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viernes 22 de noviembre de 2024
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Los retos de Bukele con Estados Unidos

San Salvador (Prensa Latina) Estados Unidos es el principal socio comercial de El Salvador y a la vez la comunidad salvadoreña en ese país, de más de dos millones de personas, envía ayuda a sus familiares que en 2023 alcanzaron cifras astronómicas.

Por Luis Beatón

Corresponsal jefe en El Salvador

En 2023, los envíos de dinero del extranjero sumaron casi ocho mil 200 millones, una cifra histórica, según los registros del Banco Central de la Reserva (BCR), incluso superaron los ingresos en pago de impuestos, así como los provenientes de las exportaciones. De esos dineros más del 90 por ciento llegaron de territorio estadounidense.

“Sin nosotros, sin nuestras remesas, sin los salvadoreños que viven en el exterior, el país estaría igual o más empobrecido que otros países, como Haití, por ejemplo, opinan miembros de la emigración.

Esos breves datos ilustran el porqué de algunos movimientos de la actual administración salvadoreña en relación con el vecino del norte.

Por primera vez en la historia, el país tendrá “representación permanente en el congreso estadounidense, a través de la creación de un caucus (comité que discutirá y decidirá sobre políticas, estrategias y candidatos del congreso)”.

El representante republicano Matt Gaetz, que estuvo presente el 1 de junio en la toma de posesión de Nayib Bukele, fue el encargado de crear el nuevo caucus con el objetivo de promover una mejor comprensión de la relación entre El Salvador y los Estados Unidos, fortalecer las relaciones bilaterales y promover la comprensión del país entre los miembros del Congreso y sus electores. Gaetz elogió a Bukele tanto antes como después de su viaje, lo que lo hizo como un modelo para que los conservadores estadounidenses lo sigan, la mayoría republicanos, entre ellos la congresista María Elvira Salazar, conocida por posiciones agresivas contra países que están bajo la sombrilla estadounidense en América Latina.

El pasado 1 de junio la delegación de Estados Unidos a la investidura del mandatario salvadoreño estuvo encabezada por el secretario de Seguridad, Alejandro Mayorkas, encargado de regular el tema migratorio, un asunto que estará presente en la relación entre ambos países, gane quien gane en noviembre, Kamala Harris (D) o Donald Trump (R).

Los caucus del congreso estadounidense son grupos de congresistas que comparten un interés en común y lo formalizan a través de la creación de estos, aunque, según explica el portal web académico legislativeprocedure.com no son parte integral del proceso de legislación que se lleva a cabo en el Congreso.

Eso no se escapa a la mirada de Bukele, quien, pese a su presunta inexperiencia en política, muestra un olfato bien refinado para lo que lo puede afectar en el futuro y avanza pasos para plantar cara a cualquiera de las dos tendencias de gobierno en Estados Unidos, demócrata o republicana, aunque en esencia son intereses muy parecidos.

“El presidente @NayibBukele ha convertido a El Salvador de la capital mundial del asesinato en un socio confiable y estable para la paz y la seguridad de los Estados Unidos. El Caucus de El Salvador existirá para nutrir y hacer avanzar la relación entre Estados Unidos y El Salvador y para reivindicar las sólidas reformas que el presidente Bukele ha puesto en marcha”, sostiene Gaetz.

Al respecto de las relaciones del gigante del norte y el llamado Pulgarcito de las Américas, el diario La Prensa Grafica (LPG) publicó recientemente una valoración sobre lo que pudiera ser el futuro para los salvadoreños.

¿A Bukele le conviene más Trump o Harris? La respuesta ya no es tan obvia, sostuvo el informe suscrito por el analista Edwin Segura y basado en opiniones de tres expertos en el tema.

El regreso de Trump a la Casa Blanca ya no es el escenario ideal para Bukele en su segundo mandato, pero el arribo de Harris tampoco sería un problema mayor, explicó.

Hasta la noche del 18 de julio de 2024, todo parecía claro: el presidente de El Salvador esperaba con optimismo que las elecciones presidenciales del gigante norteño del 5 de noviembre próximo dejaran como ganador para un segundo mandato a Trump. Eso es lo que mostraban con claridad la mayoría de las encuestas.

Sin embargo, esa noche, el expresidente fue investido oficialmente como candidato presidencial y lanzó lo que se puede esperar de él si regresa triunfante a la Casa Blanca. Uno de los temas destacados fue su postura sobre la migración, en la cual hizo alusión a El Salvador y a Bukele, señaló Segura.

Trump dijo que los homicidios bajaron en El Salvador en 70 por ciento, y que el presidente del país asegura que esto se debe a que está entrenando a los criminales para no delinquir. Sin embargo, lanzó un dardo venenoso: “la criminalidad ha bajado porque están enviando a sus asesinos a los Estados Unidos de América”.

