Por Nara Romero Rams
Corresponsal jefa en Etiopía
Según Itefa, el CFA permitirá el establecimiento de la Comisión de la Cuenca del Nilo, considerado un logro histórico para Addis Abeba y los países ribereños que exigían justicia e igualdad de derechos en la utilización de sus riquezas naturales.
Recordó que anteriormente todas las leyes sobre la cuenca del afluente no eran inclusivas porque principalmente beneficiaban a los Estados río abajo e ignoraban a los de arriba como Etiopía y otros.
En ese sentido, instó a todas las partes involucradas a unirse al convenio e implementar fielmente sus principios.
“Me gustaría pedir a todos los Estados miembros, a nuestros hermanos egipcios y a nuestros hermanos sudaneses si tiene alguna inquietud con respecto al CFA, este todo incluido, pongámonos en contacto, hablemos de ello y utilicémoslo”.
Reiteró que todos pueden beneficiarse sin dejar a nadie atrás, enfatizando el compromiso de Addis Abeba de colaborar tanto con las naciones de aguas abajo como con las de aguas arriba.
Señaló que Etiopía está contribuyendo con más del 85 por ciento al agua del Nilo, pero “no teníamos nada que decir en el momento anterior”. Con el CFA, subrayó, los etíopes y otros países ribereños río arriba ahora pueden unirse para planificar el mejoramiento de sus intereses compartidos.
Por otra parte, el ministro africano reveló que la comisión funcionará de forma independiente, apoyará el desarrollo en toda la cuenca del Nilo y facilitará la implementación de proyectos desde el principio hasta el final.
El documento tiene alrededor de 15 principios, el primero centrado en cómo utilizarán las aguas para el desarrollo, el segundo “aborda la gestión de nuestros recursos hídricos, asegurando su sostenibilidad para las generaciones actuales y futuras y el tercero sobre el intercambio de información y datos entre los países de la cuenca”.
Sudán del Sur fue el último país en ratificar el CFA el 8 de julio pasado, sumándose a Etiopía, Ruanda, Tanzania, Uganda y Burundi.
MIRADA A LA LEGISLACIÓN INTERNACIONAL
El Acuerdo Marco de Cooperación del Río Nilo es una encarnación armoniosa y consistente de la ley de aguas internacionalmente aceptada, consideró Yassin Ahmed, director del Instituto Etíope de Diplomacia Pública.
A su juicio, el convenio que entró en vigor después de más de una década de negociaciones proporciona marcos legales vitales para la gestión de los recursos hídricos transfronterizos.
Ahmed comentó que el CFA se alinea con el derecho internacional del agua, que promueve la cooperación pacífica entre países y optimiza los beneficios socioeconómicos y ambientales.
Es crucial reconocer que el Consejo de Seguridad y las Naciones Unidas no pueden pasar por alto este acuerdo, ya que se basa en el derecho internacional del agua, recalcó.
Sobre los derechos históricos, el experto precisó que el documento aprobado, también conocido como Acuerdo de Entebbe, cuestiona reclamaciones anteriores y rectifica las desigualdades pasadas en el acceso a las aguas del Nilo.
Instó a Egipto a adoptar la cooperación regional con sus vecinos de la cuenca y manifestó optimismo con que se reconecte con la comunidad africana. Señaló que Etiopía sirve como puerta de entrada de El Cairo a África, una región de la que ha estado ausente durante más de cuatro décadas.
Según él, la era de monopolizar las aguas del Nilo ha terminado y el liderazgo egipcio debe reconocer los intereses compartidos con las naciones de esta cuenca, particularmente Etiopía.
ENFOQUE JUSTO
El profesor Yakob Arsanow, académico de Política Hidroeléctrica en el Departamento de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Universidad de Addis Abeba, declaró que el CFA marca el final de una era que defiende el beneficio de unos pocos países de este recurso hídrico compartido al garantizar un reparto equitativo del agua entre todas las naciones ribereñas.
“Un sistema de uso justo y equitativo del agua se establece a través de acuerdos firmados entre 1999 y 2010. Trece años después, cada país participante ha firmado el acuerdo, el cual ha sido ratificado por sus parlamentos”, afirmó.
Según el acuerdo, agregó Arsanow, se espera que los países involucrados adopten un marco legal que defienda sus principios, asegurando una distribución por igual y disminuyendo los derechos exclusivos anteriormente de unas pocas naciones.
Respecto a Egipto y Sudán, señaló que estos países históricamente han buscado utilizar las aguas del Nilo exclusivamente a través de sus acuerdos.
“Debido a que algunas partes, particularmente Egipto y Sudán, no aceptan el acuerdo, es posible que deseen continuar explotando los recursos hídricos únicamente para ellos mismos, argumentando que toda la riqueza hídrica les pertenece únicamente a ellos”, subrayó.
Advirtió que esa posición crea desigualdad entre los países y subraya la necesidad de un sistema de uso del agua legalmente sólido y justo para evitar conflictos.
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