Por Mario Hubert Garrido
Corresponsal jefe en Panamá
Las estadísticas oficiales reflejan una tendencia que preocupa: en 13 meses, de junio 2024 a julio 2025, varios expertos se cuestionan los “movimientos cosméticos” de las autoridades para administrar la deuda, una señal que genera desconfianza.
Según la Dirección de Financiamiento Público del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), el Estado se ha endeudado adicionalmente en más de cinco mil 700 millones de dólares en lo que va de la administración de José Raúl Mulino, desde julio de 2024.
En junio del año pasado el saldo era de 51 mil 813 millones de dólares, precisa el informe; y solo en los primeros siete meses de 2025, el incremento fue de tres mil 778 millones.
A juicio de analistas, a ello hay que sumarle la deuda de los proyectos llave en mano, lo que deben además las empresas donde el Estado es dueño, los compromisos generados mediante el mecanismo de Asociación Pública Privada (APP) y las cuentas por pagar a los proveedores.
Economistas como Ernesto Bazán alertan sobre la inclinación del actual Ejecutivo de pagar deudas del Estado con bonos.
A lo anterior se añade el pago por el Estado de 960 millones de dólares a la Caja de Seguro Social debido a la ley 462 que reformó el sistema de pensiones.
Sobre los pagos de compromisos con bonos, el propio Bazán indicó que cuando se cumple una obligación a través de un instrumento de deuda, se evita aumentar los gastos, ya que no hay un pago en efectivo, sin embargo, se aumenta la deuda.
En la práctica, evitas aumentar el déficit fiscal, pero aumentas la deuda directamente, es decir un “movimiento totalmente cosmético”, remarcó el experto.
CORTINA DE LAS CALIFICADORAS
Panamá recibió en la etapa importantes noticias. Por un lado, la calificadora de riesgo Moody’s mantuvo el grado de inversión, mientras que los bonos panameños mejoraron su posición dentro del Índice de Bonos de Mercados Emergentes (EMBI).
Con una perspectiva de crecimiento superior al cuatro por ciento, que no siente la mayoría de los panameños, se estima que la economía local pueda regresar a los niveles previos a la pandemia.
Pero hay tareas pendientes por resolver, como el desempleo- en el entorno del 10 por ciento-, la informalidad (casi 50 por ciento de la población económicamente activa), la baja recaudación fiscal y un elevado gasto estatal.
De acuerdo con René Quevedo, experto en temas laborales y asesor empresarial, la economía panameña ha enfrentado una fuerte contracción del consumo.
Su “epicentro” se encuentra en Panamá y Panamá Oeste, donde entre agosto de 2023 y octubre de 2024, según datos de la Contraloría General, se perdieron más de 125 mil empleos, así como 60 millones de dólares mensuales de masa salarial.
Según Quevedo, estas cifras representan el 47 por ciento de la contracción del consumo a nivel nacional en el primer semestre de 2025.
En ese sentido indicó que persisten riesgos para el proceso de consolidación fiscal debido a las rigideces del gasto público y la baja recaudación, por lo que se requieren medidas adicionales para acelerar el ajuste y contener el aumento de la deuda.
LISTAS GRISES
Panamá inició un proceso de fortalecimiento institucional con miras a la quinta ronda de evaluación del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), que se realizará en 2027.
De acuerdo con la superintendente de Sujetos No Financieros, Isabel Fernández, el objetivo de estas acciones es mantener los avances en materia de transparencia, prevención del lavado de dinero y financiamiento del terrorismo.
Fernández destacó que el país se encuentra en una etapa de consolidación tras haber salido de las listas de seguimiento del organismo internacional, y que actualmente las autoridades trabajan para reforzar los mecanismos de cumplimiento y cooperación interinstitucional.
También recordó que el Registro Único de Beneficiarios Finales, administrado por la Superintendencia, es una herramienta clave para garantizar la transparencia en la propiedad de las sociedades, un aspecto que el GAFI valora especialmente en sus evaluaciones.
Según las más recientes conclusiones del Consejo Europeo, la nación istmeña cuenta con un régimen de exención de ingresos de fuente extranjera perjudiciales, que aún no ha resuelto.
De otra parte, reconoció que Panamá se ha comprometido a abordar las deficiencias en su marco de intercambio de información, previa solicitud, identificadas por el Foro Global, además ha solicitado obtener una revisión exhaustiva antes del 17 de julio del próximo año.
La lista, que funciona desde 2017 y se actualiza cada seis meses, incluye aquellas jurisdicciones que incumplen los estándares de la UE en materia de transparencia fiscal, justicia tributaria o implementación de las normas internacionales para evitar la erosión de la base fiscal o el traslado de beneficios; y que además no dan pasos para atajar esos problemas.
