Por Glenda Arcia
Corresponsal jefe en Argentina
Están los estudiantes; los que no pudieron ir a la escuela, pero lograron que sus hijos fueran; los que tuvieron que dejarla y los que están a punto de graduarse.
Están los trabajadores, la anciana que “laburó” toda su vida y ahora no puede comprar sus medicamentos, el hombre que tiene varios empleos para llegar a fin de mes, la señora del metro que levantó los molinetes para que todos pasaran gratis, la primera abogada de su familia, quienes creen en la justicia, la madre de algún niño que sueña con ser cosmonauta.
Detrás de las vallas, están las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, los 30 mil desaparecidos, los hijos de la generación diezmada, los nietos recuperados y los que todavía faltan, los que recuerdan horrorizados La Noche de los Lápices y los vuelos de la muerte, los miles de despedidos en los últimos meses y los que temen ser expulsados cuando venzan sus contratos.
Los que deben dejar de viajar, de soñar, de comer; los que creen, como Evita, que donde hay una necesidad, nace un derecho; y los que leyeron Las venas abiertas de América Latina.
Los que recibieron bastonazos y gas lacrimógeno; las que lograron el aborto legal y gratuito y ahora deben luchar de nuevo para que todo no haya sido en vano; los “pibes” que adoran a Messi y a Maradona y no quieren que desaparezcan los clubes de barrio; la tripulante de cabina que dedicó su vida a Aerolíneas Argentinas; la mujer que se acostó delante de un camión hidrante para defender a los jubilados.
Detrás de las vallas, está el pueblo.
Del otro lado, están los policías y el Congreso, el mismo que debe analizar ahora el veto presidencial a la ley de financiamiento universitario, pese a ver sus alrededores llenos de ciudadanos pidiendo que la normativa no fuera frenada.
EN LAS CALLES POR LA EDUCACIÓN
El 2 de octubre, pese a un fuerte dispositivo policial, miles de personas se congregaron en los alrededores de la sede legislativa y en todas las regiones de Argentina como parte de la segunda Marcha Federal Universitaria, en defensa de la educación pública, gratuita, inclusiva y de calidad.
Integrantes de organizaciones sociales, sindicales y de derechos humanos, estudiantes, profesores y ciudadanos en general llenaron las calles de esta capital y las provincias para pronunciarse contra las políticas del gobierno de Javier Milei.
La Federación Nacional de Docentes, Investigadores y Creadores Universitarios denunció que, mientras varias columnas de manifestantes comenzaron a confluir en esta ciudad, el protocolo antiprotestas de la ministra de Seguridad Patricia Bullrich intentó evitar que se llevara a cabo la iniciativa. Bullrich, una vez más, montó un despliegue policial desproporcionado, incluidas con vallas para impedir el desarrollo de una protesta pacífica. Además, la Gendarmería está parando los autobuses que vienen desde el interior de la provincia de Buenos Aires y el conurbano, señaló dicho organismo en sus perfiles en redes sociales.
“Pese a todo, seremos miles”, aseguró.
Y lo fueron. Durante varias horas la Plaza del Congreso y muchas otras del país fueron tomadas por personas de todas las edades y colores políticos.
La educación pública es la columna vertebral de la nación, iguala y nos hace libres, aseveró la presidenta de la Federación Universitaria Argentina, Piera Fernández, desde un escenario frente al Congreso.
Hace cinco meses convocamos a una manifestación nacional preocupados por el desfinanciamiento del sistema universitario y el científico. En la gesta colectiva de abril, con plazas y calles colmadas, alzamos nuestra voz. Queríamos evitar la grave situación que vivimos hoy, aseguró al iniciar la lectura de un documento elaborado por alumnos, profesores, rectores y trabajadores no docentes.
Asimismo, denunció que “nunca aparecieron respuestas a más de 100 obras de infraestructura paralizadas y los programas de asistencia a estudiantes se actualizaron tarde y mal, y perjudicaron a miles que lo necesitaban para continuar sus estudios”.
Además de todo eso- dijo- soportamos una campaña injusta, planificada e intencional, que busca sistemáticamente desprestigiar.
No hubo vocación de diálogo. Los intentos que promovimos para gestionar las dificultades resultaron infructuosos, comentó.
Fernández aseveró que “la situación hoy es más crítica que a comienzos de año, con un capítulo dramático en materia salarial”.
La pérdida de quienes trabajamos en las universidades es de una gravedad inusitada, con un porcentaje enorme de profesores y no docentes con un salario por debajo de la línea de la pobreza, cuando no de la indigencia. Esto pone en riesgo la continuidad de los cuadros académicos, de administración y de servicios esenciales, afirmó.
También consideró que la crisis del sistema científico es más profunda y será terminal si no se consideran medidas urgentes.
Por otra parte, señaló que “el acceso y la permanencia en las universidades de los hijos de familias trabajadoras se convierten en una realidad cada vez más lejana”.
Muchos deben trabajar al mismo tiempo que cursan su carrera y aumenta la deserción obligada por la situación económica. Las becas estudiantiles no alcanzan y la decisión de congelarlas y recortarlas revela la indudable intención de asfixiar el sistema, agregó.
La dirigente consideró que el presidente tiene al alcance de su mano una ley razonable que resuelve los problemas.
Los estudiantes de toda Argentina le pedimos, en un grito de auxilio: ¡Promulgue la ley de financiamiento universitario! Fue aprobada por el Congreso en un acto de responsabilidad, da previsibilidad presupuestaria al sistema y a la crítica situación salarial una respuesta, estableciendo un piso de incremento acorde a la inflación y recuperando el poder adquisitivo, continuó.
Además, no compromete fiscalmente al Estado, pues demanda solo el 0,14 por ciento del Producto Interno Bruto para su implementación. Exigimos también que reconsidere el proyecto de presupuesto 2025. Si no se modifica, la situación será mucho más grave, añadió.
Fernández aseveró que “es un error entender como un gasto y no como una inversión lo que se destina a educación y desarrollo científico”.
La universidad pública es la herramienta por excelencia de movilidad social ascendente. Que no despojen al pueblo argentino de sus sueños. Que no apaguen las vocaciones más nobles vinculadas al conocimiento y al trabajo, concluyó.
Sin embargo, unas horas después, al amanecer del 3 de octubre, fue publicado en el Boletín Oficial el veto presidencial a la ley, que volverá ahora al Congreso.
Durante todo el miércoles, las vallas permanecieron allí, rodeando la casa de los representantes del pueblo.
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