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jueves 31 de octubre de 2024
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Mensaje de amor de joven médico de Cuba en Guatemala (+Fotos)

Ciudad de Guatemala (Prensa Latina) Venimos a Guatemala y vamos al mundo entero a hacer salud, a llevar un mensaje de amor, afirmó en el norteño departamento de Alta Verapaz el joven médico de Cuba Arsenio Hermes Sablón.

Por Zeus Naya

Corresponsal jefe en Guatemala

Trasladamos solidaridad, esperanza, es lo que sabemos, precisó a Prensa Latina el galeno, integrante de la brigada médica de Cuba en la tierra del quetzal, ubicado a cinco horas del bello Cobán, ciudad capital de aquella demarcación.

A sus 34 años, natural de Gibara, Holguín, describió primero su trayectoria como presidente de la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media, activo en la de universitarios, mejor graduado integral de la sede de su municipio.

Antes, los profesores querían se inclinara por alguna carrera de ciencias, era bueno en matemática, informática, pero decidió como única opción salvar vidas, por lo cual se incorporó y mantiene una fuerza constante para la superación.

Especialista en Medicina General Integral, con un Diplomado en Nutrición, entre otros, ya archiva cuatro misiones de colaboración internacionales cortas, aunque impactantes, cada una en México en plena pandemia de la Covid-19.

Siempre trabajó en su pueblo natal, donde se formó y empezó como profesional de la salud, llegó a director del policlínico docente José Martí y funcionario municipal del sector.

También se preparó en portugués para cooperar en Brasil, en serbio, en ruso 18 meses en La Habana, a partir de lo cual atendió a pacientes de esta última nación en la playa de Varadero, provincia de Matanzas.

 

A GOLPE DE SACRIFICIO

En 2020 llegó a una Ciudad de México en situación deplorable; “la Covid-19 fue bastante fuerte y laboré en una zona que se llama Iztapalapa, la más violenta, peligrosa y grande de toda la capital”, contó.

Estimaban entonces que solamente ese distrito tenía una cifra de contagiados con el virus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad, mayor que 118 países juntos, añadió el especialista.

Fue difícil la etapa inicial por toda la propaganda existente en contra de los médicos cubanos y la superamos a golpe de sacrificio, valor, esfuerzo y de todos los principios que aprendimos en Cuba, comentó a esta agencia.

El primer día de los tres meses allá -recordó- me cerraron la puerta en la cara, me dijeron aquí no te queremos, ni a los médicos cubanos y no pudimos laborar, contó. Pero es tan grato rememorar que después de un tiempo, en nuestra despedida, esas mismas personas nos regalaron un pastel que decía: “Gracias, familia”, subrayó.

 

Creían les íbamos a quitar la plaza, sin embargo, vieron que estuvimos siempre a su lado, mano a mano, remarcó Sablón, quien estudió piano de niño y practicó las artes plásticas.

Muchos de ellos entraban un momento a la sala de Covid-19 y se iban; nosotros, en cambio, nos pasábamos las horas necesarias, todo el tiempo junto a los enfermos, aseveró.

Somos la sensibilidad del paciente, dijo, nos preocupamos por la vida, aprendimos que esa persona es un ser biosicosocial, por eso tenemos tanta aceptación, no solo vamos a preguntar dónde le duele, conversamos, miramos y esas cosas impactan.

VERACRUZ

La segunda experiencia gratificante ese año -detalló el joven doctor- fue en Veracruz, igualmente en México, en una zona, Río Blanco, donde no se hablaba español, sino náhuatl.

No sabía lo que significaba nada de lo que veía, si era consulta, laboratorio, y las personas llegaban a comunicarse en algún dialecto de esa lengua, amplió. Trabajé en una sala de emergencias y llegué a atender 29 pacientes, solo, todos entubados por los efectos de la propia Covid-19, enfatizó.

“Cuando nos despedimos, me da ganas de llorar, de verdad te digo, porque fue duro, la parte más difícil, con el logro impresionante de un muerto nada más”, reveló Sablón, visiblemente emocionado.

El alcalde de Veracruz contrató unos mariachis, se reunió con nosotros y aseguró que le pidió ayuda a otros Estados del país y nadie vino, “pero ustedes sí lo hicieron y sobre las dos mil familias recibieron vivos a sus familiares”, resaltó.

Sablón regresó a suelo mexicano en otra ocasión, con dos misiones distintas en ese período, en las cuales volvió a estar en contacto con casos de Covid-19 y de las que guarda otros tantos recuerdos conmovedores, los últimos de 2021.

A GUATEMALA

Arribó a la tierra del quetzal en agosto del pasado año, ya sobrepasó el año, al poblado Salacuim, donde se habla mayormente el idioma indígena Q’eqchi, adonde viaja el lunes y regresa a la urbe de Cobán viernes tras un recorrido de 160 kilómetros.

De los médicos del departamento estoy en el puesto más lejano, más cerca incluso de la brigada del municipio Ixcán, Quiché, a una hora de la frontera con México, expuso el doctor.

De acuerdo con sus palabras, le llamó la atención la tuberculosis, los casos de leishmaniasis, una enfermedad parasitaria que no vemos en Cuba, ejemplificó.

Igualmente lo difícil, señaló, “no había una buena referencia en el lugar, pero me fui ganando la confianza de enfermeros y pacientes”.

Una de ellas no recibía a nadie en la casa, botaba a los médicos, a mí salía al portal a recibirme, para que la atendiera con todas sus enfermedades, mencionó el galeno. Y tiempo atrás me regaló una flor, “se podrá imaginar cuando volví al puesto de salud y se los dije a todos, no lo creían”, enfatizó.

Allá conformamos una familia, otra, de verdad se lo digo, destacó el médico antillano, quien asimismo, en ese escenario bien intrincado, combina los servicios con la investigación.

Sablón deviene apenas una pequeña, pero profunda muestra, del amor entregado ininterrumpidamente desde 1998, hará el próximo 5 de noviembre 26 años, por los profesionales de bata blanca de Cuba en las zonas más apartadas de Guatemala.

arb/znc

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