa 30 por ciento del intercambio mundial, por lo cual “hay mucho en juego para ambas partes”.
En el caso de Italia, sus inversiones directas en la nación norteamericana suman casi cinco mil millones de euros anuales, 27 por ciento del total, mientras mil 500 millones fluyen desde Estados Unidos hacia este país europeo, según un reciente reporte del Centro de Investigaciones de la Confindustria.
Las multinacionales norteamericanas presentes en suelo italiano, en cambio, son las primeras en términos de número de empleados, con más de 350 mil trabajadores, y aportan más de una quinta parte del valor añadido nacional y de gasto en investigación y desarrollo, aseveraron los especialistas.
Se destaca en particular la presencia de empresas estadounidenses en el sector manufacturero italiano, con más de 110 mil trabajadores, mientras en el de la electrónica y las Tecnología de Información y de las Comunicación (TIC), el 90,0 por ciento de las multinacionales no pertenecientes a la UE son de propiedad estadounidense.
Los expertos resaltaron que las exportaciones de este país están más expuestas al mercado estadounidense que la media de la UE, pues hacia el mismo se realiza el 22,2 por ciento de las ventas fuera de la comunidad regional.
Entre los sectores que más podrán sufrir se destaca el de bebidas, con un 39 por ciento, así como los de vehículos de motor y de otros medios de transporte, con 30,7 y 34 puntos porcentuales, respectivamente, apunta ese informe.
En 2024, las ventas italianas a Estados Unidos ascendieron a unos 65 mil millones de euros y generaron un superávit próximo a los 39 mil millones.
Solo el sector primario registra un déficit sensible para Italia en el intercambio comercial con ese país, sobre todo por las compras de gas natural para sustituir suministros rusos, las que ascienden a casi siete mil millones de euros, y podrían aumentar para equilibrar la balanza comercial.
Un reciente análisis elaborado por la Asociación para el Desarrollo de la Industria del Sur de Italia (Svimez), publicado en el sitio digital del diario Il Sole 24 Ore, consideró que el aumento arancelario estadounidense podría producir un colapso nacional.
Los expertos de la Svimez consideraron, basados en un posible incremento del 10 por ciento en los gravámenes, que los costos ascenderían a unos tres mil 800 millones de euros sobre el Producto Interno Bruto (PIB) italiano y de cinco mil 800 millones de euros sobre las exportaciones a Estados Unidos.
Sin embargo, el anuncio del presidente norteamericano de que ese incremento podría alcanzar 25 por ciento, puso en alarma de combate a este país y la UE en general, que ya valora posibles acciones de respuesta.
Trump consideró durante la primera reunión de su gabinete que “la Unión Europea nos está robando”, y argumentó que esas naciones “no acepta nuestros automóviles ni nuestros productos agrícolas, se aprovecha de nosotros”.
La Comisión Europea se apresuró a responder mediante un comunicado que “la UE es el mercado libre más grande del mundo y ha sido beneficioso para Estados Unidos”, pues las empresas norteamericanas han podido invertir y generar ingresos sustanciales, ya que la comunidad regional “es un mercado grande y unificado que es bueno para los negocios”.
La UE, según observadores, se está preparando para adoptar una línea dura y podría decidir una afectación de la importación de productos estadounidenses, así como dificultar a gigantes tecnológicos como Microsoft y Tesla el acceso a la contratación pública.
Como último recurso, podría activar su instrumento anticoerción, el cual permite a la Comisión Europea tomar medidas contra países fuera de la comunidad regional, utilizando medidas que van desde mayores restricciones comerciales, hasta algunas relativas a las inversiones y la financiación.
Riccardo Garosci, presidente de la Asociación Italiana de Comercio Exterior (AICE), subrayó que el proteccionismo de Trump “no beneficia ni a Estados Unidos ni a los demás países involucrados” y subrayó que la introducción indiscriminada de gravámenes provocará un aumento de los precios también para los consumidores norteamericanos.
Por lo pronto, Italia pone a punto su propio plan de medidas, con una mayor diversificación y ampliación de su comercio exterior hacia otros destinos, entre otras acciones, en medio de una verdadera guerra arancelaria declarada contra la UE por el actual gobierno norteamericano.
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