Por Deisy Francis Mexidor
Corresponsal jefa en Estados Unidos
Los designados no son ajenos. Buena parte de ellos desfiló con discursos en la Convención Nacional Republicana celebrada en julio. Queda claro que en este segundo mandato (2025-2029) Trump apostará por un equipo con denominador común: la lealtad a él por encima de todo y eso pasa por la fidelidad a su movimiento Make America Great Again (MAGA).
Además, por lo que se aprecia, obtuvieron su tajada multimillonarios donantes y figuras destacadas del controversial Proyecto 2025, una agenda ultraconservadora para un eventual gobierno republicano de la que Trump se distanció en su campaña electoral.
“Creo que la gente se desanima porque siente que la política es solo un juego de ricos y que las cosas realmente no van a cambiar”, advirtió el reverendo William J. Barber II, director fundador del Centro de Teología Pública y Política Pública de la Escuela de Teología de Yale, al comentar sobre el inminente regreso de Trump a la Casa Blanca.
Ahora que el proceso de transición de poderes avanza, muchos partidarios de la candidata demócrata Kamala Harris aún tratan de entender las fuerzas detrás de la victoria del republicano.
El religioso dijo en una entrevista concedida a la cadena estadounidense CNN estar “profundamente preocupado por este país” y advirtió que tanto el Partido Demócrata como el Republicano le fallan a la clase trabajadora.
“Estoy profundamente decepcionado de que haya alguien que escupe tanta violencia y crueldad, un abusador sexual (un jurado federal determinó el año pasado en un caso civil que Trump abusó sexualmente de una mujer en 1996 en la ciudad de Nueva York) que claramente no cree en el Estado de derecho. Miente, maldice y crea una lista de enemigos”, comentó.
Para que la gente diga que todavía lo apoya, hay algo profundamente mal en una gran parte del país. Y luego, lo que realmente me sorprende es la cantidad de personas que todavía eligen no votar, afirmó el también fundador del Repairers of the Breach, un grupo que capacita a líderes luchadores por la justicia social.
EL PRÓXIMO GABINETE
El presidente electo anunció, el pasado 13 de noviembre, uno de los principales puestos de su próxima administración: el senador de Florida Marco Rubio será su secretario de Estado.
De ser validado en el Senado, Rubio se convertirá en el primer latino en ocupar el máximo puesto diplomático de la nación. Hijo de padres inmigrantes cubanos y nacido en Miami hace 53 años, el senador floridano es uno de los más activos promotores de la política contra Cuba en el Capitolio.
Trump designó el propio 13 de noviembre al entonces representante de Florida Matt Gaetz, quien era miembro del ultraderechista Freedom Caucus en la Cámara Baja, como su fiscal general, pero días después decidió retirar su nombre ante la polémica que generó el nombramiento.
En su lugar Trump colocó a la exfiscal general de Florida Pam Bondi, de 59 años, quien permaneció en el círculo íntimo del exmandatario (2017-2021) durante años y defendió públicamente la “gran mentira” que impulsó en 2020, de que ganó de forma legítima el estado en disputa de Pensilvania frente al demócrata Joe Biden.
Otro que igualmente está en el ojo del huracán es el presentador de la cadena Fox Pete Hegseth, nominado por Trump para el cargo de secretario de Defensa.
Hegseth fue acusado por una mujer en 2017 de haberla agredido sexualmente, según un detallado informe policial que sale a relucir ahora, en el contexto de su eventual salto de una cadena de noticias a jefe del Pentágono.
Coincidentemente Gaetz, Hegseth y el mismo presidente electo han tenido problemas de faldas. Trump fue declarado culpable y sentenciado en enero a pagar 83,3 millones de dólares por difamación a una columnista de una revista que lo demandó por asalto sexual.
La escritora y periodista E. Jean Carroll denunció por la vía civil a Trump, a quien acusó de violación por un ataque ocurrido en la década de 1990 en el interior de una tienda departamental de lujo de Nueva York.
MÁS NOMBRES DE LOS LEALES
La exrepresentante Tulsi Gabbard (que cambió de demócrata a republicana) será la directora de Inteligencia Nacional; John Ratcliffe, el director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), y la gobernadora de Dakota del Sur, Kristi Noem, secretaria de Seguridad Nacional.
