miércoles 25 de junio de 2025

Pinar del Río, encanto natural de Cuba (+Fotos)

La Habana (Prensa Latina) Uno de los escenarios turísticos más sorprendentes de Cuba lo es sin dudas Pinar del Río, la provincia más occidental del país, y que pese a huracanes y problemas este 2025 busca su camino de recuperación a toda costa.

Por Roberto F. Campos

De la redacción de Economía

Fotos del autor

Espacio de visitas, pues profesionales del turismo la visitaron al terminar la XLIII Feria Internacional de Turismo de Cuba (FITCuba 2025-30 de abril al 3 de mayo), cuando sobresalió por su entorno natural y las potencialidades para los viajes de aventuras.

Pinar del Río es una de las jurisdicciones más fascinantes del país, reconocida por sus paisajes espectaculares, su producción de tabaco de renombre mundial y paradisíacos cayos.

Entre sus mayores atractivos destacan el Valle de Viñales, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), y los cayos de la costa norte, como Levisa y Jutías, que ofrecen playas vírgenes y aguas cristalinas.

En primer lugar se debe mencionar al Valle de Viñales, el corazón natural y cultural de Pinar. Con sus mogotes (formaciones montañosas únicas), sus campos de tabaco y sus tradiciones campesinas, ese sitio es un destino imperdible para los amantes de la naturaleza y la cultura cubana.

Por ejemplo, aparece la Cueva del Indio, caverna con un río subterráneo que se recorre en bote, combina aventura y belleza natural, y el Mural de la Prehistoria, enorme obra pintada sobre una roca que representa la evolución de la vida en la Tierra.

Las plantaciones de tabaco son otro atractivo con visitas a fincas donde se cultivan y procesan sus hojas, con demostraciones de cómo se elaboran los famosos puros cubanos, los Habanos, considerados los mejores Premium, o hechos a mano del mundo.

Una escala obligada está en el Mirador de Los Jazmines, con una panorámica espectacular del valle, perfecta para fotografías.

Para muchos guías, la producción de tabaco es El Oro de Pinar del Río, pues conocida como La Meca del tabaco cubano, produce gran parte de la hoja utilizada para los prestigiosos cigarros, pues la región cuenta con condiciones climáticas y suelos únicos a esos efectos.

De aquí que se organicen visitas a vegas en localidades como San Luis o San Juan y Martínez.

Otro de los lugares a recorrer son los cayos de Pinar del Río, Playas y Naturaleza Virgen, entre ellos Cayo Jutías, con arena blanca y aguas turquesas, perfectos para practicar el snorkeling.

A ese cayo se accede mediante un pedraplén o carretera sobre el mar. Y otro importante en la lista es Cayo Levisa, con playas vírgenes y arrecifes de coral, ideal escenario para el buceo.

Las propuestas de los guías suman la Reserva de la Biosfera Sierra del Rosario, área protegida con senderos y cascadas, los Baños de San Vicente, aguas termales con propiedades medicinales, y la propia Ciudad de Pinar del Río, con su arquitectura colonial y su vibrante vida cultural.

Pinar del Río es una provincia que lo tiene todo, naturaleza exuberante, cultura auténtica, tabaco de calidad y playas de ensueño. El Valle de Viñales es su joya más preciada, pero los cayos aledaños y las experiencias tabacaleras completan una oferta turística única.

LOS ÓRIGENES DE PINAR DEL RÍO

Pinar del Río posee una historia rica en tradiciones, luchas independentistas y desarrollo socioeconómico. Su evolución está marcada por la colonización española, el auge tabacalero y su papel en las guerras de independencia cubanas.

Los primeros habitantes, los Siboneyes y los Taínos, que habitaban esos lugares antes de los colonizadores españoles y vivían de la pesca, la caza y una agricultura rudimentaria.

Sin embargo, a diferencia de otras zonas de Cuba, no hubo grandes asentamientos aborígenes. Ya en el progreso de la colonización española, en el siglo XVI, los ibéricos exploraron la zona, pero no la poblaron de inmediato debido a su lejanía de La Habana y la falta de riquezas.

