Por Fausto Triana
Corresponsal jefe en España
Más allá de epítetos amables y bellezas contrastadas, Sevilla acaricia hoy el sueño de consolidarse con su área metropolitana como ciudad atractiva y sostenible.
Sería imposible resumir a la capital de Andalucía en detalles. La Torre del Oro, el Puente y Barrio de Triana, la Catedral y la Giralda, la Plaza de España, el Alcázar, el Archivo de Indias o el Parque María Luisa, deslumbran entre sus lugares más emblemáticos.
Gracias al carácter navegable del río Guadalquivir, que atraviesa parte de la urbe, cuenta con un puerto a unos 90 kilómetros del océano Atlántico.
Su nombre proviene probablemente del fenicio Hisbaal o de la lengua indígena tartesia Spal, que significaría tierra llana. Luego los romanos le dieron el acento latino y la denominaron Hispal, después Hispalis, lo que explica el gentilicio de hispalenses para los sevillanos.
Sin embargo, el nombre de Sevilla se afincó a partir de la época andalusí, cuando los musulmanes en la Edad Media bautizaron a la ciudad como Ishbīliya, que derivó finalmente al actual.
SEVILLA CITY ONE
Pedro Salvador Albiñana, presidente de Sevilla City One, dijo en exclusiva con Prensa Latina que se trata de una iniciativa que en su segunda edición busca impulsar las potencialidades de la capital de Andalucía y sus ciudades aledañas.
Busca ser un emporio de inversiones sostenibles y neutralidad climática en el sur de Europa, y deja a un lado promesas y palabras. Destacan hechos tangibles que se aprecian en la propia urbe y la zona metropolitana de Dos Hermanas, La Rinconada o Alcalá de Guadaíra, que suman más de millón y medio de habitantes.
“Hay que trabajar definitivamente en la innovación, uno de los grandes sectores productivos en la ciudad. Contamos con un parque Científico-Tecnológico, el mayor de España, que congrega muchas empresas y facturación; y lo que debemos aprender es que todas estas infraestructuras de energías renovables, sean cada vez más accesibles y más rentables”, comentó Albiñana.
Ante otra pregunta de Prensa Latina, abundó que ese es el camino a seguir, “pero no sólo en el dominio de la energía, sino con un segundo impacto, que nos hace autosuficientes. Hemos visto que la globalización nos ha traído muchas ventajas, aunque asimismo algunas debilidades”.
La dicotomía entre los patrones de consumo y la voluntad de Sevilla de alcanzar la neutralidad climática antes de 2030, es un tema sustancial en las ideas que lidera este hombre de negocios andaluz.
“Debemos hacer un esfuerzo todos los países por generar energía limpia, pero igualmente auto producir, junto con el desarrollo armónico inmobiliario, economía circular, innovación y planificación urbana (…), es decir, valernos de muchas para que la transformación sea integral”, remarcó.
Preguntado sobre las bondades que ofrece esta región del sur de España y particularmente su capital, Albiñana no ocultó su orgullo, como no podía ser de otra manera, al hablar del lugar.
“Sevilla ha demostrado en sus tres mil años de historia que ha sido siempre atractiva; es una sucesión de capas de diferentes civilizaciones, porque era puerta de mar, el fin de ese primer mundo conocido, superado el estrecho de Gibraltar”, argumentó.
Finalmente, se refirió al centenario dentro de cuatro años de la primera feria iberoamericana de 1929.
“No solo transformó todo el parque monumental de la urbe con edificios de diferentes países hermanos, sino también la ciudad tradicional que era insalubre o el casco histórico que había envejecido mal y renovó sus infraestructuras, el cual es uno de los más atractivos a nivel internacional”, concluyó.
Cultura, historia, desarrollo científico e industrial, son las excelencias que promueve la iniciativa con una proyección multifacética hacia 2030 y más allá.
Álvaro Jesús Pimentel, vicealcalde de Sevilla, y Francisco Morcillo, director de estrategias de Sevilla City One, destacaron la importancia del evento como promotor de una ciudad que aspira a la descarbonización y trabaja para confirmarse como una de las 100 ciudades del mundo descontaminadas.
CIENCIA Y TECNOLOGÍA
El parque aeroespacial de la Rinconada, Sevilla, es uno de los proyectos de desarrollo científico más importantes no sólo de la ciudad, sino también de España.
Drones con programas de detección de averías, intrusos o personas desaparecidas, se inscriben entre los aportes de la firma CATEC en La Rinconada.
Va mucho más allá y alcanza un nivel superior en el Centro Avanzado de Tecnología Aeroespacial (CATEC), que se ocupa también de la creación de software para supervisar las necesidades de los cultivos, las fugas de petróleo en una refinería o daños en puentes en zonas de difícil acceso.
Asimismo, piezas 3D metálicas hechas por robots y tecnología para la defensa, la cual pertenece al secreto militar. Con todas estas premisas y algunas más, el ingeniero Joaquín Rodríguez Grau, director general de CATEC y de su socio, el Centro de Vuelos Experimentales (ATLAS), conversó en exclusiva con Prensa Latina.
Es el emporio tecnológico de Andalucía y el centro aeroespacial más grande del país ibérico.
“Somos 150 ingenieros que trabajamos en aeronáutica, en espacio, en defensa y líneas tecnológicas relacionadas con drones, sistemas no tripulados, inteligencia artificial, robótica, softwares, procesos de fabricación inteligentes”, explicó Rodríguez Grau.
Nuestros ejes centrales son la aeronáutica, el espacio y la defensa, completó a Prensa Latina el titular de CATEC-ATLAS.
Quiero pensar que en el contexto de la iniciativa Sevilla City One somos un centro tecnológico que genera valor para la industria, a la cual le permite a nivel nacional y europeo competir más, contar con innovación e instrumentos para batirse en el mercado, afirmó Rodríguez Grau.
Tenemos tecnología capaz de volar sobre un monte o un paraje natural y detectar gente extraviada, incendios; drones capaces de volar fuera de línea de vista (muy lejos) e inspeccionar cables de alta tensión, situaciones de peligro en áreas inaccesibles, puntualizó a Prensa Latina.
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