lunes 21 de abril de 2025

Señores de la guerra al banquillo en El Salvador

San Salvador (Prensa Latina) Para el 23 de abril está fijado el juicio en El Salvador contra altos mandos militares, presuntos culpables de los asesinatos en una emboscada de cuatro periodistas holandeses durante la guerra, en 1982.

Por Luis Beatón

Corresponsal jefe en El Salvador

“Es el primer caso en el país donde irán a juicio altos mandos militares, los señores de la guerra, como le decían al general Guillermo García, ministro de Defensa, al coronel Mario Reyes Mena, jefe de la Policía de Hacienda, que era la inteligencia del Ejército, y al coronel Francisco Morán, jefe de la 4ta. Brigada de Infantería”.

Así lo manifestó en conversación con Prensa Latina, Óscar Pérez, presidente de la Fundación Comunicándonos y uno de los impulsores de la lucha contra la impunidad en el llamado Pulgarcito de América.

En los años 80, durante el conflicto que enfrentó a los salvadoreños, estos tres personajes se distinguieron por dirigir grandes masacres y violaciones de derechos humanos, precisó Pérez, aunque hasta hoy disfrutan de libertad ante la falta de voluntad política prevaleciente en el país.

Los cuatro periodistas holandeses -Jan Kuiper, Koos Koster, Hans ter Laag y Johannes Willemsen- fueron emboscados y asesinados por el ejército de El Salvador el 17 de marzo de 1982. Trabajaban en IKON, emisora de la televisión pública holandesa (1976-2026).

MONSEÑOR ROMERO, “VOZ DE LOS SIN VOZ”

El activista y luchador social salvadoreño, durante su conversación con este periodista abordó sus relaciones con monseñor Arnulfo Romero, envestido como el único santo del país, según decisión del Vaticano.

“Monseñor Romero era un hombre justo, un hombre que se fue convirtiendo hacia el dolor del pueblo salvadoreño. Precisamente fue elegido por ser un obispo muy conservador, pero él decía con mis ojos en la Biblia y mis oídos en la población”, para mostrar su cercanía a los problemas de los fieles, estimó Pérez.

Yo creo, apuntó, que por escuchar mucho a la población él también se iba sensibilizando, convirtiendo. “Yo fui dos años seminarista de él y durante ese tiempo los demás obispos nos tenían como rojos, como `comunistas`”.

Era un hombre tímido, callado para mi gusto, pero eso sí, cuando se subía al púlpito a denunciar las violaciones de los derechos humanos, él se transformaba, se transfiguraba, era otro, manifestó.

En ese tiempo, 1980, se inició la guerra que se cerró con los acuerdos de paz firmados en México, en 1992.

En los 80 hubo una gran ofensiva inicial, fueron momentos de graves violaciones de los derechos humanos, y aquellas personas que hablaban algo que no le gustaba al régimen simplemente las eliminaban, eran capturadas y desaparecidas, dijo.

Ahí estaba -explicó- el accionar de los escuadrones de la muerte o cualquiera de los tres cuerpos de seguridad de los gobiernos de la derecha.

Monseñor se convirtió en “la única voz de los sin voz, por eso es la frase que dice: monseñor Romero, la voz de los sin voz”, porque era la única que salía a defender a su pueblo, afirmó.

Detalló que todos los domingos, durante su homilía, decía “me han informado” que torturaron a fulano de tal y está desaparecido, en tal comunidad llegó el ejército a asesinar 200 personas, 50 personas, era la única voz de los sin voz, puntualizó Pérez, quien es un incansable promotor de la radio comunitaria.

La gente estaba pendiente de esa homilía porque era como informarse de lo que estaba sucediendo en el país, eso no le gustaba a la derecha, y por eso lo mandaron a matar, resaltó.

Hoy, a pesar de las pruebas y todos los informes de la Comisión de la Verdad, el asesinato de Romero hace 45 años se mantiene impune, al igual que otras masacres como la del Mozote (1981) y la de los comunicadores del equipo de televisión holandés.

VINCULACIÓN DE MONSEÑOR ROMERO CON LOS PERIODISTAS HOLANDESES ASESINADOS

Para Koos Koster, quien era el jefe de los periodistas holandeses asesinados, monseñor Romero era una fuente de información y cuando él quería entrevistar a alguien para que le hablara de la realidad del país o de los derechos humanos, acudía al prelado, indicó.

Entonces, “el caso de los holandeses tiene alguna vinculación con Romero”, señaló.

El presidente de la Fundación Comunicándonos explicó que el de los periodistas holandeses es el primer caso del informe de la Comisión de la Verdad que llega a juicio.

Es la primera vez en la historia de este país que serán juzgados altos mandos militares, ya que solamente el coronel Orlando Montano fue procesado en España por el caso de los jesuitas pero aquí en El Salvador, no, porque no ha existido un proceso de justicia transicional, señaló.

Creo que es difícil, puntualizó Pérez, desarrollar un proceso en un país cuando los victimarios son amigos o están cercanos todavía al poder político y militar.

Ante la ausencia de una Ley de Justicia Transicional y la dilación de la Asamblea Legislativa para pronunciarse por aprobar alguna propuesta de las realizadas con este fin, el activista estimó que solo hay una explicación, la “falta de voluntad política”. Es un problema de falta de voluntad política, reiteró.

En el juicio de los presuntos asesinos de los periodistas “nosotros esperamos que desemboque primero en una condena ejemplarizante para aquellas personas que andan matando periodistas, y que también andan matando a media humanidad y la justicia nunca los alcanza”.

Me parece, remarcó, que una sentencia sería una buena señal para este país que vive en medio de tanta impunidad.

Estimó que “no sería nada extraño que si hay condena, si eso se da, la Asamblea Legislativa apruebe una ley proimpunidad de Justicia Transicional, donde diga que aquellos con crímenes durante el conflicto pasado, y que ya pasen los 85 años, pueden pagar en casa por cárcel”.

“Eso lo pudiera decir la ley, pero no sería una ley de justicia transicional, sería una ley con un disfraz de justicia transicional pero con una médula de impunidad, eso es posible que se dé en este país. Pero es mi hipótesis”, apuntó Pérez.

arb/lb

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