Las elecciones del pasado 29 de mayo, consideradas como las más disputadas de la historia reciente, con 70 partidos políticos, 11 candidatos independientes y 52 contendientes nacionales, concluyeron con 159 asientos en la Asamblea Nacional para el ANC, y un poco más del 40 por ciento de los 23 mil 292 distritos electorales.
Esto determinó que, aunque el partido histórico quedó confirmado como la principal fuerza política, también se vio obligado, por primera vez, a formar alianzas para gobernar.
Tras unos comicios que contaron con una participación del 58,6 por ciento de los 27,79 millones de electores registrados, según la Comisión Electoral Independiente (CEI), sucedió lo que parecía imposible 10 años atrás, que el ANC optara por una asociación con la conservadora Alianza Democrática (DA), que obtuvo 87 curules. No fue el único partido que se unió al llamado Gobierno de Unidad Nacional (GUN), sino que alrededor de una decena de formaciones políticas, con sellos tan diversos como el Partido de la Libertad Inkatha (IFP), GOOD, el Congreso Panafricanista de Azania (PAC) y Vryheidsfront Plus (FF+), se sumaron para conformar la séptima administración.
Pero tan variada composición creó desde el principio mucho escepticismo sobre el tipo de políticas y el rumbo que el país tomaría, dudas que se mantienen en la sociedad sudafricana incluso más de 100 días después y a pesar de los logros reivindicados por el presidente Cyril Ramaphosa y su Ejecutivo.
ECONOMÍA, ENTRE LA RECUPERACIÓN Y LA INCERTIDUMBRE
Para el Gobierno, una de las principales señales de que se avanza en la dirección correcta es la “creciente confianza en las perspectivas de crecimiento económico” del país, tanto entre las empresas como entre los inversores locales e internacionales.
Ramaphosa consideró que esto se hizo evidente en los encuentros sostenidos por él y el vicepresidente, Paul Mashatile, con líderes empresariales en China, Estados Unidos y el Reino Unido; así como en los resultados de un sondeo de la Oficina de Investigación Económica y el Banco Mercantil Rand.
De acuerdo con estas instituciones el Índice de Confianza Empresarial desde la formación de la nueva administración muestra un “optimismo cauteloso” sobre la mejora de las condiciones empresariales en sectores económicos clave, lo cual se sustenta fundamentalmente en cuestiones como la mejoría del suministro energético.
La implementación del Plan de Acción Energético Nacional ha dado resultados positivos, con la mejora en el rendimiento de las centrales eléctricas y la incorporación de nuevas capacidades de generación, a la par de acciones para erradicar la corrupción en la empresa electroenergética nacional, Eskom.
De igual modo, se trabajó en el desmontaje de los sindicatos criminales y protección de las centrales eléctricas contra sabotajes, lo que ha permitido salir de una profunda crisis de más de dos años con impacto en la economía.
Otro aspecto considerado como un indicador del “buen camino”, es el hecho de que el Banco Mundial hiciera recortes en las previsiones de crecimiento económico para el África Subsahariana, debido al conflicto en Sudán, pero mantuviera la proyección de Sudáfrica con un crecimiento del 1,1 por ciento en 2024 y del 1,6 por ciento en 2025.
También, la disminución del desempleo durante el tercer trimestre del año, al cerrar con un 32,1 por ciento frente al 33,5 del periodo anterior, gracias a un incremento de 294 mil personas empleadas, hasta alcanzar los 16,9 millones.
En este ámbito destaca igualmente una baja en la cifra de jóvenes desempleados y el incremento de los que se incorporaron a un puesto laboral, lo que permite que la tasa de desempleo juvenil disminuya del 46,6 por ciento en el segundo trimestre de 2024 al 45,5 por ciento en el tercer trimestre.
Completa el panorama la aprobación, a finales de noviembre por el Comité de Política Monetaria, de una reducción de la tasa de interés en 25 puntos básicos, hasta el 7,75 por ciento.
No obstante, el gobernador del Banco de la Reserva de Sudáfrica, Lesetja Kganyago, advirtió que las perspectivas de riesgo requieren un enfoque cauteloso, pues las tasas de interés globales podrían volver a subir.
Señaló como ejemplo la depreciación del rand frente al dólar, lo que demuestra cuán rápidamente los cambios en el entorno global pueden afectar al país.
“En el corto plazo, la inflación parece estar bien contenida. Sin embargo, las perspectivas a mediano plazo son muy inciertas, con importantes riesgos al alza. Estos incluyen precios más altos para los alimentos, la electricidad y el agua, así como primas de seguros y acuerdos salariales”, alertó.