Esto, puntualizó, va a ser algo terrible y cosas terribles pasarán, es por eso que, para proteger a nuestras familias, la plataforma republicana promete lanzar el mayor programa de deportaciones en la historia de nuestro país”, algo que sin dudas afectará a miles de salvadoreños, las remesas y complicará el escenario a Bukele.

En su valoración, Segura cita a tres expertos que abordan la relación bilateral con dos gobiernos de diferente enfoque. Bukele ya conoce los estilos de Trump y de Joe Biden. El primero lo recibió en la Casa Blanca, y su embajador fue muy cercano a Bukele. El segundo nunca lo recibió, emitió sanciones para varios funcionarios salvadoreños y hubo tirantez, al principio, con sus representantes diplomáticos.

Ahora algunos se preguntan cual será el enfoque de Kamala Harris hacia El Salvador, si gana en noviembre. Ella conoce el tema pues encabezó esfuerzos estadounidenses por detener la ola migratoria procedente de la región.

Al respecto, opinaron tres expertos, Tim Muth, Michael A. Paarlberg y Napoleón Campos. Muth es un abogado estadounidense y escritor de El Salvador Perspectives (www.elsalvadorperspectives.com), un blog de actualidad política del país y la región.

Paarlberg es estadounidense y profesor en Ciencias Políticas con interés en la región centroamericana, y Campos es un salvadoreño especializado en relaciones internacionales, regiones y migraciones.

Los tres coinciden en que Washington necesita asegurar más su frontera sur para evitar el tráfico de drogas, el contrabando y la inmigración ilegal. Y en consonancia con lo anterior, que es necesario que en los países de origen se deben atender las causas estructurales de la inmigración como la violencia y la falta de empleo.

Es conocido el mensaje de Trump, quien sostiene que la mayoría de personas que tratan de ingresar de manera ilegal a Estados Unidos son criminales que deben ser detenidos, y que aquellos que lograron ingresar deben ser arrestados y deportados de manera masiva.

La inseguridad en la región es considerada una de las causas de la migración, por lo tanto, la reducción de la criminalidad debería ser vista como un paso en el camino correcto, pero Trump, en su particular visión del problema, no lo ve así.

En opinión de Campos el 99 por ciento de los migrantes no son personas que cometieron delitos en sus países, pero dentro del resto hay incluso miembros del grupo criminal MS-13, cuyos líderes tienen un proceso abierto en una corte de Nueva York, Estados Unidos.

También si gana Harris, ex fiscal general de California, quien ventiló casos de mareros criminales, estos procesos contra los líderes de las maras van a ser una de las guías del escenario bilateral en las relaciones entre El Salvador y Estados Unidos.

Por su parte, Muth explicó que dado indicios de presuntas negociaciones entre miembros del gobierno de Bukele y las pandillas en un juicio podría crear dudas en la diáspora salvadoreña sobre las historias que Bukele les ha estado contando, dice sobre este tema Tim Muth.

“El juicio podría llevar a Trump o a Harris a exigir aún más fuerte que Bukele extradite a los miembros restantes de la ranfla. En otras palabras, no importa quién sea elegido, el juicio en Nueva York será un problema para Bukele”, aseveró.

Mientras, Michael Paarlberg indicó que, por lo visto en la Convención Nacional Republicana, Trump no es un aliado leal. Él es principalmente un nativista estadounidense, no un ultraderechista global.” Esto sin dudas, mantiene en alerta al salvadoreño, y pese al caucus, la relación puede ser tirante en algún momento.

Algo que, si preocupa al norte, son los coqueteos del presidente salvadoreño con países que le disputan a Estados Unidos su hegemonía en el mundo, ya sea China o Rusia, o Turquía, con los que El Salvador avanza relaciones y proyectos económicos.

No obstante, eso puede llevar a la Casa Blanca a alentar a sus empresas a invertir en El Salvador, y que no bloqueará el acceso a financiamiento de entidades multilaterales, en las cuales tiene alta influencia.

Según el análisis publicado por La Prensa Gráfica un segundo gobierno de Trump buscaría ser más efectivo en realizar deportaciones, y no estaría muy preocupado por apoyar a las organizaciones civiles y medios de comunicación independiente en El Salvador.

Mientras, de Harris buscaría satisfacer a su electorado en materia migratoria, pero de manera más comedida, y estaría dispuesta a seguir apoyando a grupos de la sociedad civil y a medios independientes.

En ambos casos, hay dudas, es difícil definir cuál será el enfoque de Harris, y Trump es una “caja de sorpresas” pues su política exterior estará marcada por la incertidumbre, pues él y sus circunstancias son la medida de todas las cosas, concluyó en su análisis Campos.

En noviembre se sabrá por donde irá la política hacia El Salvador, pero, por si hay sorpresa, Bukele ya adelanta las piezas de su juego, entre ellas el caucus.

arc/lb

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