En octubre de 2023, Panamá fue excluido de la lista gris del GAFI, al cumplir con una serie de parámetros y medidas para evitar el lavado de dinero, el financiamiento al terrorismo y otros delitos financieros, pero aún permanecía en ese tipo de listados fiscales del Viejo Continente.
La nación istmeña fue asociada a los paraísos fiscales desde el caso conocido como Papeles de Panamá, una investigación periodística internacional a inicios de 2016, y que se destapó por la filtración de documentos del bufete de abogados Mossack-Fonseca, cuya principal actividad comercial era crear y administrar sociedades offshore (fuera de la plaza).
MERCADO LABORAL
Sin dudas, en estos 12 meses el momento más crítico del mercado laboral panameño pasa por un desempleo escalando a dos dígitos y una informalidad de casi el 50 por ciento.
Para los estudiosos, la dramática situación es el resultado de la pérdida de miles de plazas, la contracción de la inversión y la alta dependencia del gasto público.
El experto laboral René Quevedo aseveró que con la excepción de los años de pandemia 2021-2022, se trata de la tasa de desocupación más alta en los últimos 20 años. Atribuyó la asfixia económica a la pérdida de inversión privada.
A su juicio, en los últimos dos años Panamá perdió 80 por ciento de las exportaciones y 70 mil empleos, 54 mil en la esfera de la minería y otros miles en la más reciente tensa situación tras protestas en la occidental provincia de Bocas del Toro, con la industria bananera.
Precisó que a la fecha alcanzó el 49.3 por ciento en la población ocupada no agrícola y que hay 771 mil informales.
Asimismo apuntó que la caída en las recaudaciones de los impuestos y la reducción del gasto discrecional (no esencial) han impactado directamente a las microempresas, ya que “si no hay chen chen (dinero) no hay consumo, si no hay consumo no hay venta, si no hay venta no hay ingreso y no hay empleo”.
APUESTA POR MERCOSUR
Pese a tantos problemas internos, Panamá se aferra a una mirada hacia afuera y convertirse en el centro logístico y de servicios en la región, en busca de beneficios generales.
En este diciembre Panamá ingresa al Mercado Común del Sur (Mercosur) como Estado Asociado, pero desde hace meses alista negociaciones para incrementar el intercambio con sus miembros plenos.
De acuerdo con el ministro de Comercio e Industrias, Julio Moltó, es vital el intercambio con los países miembros de la alianza: Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Bolivia.
Además, el Mercosur cuenta con seis Estados Asociados: Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú y Surinam.
En ese sentido, adelantó que se iniciará un proceso de negociación directa con cada uno de los países fundadores, aunque deberán establecer reglas de importación y exportación de forma individual, así como mecanismos de inversión y cooperación.
Con una población combinada de 308 millones de personas hasta finales de 2023, el Mercosur está entre las seis economías de mayor tamaño a nivel mundial en términos de Producto Interno Bruto (PIB).
No obstante, sus exportaciones han disminuido, al registrar una caída del cuatro por ciento en 2024 por la reducción en rubros como alimentos y maquinaria industrial, dos de sus principales bienes, según estadísticas oficiales.
En la última década, las exportaciones panameñas a los países del Mercosur han alcanzado los 62.6 millones de dólares, siendo Brasil el mayor receptor con 57.7 millones de dólares.
Panamá exporta principalmente desperdicios de aluminio, chatarra de hierro y pescado congelado al gigante sudamericano.
Entre 2014 y 2024, Panamá exportó a Uruguay 2.1 millones de dólares, principalmente camarones congelados y cacao.
Hacia Paraguay las ventas suman 1.5 millones de dólares, destacándose los despojos bovinos, mientras que el comercio con Argentina, el menor del grupo, alcanza 1.3 millones de dólares en 10 años, con productos como cacao en grano y derivados.
En 2023, Panamá importó bienes de los Estados fundadores del Mercosur, encabezados por Brasil, con un valor aproximado de mil 200 millones de dólares, principalmente en maquinaria, vehículos y productos químicos.
Argentina ocupó el segundo lugar, con 800 millones de dólares, enfocados en alimentos procesados, productos farmacéuticos y maquinaria agrícola.
Por su parte, Uruguay exportó al país canalero 150 millones de dólares en bienes, entre los que sobresalen productos lácteos, carne y productos de cuero, mientras que las importaciones desde Paraguay sumaron aproximadamente 100 millones de dólares, sobre todo de productos agrícolas como soja y maíz.
Aspira Panamá a convertirse en la plataforma de entrada de los productos del Mercosur a Centroamérica y el Caribe, al permitir al bloque abastecer a estas regiones que están más cerca geográficamente en comparación con Asia, uno de sus principales mercados.
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