domingo 22 de diciembre de 2024
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Cuba y Dominicana bajo la bandera de la solidaridad (+Fotos)

Santo Domingo (Prensa Latina) En un nuevo gesto de solidaridad con Cuba, la Asociación Dominicana de Profesores (ADP) realizó una gran campaña a nivel nacional para la recolección de ayuda a ese país, afectado por fenómenos naturales que dejaron considerables daños materiales.

Por Mariela Pérez Valenzuela

Corresponsal jefa en República Dominicana

Fotos: Luis Alberto Colarte y cortesía de la ADP

Prensa Latina visitó este fin de semana la sede central de la ADP, en esta capital, donde, desde hace varias semanas, decenas de personas están inmersas en el proceso de selección, organización y empaque de productos diversos llegados desde distintos puntos del territorio nacional.

El propósito es enviarlos en el menor tiempo posible “y con mucho sentimiento” al hermano pueblo, expresó a esta agencia Sixto Gabín, secretario de Asuntos Culturales y Coordinador de la Campaña de Solidaridad con Cuba de la ADP.

Gabín explicó que el comité ejecutivo de la institución gremial, presidido por Eduardo Hidalgo, constituyó una comisión para atender la preparación del donativo e instó a sus miembros a apoyar a los hermanos cubanos, quienes históricamente, dijo, han sido solidarios con nuestra nación y con la humanidad.

Junto a sus colegas, quienes a la llegada de Prensa Latina reforzaban los cierres de los frascos con líquidos y colocaban pegatinas para precisar el contenido de las cajas, el coordinador de la campaña valoró la positiva respuesta de los docentes, estudiantes y sus familias a esta ya histórica convocatoria.

Explicó que “el magisterio dominicano respondió con mucho entusiasmo, con mucho sentimiento, porque Cuba es solidaria con toda la humanidad”.

En ese sentido, mencionó que “algunos de nuestros estudiantes, hijos de docentes y los propios profesores estudiaron en Cuba”.

También, ponderó las relaciones de la ADP, constituida el 13 de abril de 1970, con la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) y los sindicatos de docentes de la isla.

“El respaldo procedente de las 174 seccionales que tiene el sindicato, tanto del norte del país, como de las provincias de la línea noroeste, noreste, sur, este y del Gran Santo Domingo llegarán a la isla con el abrazo solidario de nuestro pueblo”.

Señaló que todos contribuyeron a esta campaña con alimentos, artículos de aseo, útiles escolares, entre otros productos, pero más que las cantidades y su valor monetario, lo importante, manifestó, es el sentimiento que abriga este gesto del sindicato, constituido hace 54 años.

Gabín comentó a Prensa Latina que el comité ejecutivo aprobó, además, la donación de transformadores eléctricos a Cuba, golpeada por dos ciclones y un sismo, y en especial con limitaciones por el bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos, por más de seis décadas.

El cerco económico de Washington, expresó con convicción, agrava las condiciones de una nación que, con bloqueo, ha dado todo por la humanidad y que sin esa férrea medida daría mucho más.

OTRAS CARGAS LLEGAN A CUBA DESDE QUISQUEYA

El embajador de Cuba en la República Dominicana, Ángel Arzuaga, confirmó recientemente a Prensa Latina la llegada a La Habana de varias cargas procedentes de este país con alimentos y otros productos, resultado de la solidaridad, mientras se organizan otras entregas.

La Campaña Dominicana de Solidaridad con Cuba, la Universidad Autónoma de Santo Domingo, la Asociación Máximo Gómez de cubanos residentes, el Partido Comunista del Trabajo y otras agrupaciones políticas están enfrascados en la recolección.

VÍNCULOS HISTÓRICOS Y CULTURALES

A las dos naciones del Caribe las unen estrechas relaciones culturales e históricas.

De ello dan fe la presencia en Cuba del cacique Hatuey (1478-1512), quien encabezó una rebelión contra los conquistadores españoles en su comarca y se vio obligado a emigrar a ese vecino país.

Hatuey, considerado el primer jefe que luchó por la libertad de Cuba y conocido como el Primer Rebelde de América, fue condenado por los españoles a morir en la hoguera, por hereje y rebelde.

En la provincia de Santiago de Cuba se alza un monumento en tributo a quien se considera símbolo la resistencia indígena en América, y en 2010 se declaró el 2 de febrero como el Día de la Resistencia Indígena en su honor.

Las históricas figuras de José Martí, de Cuba, y Máximo Gómez, de República Dominicana, constituyen un símbolo de la unión patriótica y de amistad entre las dos naciones.

Gómez era un guerrero que utilizaba el machete como si en las manos atesorara un relámpago; Martí, un intelectual que a los 16 años de edad soportó la cárcel por sus principios políticos, que le hacían pensar en una Cuba libre.

Seis días después del 10 de octubre de 1868, cuando el patriota Carlos Manuel de Céspedes lanzó las campanadas de su ingenio azucarero La Demajagua para luchar por la independencia de Cuba, el dominicano Gómez se unió a sus tropas.

La guerra duró 10 años y Cuba siguió bajo el dominio de la corona española, pero Gómez nunca dejó de pensar que aquella tierra tan próxima a su país de nacimiento tenía derecho a ser salvada de la dominación extranjera.

Solo en 1884, Gómez conoció en persona a José Martí en Nueva York, donde este residía y conspiraba por la libertad de su patria.

No puede separarse al jefe militar dominicano de la historia de Cuba. La unidad nacional, avivada por el Partido Revolucionario Cubano (PRC) fundado por Martí en 1891, permitió el reinicio de la contienda libertadora el 24 de febrero de 1895.

Para sellar la unión entre aquellos jefes militares, Martí y Gómez firmaron en la localidad dominicana de Montecristi un manifiesto que constituía el programa de la Revolución.

COOPERACIÓN MÁS AMPLIA

A lo largo de los años, los vínculos entre La Habana y Santo Domingo se estrecharon con la colaboración deportiva y científica, los proyectos de cooperación en materia de educación, los intercambios académicos y los servicios médicos.

El politécnico Máximo Gómez, donado por el líder de la Revolución cubana, Fidel Castro, durante su visita a esta nación en 1998, es una hermosa obra, ejemplo del internacionalismo cubano en este territorio.

El joven revolucionario participó en 1947 en la Expedición de Cayo Confites, junto a otros jóvenes de América Latina decididos a luchar contra la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo.

Pasó medio siglo para que viajara a esta tierra. Entonces expresó: “No es nada lo que hayamos hecho por ustedes; es mucho lo que hemos hecho juntos, es mucho más lo que juntos debemos hacer en el futuro”. En ocasión de su visita oficial, el entonces presidente Leonel Fernández condecoró a su invitado con la Orden del Mérito de Duarte, Sánchez y Mella en el grado Gran Cruz Placa de Oro.

Al argumentar el otorgamiento a Fidel Castro de tan alta distinción, el exmandatario sostuvo que “ese joven rebelde a quien hoy reconoce el pueblo dominicano encarna la rebeldía y el desafío de dos grandes héroes de nuestra América, el Apóstol José Martí y el Generalísimo Máximo Gómez…”.

Al expresar su agradecimiento, el líder cubano significó que aceptaba la distinción como “reafirmación de los lazos indestructibles de hermandad que nos han unido y nos seguirán uniendo a lo largo de la historia, pese a todos los avatares e intereses de los que siempre han querido desunirnos”.

El estadista cubano no se equivocó. Los vínculos de fraternidad entre los dos pueblos siguen intactos y la solidaridad es recíproca.

arb/mpv

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