Por Juan Carlos Díaz Guerrero

Corresponsal jefe en Venezuela

Tal y como lo pronosticó el presidente Nicolás Maduro en su investidura del pasado 10 de enero, este nuevo periodo presidencial será “el de paz, la prosperidad, la igualdad y la nueva democracia”.

Uno de los desafíos de estos últimos 12 meses fue el de avanzar en la transformación del Estado en uno verdaderamente democrático “de la gente, para la gente y con la gente, del pueblo, para el pueblo y con el pueblo”.

Aún con muchos problemas por resolver y conquistar en esa dirección, el Ejecutivo nacional y el Estado dieron pasos medulares con la aprobación de leyes en la Asamblea Nacional (parlamento) y decisiones políticas para, paso a paso y sin pausa, ir al empoderamiento de la clase popular.

Como elementos trascendentes puede mencionarse la trasformación del Sistema 1×10 del Buen Gobierno hacia su nueva fase Comunal, al quedar articuladas las cinco mil 336 Salas de Autogobierno con la Sala Nacional en el Palacio de Miraflores.

Esta estrategia, que se ha ido perfeccionado, busca un acercamiento más directo entre el nivel central y las comunidades para reportar, atender y resolver casos con capacidad de acción inmediata, además de dar respuestas políticas, sociales, policiales y militares las 24 horas del día.

Las cuatro consultas populares realizadas, una en cada trimestre, patentizaron la efectividad de este tipo de elecciones masivas, en las que el pueblo en sus comunidades eligió en forma directa y secreta sus proyectos, para luego votar por uno y con el presupuesto garantizado poder ejecutarlo.

Este año, a propuesta de Maduro, las gobernaciones y alcaldías comenzaron a financiar el segundo, de los siete proyectos más votados que permitirá al 31 de diciembre cerrar con importantes obras, de las cuales más 23 mil fueron ya inauguradas y otras 10 mil están en marcha.

Como concepto estratégico en la transformación y apalancamiento del Poder Comunal, el país se rige por la frase de Hugo Chávez “Comuna o Nada” que, en opinión del mandatario, se ha convertido en la “gran fuerza de construcción de la nueva sociedad, de la democracia directa de base, con el pueblo”.

En esa dirección, se dieron “pasos agigantados” en la conformación de cuatro mil 15 Comunas y cinco mil 336 Circuitos Comunales, cada uno con igual número de Salas de Autogobierno, que permiten la acción diaria para el desarrollo de las comunidades, que Maduro denominó: Gobierno Comunal de Transición al Socialismo.

ELECCIONES CONSTITUCIONALES REAFIRMAN REVOLUCIÓN

Trascendente resultó en el período la celebración de tres elecciones constitucionales, que cerraron un ciclo comicial de cuatro años, y apuntalaron en toda su magnitud la fortaleza de las fuerzas revolucionarias y chavistas, junto al Partido Socialista Unido de Venezuela, como vanguardia política del país.

Los sufragios regionales del 25 de mayo para elegir la Asamblea Nacional y gobernadores dieron una rotunda victoria del Gran Polo Patriótico Simón Bolívar (Gppsb) en el ámbito cualitativo y cuantitativo, donde el pueblo respondió con masiva asistencia a las urnas.

El coordinador del Comando de Campaña Nacional Ven25+, Jorge Rodríguez, reveló que, comparado con los comicios regionales del 2021, los de mayo representaron el 33,60 por ciento más de sufragios, mientras con las parlamentarias de 2020 fueron 700 mil más.

Esas cifras representaron más de un millón 300 mil votos y el Gppsb acaparó el 83,42 por ciento del total de sufragios.

En resumen, el Gran Polo Patriótico, integrado por el Partido Socialista Unido de Venezuela y otras 12 formaciones y movimientos políticos, logró dominar en el parlamento 256 curules de 285, cuyos diputados asumirán el próximo 10 de enero de 2026.

En el caso de las gobernaciones, las fuerzas revolucionarias y chavistas, ganaron 23 de las 24 gobernaciones, y arrebataron tres de las cuatro que estaban en manos de la derecha.

Algo similar ocurrió en las elecciones para elegir alcaldes y concejales, donde el Gppsb pasó a dominar 285 alcaldías (la oposición controló 50) de 212 que tenían en 2021, y que el presidente constitucional valoró del “mejor momento político de todos estos años de resistencia”.

“Hoy se abre el camino para las Siete Transformaciones que colocará a este país en la vanguardia revolucionaria del siglo XXI”, de la revolución socialista, la ciencia, la cultura y la seguridad social, aseguró Maduro.

El dignatario expresó que estaban “cerrando un ciclo” y subrayó que lo que viene ahora tiene que ser distinto, mejor, y convocó “a pasar a una etapa profunda y acelerada de construcción de un gobierno eminentemente popular”.

Para el mandatario, 26 años después y 33 elecciones celebradas, de las que las fuerzas revolucionarias y chavistas ganaron 31, la Revolución bolivariana demostró que tiene vigencia política, histórica y más poder que nunca antes y con un liderazgo colectivo y unitario”.

Este liderazgo se sintetiza en la perfecta fusión popular, militar y policial que, de manera articulada y uniforme, interactúa en todos los niveles de la vida política y social del país.

CONSOLIDACIÓN DE LA ESTRATEGIA ECONÓMICA

Uno de los grandes logros de Venezuela en el 2025 fue la consolidación de la estrategia económica con sus 14 motores productivos, que ha sabido, en estrecha alianza con el sector privado, solventar obstáculos impuestos por las más de mil medidas coercitivas unilaterales contra el país.