Mientras, Tom Homan será el llamado zar de la frontera con la nominación como director del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas; y el multimillonario Scott Bessent ocupará el puesto clave de secretario del Departamento del Tesoro.
También nominó a Sean Duffy como secretario de Transporte; Stephen Miller como subdirector de gabinete de Políticas de la Casa Blanca, y al representante republicano por Florida Mike Waltz como asesor de Seguridad Nacional.
Para la representante Elise Stefanik, de Nueva York, será el puesto de embajadora ante las Naciones Unidas, y Lee Zeldin administrará la Agencia de Protección Ambiental.
Trump hasta se inventó un nuevo departamento, el de Eficiencia del Gobierno que dirigirán el magnate Elon Musk y el empresario Vivek Ramaswamy; en tanto, el excandidato independiente Robert F. Kennedy Jr. recibirá su recompensa: será el secretario de Salud y Servicios Humanos.
Para secretaria del Departamento de Agricultura eligió a Brooke L. Rollins; a Scott Turner (un exjugador de la Liga de Fútbol Americano) lo designó secretario de Vivienda y Desarrollo Urbano; Howard Lutnick, secretario de Comercio; Chris Wright; secretario de Energía, y Douglas Collins, secretario de Asuntos de Veteranos.
Como secretaria de Educación designó a Linda McMahon, amiga y financiadora, y una ejecutiva sin formación docente ni experiencia profesional en la dirección de la política educativa, reseñó el diario The New York Times.
Marty Makary irá para la Administración de Alimentos y Medicamentos; el excongresista Dave Weldon como director de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades y el doctor Mehmet Oz administrará los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid.
Además, la doctora Janette Nesheiwat será la directora general de Salud; la representante Lori Chavez-DeRemer secretaria de Trabajo y el coautor del controvertido y conservador Proyecto 2025 Russell Vought dirigirá la oficina de presupuesto.
Por su parte, el exgobernador de Arkansas Mike Huckabee se desempeñará como su embajador en Israel; Steven Cheung será director de comunicaciones de la Casa Blanca y para secretaria de prensa reservó a Karoline Leavitt.
Leavitt, de 27 años, se desempeñó como portavoz de su campaña y a partir del 20 de enero de 2025 jugará uno de los roles más visibles de la nueva Administración.
También trascendió que Sergio Gor, el aliado de Trump, será su asistente y director de personal presidencial y que Susie Wiles, copresidenta de su campaña, fungirá como jefa de Gabinete en la mansión ejecutiva.
PARADOJAS DE LA DEMOCRACIA
“¿Qué tiene nuestra sociedad que puede ver a alguien que se inclina por el fascismo y no hay un esfuerzo total para llegar a las urnas y decir que no?”, se cuestionó el reverendo William J. Barber II en la entrevista con la CNN.
Si nos fijamos en los dos debates (presidencial y vicepresidencial de 2024), acotó, a ningún candidato se le preguntó cómo afectarían sus políticas a los problemas de las personas que mueren todos los días por la pobreza y los bajos salarios.
A ningún candidato se le preguntó si aumentarían el salario mínimo, que no hemos incrementado en 15 años, sentenció al recalcar que “los debates descartan a mucha gente”.
En el momento de escribir este artículo, Donald Trump ha recibido 76 millones 838 mil 984 votos (50 por ciento) y Kamala Harris, 74 millones 327 mil 659 (48.4 por ciento) en las elecciones presidenciales de Estados Unidos.
El recuento final de Trump será solo ligeramente superior que el total cuatro años atrás (74,2 millones de votos), pero Harris experimentó una caída que algunos expertos calificaron de “desastrosa” con respecto a los 81,2 millones de votos de Biden en 2020, y esto a pesar del hecho de que la población con derecho a sufragio aumentó en cuatro millones.
Más de 30 millones de personas pobres y de bajos salarios que viven en Estados Unidos no votaron el 5 de noviembre porque consideraron que nadie habló por ellos ni de sus problemas.
arb/dfm