Por Mariela Pérez Valenzuela
Corresponsal jefe en Repùblica Dominicana
Un reciente ejemplo lo brindaron las elecciones municipales donde estaban en juego 158 alcaldías. En las boletas aparecían como candidatas al cargo 80 féminas. Sin embargo, sólo 14 lograron la victoria, 12 de ellas miembros del oficialista Partido Revolucionario Moderno (PRM), una del Partido Liberal Reformista, aliado del anterior, y una del Partido de la Liberación Dominicana.
Las cifras constituyen un reflejo del pensamiento de los votantes, e incluso ello no significa que los hombres no le dieran su beneplácito, pues hay féminas que desconfían de sus iguales, al considerarlas incapaces de asumir una responsabilidad política con éxito y resolver los problemas comunitarios.
Esa situación visibilizada en febrero pasado con los resultados comiciales, se manifiesta también en otras esferas de la vida nacional.
Una de ellas es la laboral. La brecha de género existente en esta nación donde residen cinco millones 322 mil 95 mujeres (50,5 por ciento) y cinco millones 322 mil 933 hombres (49 por ciento) según estadísticas recientes, se manifiesta, por ejemplo, en el menor salario que perciben por un mismo empleo.
Así lo informó la Encuesta Nacional Continua de Fuerza de Trabajo, que confirma que, además, en promedio los empleados ganan 27 por ciento más que sus compañeras.
Esta brecha se acentúa, según el documento, en sectores donde predomina la presencia femenina, como hoteles, bares y zonas francas, donde el ingreso laboral es inferior al salario mínimo.
La Encuesta demostró que la diferencia salarial entre los dos sexos está dado por múltiples factores, entre ellos, la discriminación, obligaciones familiares y, por tanto, no asociados con la escolaridad o la experiencia, sino incluso en criterios de raza y belleza.
Asimismo, las domésticas constituyen la fuerza con mayor diferencia salarial en el mercado, según mostró el estudio. Un reciente proyecto gubernamental busca la formalización de estas empleadas mediante una serie de resoluciones que buscan favorecerlas.
Otra situación que refleja la discriminación por género en Quisqueya lo demuestra el dato oficial de que en 2020 alrededor del 39 por ciento de las jóvenes carecían de empleo, educación o capacitación, a diferencia del sexo opuesto con un 25 por ciento.
La pandemia de la Covid-19 también fue un factor de involución femenina, ya que ellas quedaron a cargo de los niños en edad escolar durante la etapa de reclusión hogareña. Esta situación hizo que la cifra empleada cayera un ocho por ciento, mientras en los hombres fue de un cinco por ciento.
Las tres causales
En febrero de 2023 el Senado dominicano aprobó el Proyecto de Ley de Código Penal, pero sin incluir las tres causales que permiten interrumpir legalmente un embarazo cuando existen agravantes como malformación del feto, violencia sexual confirmada o cuando peligre la vida de la gestante.
Según organizaciones de derechos humanos y grupos feministas, estas tres causales tienen divididos a los legisladores y a gran parte de la sociedad, siendo este país uno de los cuatro en América Latina y el Caribe que prohíbe esa práctica sin excepción.
Activistas en favor de las tres causales no se vencen y argumentan que las leyes contra el aborto vulneran la vida de las dominicanas.
De acuerdo con el Código Penal, cualquier mujer que interrumpa su embarazo puede recibir hasta dos años de cárcel, y en el caso de médicos, parteras o enfermeras, la pena va de cinco a 20 años de prisión.
Violencia doméstica, uno de los mayores retos del Gobierno
La violencia doméstica, perpetrada por parejas o exparejas contra las mujeres culminan en ocasiones con las muertes trágicas. Solo en 2023 perdieron la vida al menos 51 féminas.
Naciones Unidas (ONU) en fecha reciente indicó que uno de los mayores retos de esta nación es reducir los casos de feminicidios, y lo situó en el segundo lugar en la región tras registrar 2.9 fallecidas por cada 100 mil mujeres.
Como paso crucial hacia la erradicación de la violencia de género, el gobierno nacional expresó su compromiso con la promoción de la ley integral contra ese flagelo y fortalecer las oportunidades para la autonomía económica femenina.
En su rendición de cuenta ante la Asamblea Nacional el pasado día 27, el presidente Luis Abinader afirmó que pretende dotar al país de una legislación que permita mejorar la respuesta a ese grave problema social. Es una deuda, dijo, con las mujeres y con el país.
Este 8 de marzo, cuando de distintas maneras y causales el mundo celebra el Día Internacional de la Mujer, las dominicanas rechazan todas las formas de opresión y explotación resultantes del sistema patriarcal y capitalista.
Con motivo de la efemérides, el Comité por la Unidad y los derechos de la Mujer (CUDEM) recordó que la sociedad las coloca como grupo humano subordinado, enseñándose con los sectores empobrecidos, marcados por la marginalidad y el racismo predominante en Dominicana.
La organización dominicana afirmó que resulta indignante que, desde los gobiernos, de manera permanente se hable de desarrollo y de crecimiento, de avances, y de una economía sólida, pero nunca de la pésima distribución de la riqueza, que tiene expresión concreta en la vida de las mujeres.
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