A pesar de estos elementos, consideró que el país consolida una recuperación del crecimiento, después de un débil desempeño económico durante 2023 y el primer semestre de 2024, y señaló que se espera que en el corto plazo el producto interno bruto se beneficie de varios factores favorables, como una menor inflación.
Mientras los números indican mejorías, algunos problemas históricos imponen desafíos a la administración, como el suministro de agua potable en diferentes demarcaciones.
El crecimiento de la población, la carencia de plantas de tratamiento, de embalses, las conexiones ilegales, las fugas, el mal uso del líquido y las deudas municipales con las juntas de agua, que amenazan la viabilidad financiera de estas y de todo el sector, conllevaron a medidas de restricción del consumo en varios lugares.
Igualmente se estableció el Comité Nacional de Crisis Hídricas, encargado de desarrollar un plan de acción a partir del criterio de expertos.
Johannesburgo, una de las principales ciudades del país, es una de las que experimenta interrupciones cada vez más frecuentes en su suministro diario de agua, lo cual ocasiona grandes dificultades a sus habitantes y es un impedimento para el crecimiento económico; un ejemplo de la urgencia de esas acciones.
Asimismo, a pesar de la indudable mejoría en el servicio eléctrico, Sudáfrica tiene múltiples retos en esta área clave para el desarrollo, y si bien la apuesta es por las energías limpias, la necesidad de financiamiento para esos proyectos y las demoras en su ejecución pueden poner al límite a su fragilizado sistema.
TORMENTAS POLÍTICAS Y LIDERAZGO GLOBAL
No en balde, la energía es uno de los temas en la mira de la Presidencia sudafricana del G20 en este 2025. El país asumió la responsabilidad el 1 de diciembre pasado y significó se centrarán en los desafíos colectivos.
El presidente Ramaphosa dijo que el país usará este momento para impulsar más la incorporación de las prioridades de desarrollo del continente africano y del Sur Global en la agenda del bloque, y mencionó entre las acciones prioritarias el movilizar financiamiento para una transición energética justa.
Fortalecer la resiliencia ante los desastres naturales y establecer medidas para garantizar la sostenibilidad de la deuda de los países de bajos ingresos son otras líneas de trabajo, apuntó.
Sudáfrica aspira a dejar una huella a través de la Presidencia del G20, que consolide aún más su estatus en el escenario internacional, luego de un año donde ha tenido amplia visibilidad, no solo como miembro de los Brics, sino también como protagonista de una demanda contra Israel en la Corte Internacional de Justicia, por el genocidio contra el pueblo palestino.
Todos los planes, sin embargo, podrían verse dañados por la amenaza de tormenta que se cierne sobre el presidente Ramaphosa desde junio de 2022, cuando el exjefe de la agencia de espionaje sudafricana, Arthur Fraser, acusó al mandatario de ocultar a la Policía y la Hacienda un robo de casi cuatro millones de euros.
El incidente ocurrió en la granja de Phala Phala, propiedad del jefe de Estado y según declaró este, sucedió en su ausencia, pero la cantidad sustraída era mucho menor (580 mil dólares).
El tema propició la creación de una comisión independiente de investigación en el Parlamento, la cual aseguró que el presidente pudo violar varias leyes anticorrupción, sin embargo, el 13 de diciembre de 2022 la Asamblea Nacional decidió no remitir el informe y no avanzar con un juicio político, gracias a la mayoría parlamentaria del ANC.
Esa decisión atraviesa por un proceso de impugnación ante el Tribunal Constitucional, pues los partidos de oposición Luchadores por la Libertad Económica (EFF) y Movimiento de Transformación Africana cuestionan la legalidad del procedimiento.
La Fiscalía, por su parte, informó el 10 de octubre que no procesaría a Ramaphosa, debido a que la evaluación de todas las pruebas los llevó a la conclusión de que no existe base suficiente para sustentar el caso.
En tanto, el presidente sostiene que las investigaciones realizadas por agencias independientes de aplicación de la ley, como el Servicio de Impuestos de Sudáfrica, el Banco de la Reserva de Sudáfrica, el Defensor del Pueblo y la Dirección de Investigación de Delitos Prioritarios no encontraron irregularidades en su proceder.
El Tribunal Constitucional realizó las audiencias a finales de noviembre y aún no se pronuncia sobre el particular, pero de crearse una nueva oportunidad para un juicio político, habría que esperar para ver lo que sucede en un parlamento donde el ANC ya no tiene una mayoría absoluta.
Es el impacto de los cambios que dejó el 2024 en el extremo sur del continente africano.
arb/mv/kmg