Estos están integrados a Hidrocarburos, Agroalimentario, Pesquero y Acuícola, Exportaciones No Petroleras y Minería y de las Industrias Básicas; Industria Civil y Militar, Turismo Nacional e Internacional, Construcción, Farmacéutico, Bolívar Digital, Banca y Mercado de Valores.

Además del Emprendimiento, Economía Comunal Socialista y Solidaria, Telecomunicaciones y Nuevas Tecnologías y Transporte y Vialidad.

Especial atención merece el Consejo Nacional de Economía Productiva, donde el Estado y los empresarios estrechan alianzas para empujar la economía, que Maduro califica como “un gran instrumento”.

Ajuicio del gobernante, este “ha sido el gran instrumento de consenso” para impulsar en un gran esfuerzo nacional el crecimiento de la nueva economía que apunta hacia una autosostenible, diversificada y productiva.

El objetivo central es tratar de transformar el modelo económico de 200 años, para alcanzar la plena soberanía y dejar atrás la renta petrolera.

“Esa economía ya resuelve, satisface y abastece las necesidades nacionales y apunta a convertir Venezuela en un eje exportador multidiverso por los productos y destinos” hacia el futuro, aseveró el dignatario.

Aunque no son pocos los retos aún por solucionar, como la contención de la caída de la moneda nacional ante dólar y la inflación, no es menos cierto que la implementación de esa estrategia se siente, inclusive, en la clase emprendedora, de la que más de un millón goza de créditos otorgados por el Estado.

Los números alcanzados este año son “impresionantes y motivadores”, sobre todo, si se analizan a partir del contexto histórico de los últimos años a nivel geopolítico y geoeconómico, como hemisférico y nacional, reflexionó el presidente.

Un dato que refleja la buena marcha económica es que Venezuela podría cerrar el año con un crecimiento del Producto Interno Bruno del nueve por ciento, que sería el más alto de América Latina y el Caribe, y entre los mayores del mundo, según sus autoridades, aunque Cepal la situó en 6,5 %, todavía la mayor de la región.

El presidente de Pdvsa Héctor Obregón comunicó que en 2025 la industria petrolera concretó 22 Contratos de Participación Productiva, de los que 13 ya están en proceso de negociación.

Revelador resultó que el abastecimiento interno con producción nacional alcanzó el 99,95 por ciento, gracias al esfuerzo y el trabajo diario que permitió derrotar al bloqueo y que sector como el agroalimentario va a llegar a 8,12 por ciento de crecimiento de su capacidad productiva.

Ese sector estratégico mantiene un crecimiento sostenido de 20 trimestres consecutivos y va acompañado de otros como el del comercio que aumentó en 13,5 por ciento la recaudación tributaria.

Maduro destacó que la economía está robusta pese a las presiones persistentes y con una política de distribución de la riqueza, “hemos aprendido a multiplicar lo poco que ingresa, satisfaciendo las necesidades internas y construyendo un modelo en equilibrio.

AMENAZA MILITAR, ROBO, PIRATERÍA Y SOLIDARIDAD MUNDIAL

El despliegue militar aéreo y naval de Estados Unidos en el mar Caribe a partir del 14 de agosto, bajo el pretexto de combatir el narcotráfico, elevó al máximo como nunca antes en 26 años de Revolución la escalada bélica contra Venezuela.

Ese período de 27 semanas, como parte de la presión de guerra psicológica, escaló con acciones violatorias del derecho internacional y de la Carta de la ONU, que incluyen las declaratorias, primero, del cierre total del espacio aéreo venezolano y luego de un bloqueo naval.

Por si no bastara, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó con invadir por tierra y ordenó la captura de todo barco que saliera de Venezuela cargado de petróleo, dos de los cuales sufrieron decomiso en alta mar por tropas estadounidenses al mejor estilo de corsarios y piratas del siglo XXI.

En el orden interno, lejos de amilanarse, la dirigencia de la Revolución convocó al pueblo a alistarse al Cuerpo Combatiente de la Milicia Bolivariana, a la que en solo dos días se incorporación en todo el país ocho millones 200 mil hombres y mujeres del pueblo para defender la patria.

Ese paso no fue formal, inmediatamente después, esos millones de milicianos recibieron adiestramiento en ejercicios en cuarteles y después en sus propias comunidades por la Fuerza Armada Nacional Bolivariana que, en toda esta etapa, desempeñó un papel esencial en la defensa de la soberanía junto al pueblo.

Esta etapa de agresiones ha servido como catalizador para consolidar la unidad interna, en detrimento de la ultraderecha nacional, prácticamente reducida a cero, como lo muestra el Consejo Nacional por la Soberanía y la Paz que se asentó como instancia permanente para defender la paz y la venezolanidad.

Los meses trascurridos consolidaron todavía más la fusión popular, militar y policial, que Maduro llamó “perfecta” y calificó “columna vertebral de la paz, la democracia y la Revolución”.

Del mismo modo en que se intensificaron las amenazas y agresiones contra Venezuela, la solidaridad mundial creció desde todas partes del mundo con la Revolución bolivariana, que se vio reflejado en los numerosos mensajes y eventos celebrados en Caracas.

Uno de ellos fue el Encuentro Parlamentario del Gran Caribe donde los delegados insistieron y ratificaron al Caribe como Zona de Paz; y repudiaron la presencia de efectivos y equipos militares letales y desproporcionados en la región caribeña.

Esa solidaridad se convirtió también en reafirmación de las alianzas estratégicas de la República Bolivariana con China y Rusia, y en la hermandad y cooperación con Irán y Cuba, ratificando con esta última como “la base más sólida de la reunificación de toda América Latina y del Caribe”.

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