Por Glenda Arcia
Corresponsal jefa en Argentina
En un acto considerado histórico, estudiantes, docentes, políticos, intelectuales, investigadores y trabajadores en general marcharon en Buenos Aires, Rosario, Mar del Plata, Tucumán, Córdoba, Santiago del Estero y otras provincias.
Desde la multitud que confluyó desde el Congreso hasta la capitalina Plaza de Mayo, sobresalían títulos como Nunca más (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas), Las venas abiertas de América Latina (Eduardo Galeano), Bestiario (Julio Cortázar), las biografías de Juana Azurduy y José de San Martín, textos de las materias impartidas en diversas especialidades y la Constitución Nacional.
También llamaron la atención los carteles con mensajes como: La educación nos hace libre, No hay libertad sin un pueblo estudiante, ¿!Voy a ser el primer ingeniero de mi familia!?, La conquista más grande de la gratuidad fue que la universidad se llenó de hijos de obreros, y Los lápices continúan escribiendo.
La demostración que ocupó las portadas de medios de prensa en varios países fue convocada por el Frente Sindical de Universidades Nacionales, la Federación Universitaria Argentina (FUA, que representa a más de dos millones de alumnos) y el Consejo Interuniversitario, que congrega a las autoridades de unos 50 centros de altos estudios.
Asimismo, participaron la Confederación General del Trabajo, las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, la Asociación Trabajadores del Estado, el Partido Justicialista, la Cámpora, la Unión Cívica Radical, la Central de Trabajadores (CTA) y la CTA-Autónoma, entre muchas otras organizaciones.
Asistió el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, y la iniciativa fue respaldada por los expresidentes Alberto Fernández y Cristina Fernández.
Desde el escenario, el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel instó a ciudadanos de todas las edades a defender la universidad pública, libre y gratuita, “una gran conquista del pueblo argentino a la que no renunciaremos”.
Ustedes nos dan mucha esperanza en la construcción de un mundo mejor. La educación es el presente y futuro de la patria, es la manera de formar hombres libres y no esclavos, afirmó.
Además, resaltó la necesidad de preservar el derecho a vivir dignamente, de manifestarse para que no mueran niños de hambre, no haya más despidos, no paren las obras públicas ni desatiendan la salud.
Por su parte, la integrante de la asociación Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora Taty Almeida expresó su respaldo a los estudiantes, profesores y organizaciones sindicales presentes.
La lucha no termina hoy. Hay que continuarla porque, si bien perdimos una elección, no nos vencieron. No bajen los brazos, tienen que hacer como nosotras desde hace 47 años. La única lucha que se pierde es la que se abandona. Hay que continuar resistiendo. Se lo decimos nosotras, las locas que, a pesar de los bastones y las sillas de ruedas, seguimos de pie, dijo.
Ver a tanta juventud es un aliento porque ustedes son el relevo. Quedamos muy pocas Madres y Abuelas, pero estamos tranquilas porque tenemos una militancia estupenda que significa compromiso, compañerismo, ayudar al otro, como lo hicieron los 30 mil detenidos-desaparecidos durante la dictadura (1976-1983), aseveró.
Estoy aquí por mi hijo Alejandro Martínez, quien estaba cursando primer año de Medicina en la universidad pública, y por aquellos que ya no están, añadió.
A su vez, la presidenta de la FUA, Piera Fernández, resaltó que la educación es la base de la democracia y el desarrollo social.
Las decisiones del Gobierno hacen que el desguace de las herramientas conquistadas sea prácticamente total. Se necesita presupuesto y políticas de bienestar para poder estudiar. Ante esto, asumimos la tarea de defender inclaudicablemente el acceso a la enseñanza de las grandes mayorías, señaló.
No queremos que nos arrebaten nuestros sueños: nuestro futuro no les pertenece. Somos orgullosos hijos de la universidad argentina, pública, gratuita e irrestricta en el ingreso, de excelencia, con libertad y equidad. Por eso, lucharemos, en una irrenunciable resistencia democrática y pacífica, por la educación que queremos, por el país que anhelamos, agregó.
Desde la llegada de la Libertad Avanza a la Casa Rosada, ocurrieron tres grandes manifestaciones: el paro general del 24 de enero, la marcha por el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia del 24 de marzo y la movilización universitaria del 23 de abril.
En cada una de ellas estuvieron presentes trabajadores, las Madres y Abuelas, asociaciones sindicales, defensores de los derechos humanos, políticos, representantes de la cultura, jubilados y jóvenes, pese a las amenazas de un protocolo antiprotestas fuertemente criticado.
Poco después, el 25 de abril, al inaugurar la Feria Internacional de Buenos Aires, el presidente de la Fundación El Libro, Alejandro Vaccaro, aseguró que asistir a ella es un acto de rebeldía y resistencia, y que ese espacio “será el eje central alrededor del cual girará el repudio de todas las fuerzas culturales a las políticas devastadoras que propone el Gobierno”.
Por su parte, la reconocida escritora Liliana Heker señaló que “pese al empeño gubernamental, no se ha podido conseguir una nueva y completa generación de ignorantes. Los jóvenes siempre estuvieron a la vanguardia en las luchas”.
Asimismo, advirtió que “en los momentos difíciles termina imponiéndose una lectura irrefutable de la realidad: la inducida por el hambre, por la angustia de ser despedido del trabajo sin razón y por cualquier injusticia que duele de cerca”. Ello encuentra su expresión en la calle, la que, pese a la intención oficial de demonizarla, es la voz de los que no tienen, de los que no son escuchados, señaló.
Recientemente, la Confederación General del Trabajo y otras agrupaciones convocaron a marchar el 1 de mayo y el 9 de ese mes tendrá lugar el segundo paro general organizado durante la gestión de Javier Milei.
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