Para 1571 se funda el primer hato (finca ganadera) en la región, llamado San Rosendo, dando inicio a la colonización agrícola. En 1669, se establece el pueblo de Nueva Filipina, que luego pasaría a llamarse Pinar del Río (nombre derivado de los extensos pinares que crecían cerca del río Guamá).

Llegados a 1774, la ciudad se declara Partido Pedáneo (división administrativa menor), dependiente de La Habana. Durante los siglos XVII y XVIII, la economía se basó en la ganadería y el cultivo de tabaco, que rápidamente se convirtió en el producto más valioso de la región.

De ahí que en el Siglo XIX, el tabaco de Vuelta Abajo (zona que incluye San Juan y Martínez y San Luis) gana fama mundial por su calidad superior.

Desde 1830-1860, se establecen grandes vegas (plantaciones de tabaco) y la región se consolida como el principal productor de tabaco de Cuba.

Por demás, la rebelión de esclavos y las luchas independentistas toman espacio en la región, y para la Guerra de los 10 años (1868-1878) tuvo levantamientos aislados.

El general Antonio Maceo realizó la Invasión a Occidente (1896) durante la Guerra del 95, llegando hasta Pinar del Río para debilitar al colonialismo español.

Estos y otros hechos bélicos, culturales e históricos están marcados allí, y tras el fin de la colonia española en Cuba en 1898, queda como una zona abandonada.

Luego del triunfo de la Revolución Cubana de 1959 se apreciaron diversos cambios en las plantaciones de tabaco que fueron nacionalizadas y redistribuidas, se crearon escuelas y hospitales rurales, aunque la provincia siguió siendo la menos industrializada del archipiélago.

El turismo tiene en el territorio fortalezas como sus ofertas de viajes de naturaleza, conocimiento sobre el tabaco, playas y cayos, y el patrimonio cultural con la música campesina y las tradiciones agrícolas.

EL CURIOSO MURAL DE LA PREHISTORIA

Una indiscutible curiosidad está en el Valle de Viñales, y es su mural de la Prehistoria, pintado sobre una montaña.

Esta impresionante obra de arte al aire libre, matizada sobre una de las paredes rocosas de los mogotes, representa la evolución de la vida en la Tierra según una visión artística y simbólica.

Iniciativa de la heroína revolucionaria Celia Sánchez y Leovigildo González, tiene una historia interesante a la que acceden los turistas.

En 1959, tras el triunfo de la Revolución, Celia Sánchez, una de las figuras clave del movimiento, impulsó proyectos culturales y turísticos en Viñales. Se concibió entonces una obra monumental que combinara arte, ciencia y naturaleza, bajo la dirección del artista cubano Leovigildo González Morillo (discípulo del famoso muralista mexicano Diego Rivera).

La obra se ejecutó de 1960 a 1961. Pintado sobre un mogote, se eligió una pared vertical de 120 metros de alto y 180 metros de ancho en el mogote llamado Pita y se empleó pintura acrílica resistente a la intemperie.

Participaron campesinos locales, más de 20 personas, incluidos artistas y obreros, trabajaron en su creación. El mural representa la evolución de la vida en Cuba y el mundo, desde los organismos más primitivos hasta la aparición del ser humano.

Lleva elementos representados de Animales prehistóricos: Ammonites (moluscos extintos), Dinosaurios. Megalocnus (perezoso gigante cubano ya extinto), seres humanos primitivos, aborígenes taínos y siboneyes, primeros habitantes de Cuba.

También aparecen especies endémicas cubanas: El almiquí (mamífero insectívoro en peligro de extinción), y el tocororo (ave nacional de Cuba).

Como se comprenderá su mantenimiento y restauraciones constituye toda una Odisea, con intervenciones en cuanto a revitalizar colores, por ejemplo, en 1980, 2009, y trabajos de conservación con técnicas modernas en 2020.

Propiamente está inspirado en el muralismo mexicano y su estilo recuerda a obras de Diego Rivera y José Clemente Orozco, por demás, algunas leyendas locales señalan que el mural fue pintado para Proteger el valle de desarrollos urbanos.

De ahí que dicho Mural es mucho más que una pintura gigante, es un símbolo del arte, ciencia e identidad cubana, fusionado con el impresionante paisaje de Viñales. Su historia refleja el espíritu de un país que valora su naturaleza y su cultura.

arc/rfc

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