Por Nicholas Valdes
De la redacciòn de Asia y Oceanìa
La salida de las tropas estadounidenses, en agosto de 2021, marcó uno de los cambios políticos más significativos en la historia de ese paìs, pues el Talibàn arreciò sus acciones contra las fuerzas del gobierno impuesto por Washington y, tras 15 días, todo el país quedó bajo su control casi sin resistencia.
Lo que sigue ya es historia, y hoy, las políticas exterior e interior del Emirato Islámico durante su tercer aniversario en el poder siguen experimentado numerosos altibajos.
El gobierno de Afganistán -que aún es de carácter interino- no ha sido reconocido por la inmensa mayorìa de la comunidad internacional, aunque es un hecho que amplió sus interacciones con países de la región y más allá.
Las relaciones establecidas con algunos Estados y la activación de representaciones en varios países, con el envío de embajadores y altos funcionarios, se consideran aspectos importantes de la política exterior de los talibanes.
No obstante, gran parte de la comunidad internacional mantiene su posición de que el reconocimiento de ese gobierno está supeditado a la observancia de los derechos humanos (especialmente los de las mujeres), la formación de un gobierno oficial e inclusivo y un diálogo nacional y la lucha contra el terrorismo y las drogas.
“Quieren legitimidad como poder gobernante en Afganistán, pero cómo se puede gobernar y tener una economía eficaz cuando básicamente a la mitad de la fuerza laboral del país (todas las mujeres) se les prohíbe ser parte de ese proceso. Si quieren reconocimiento necesitan cumplir con sus compromisos”, así lo declarcò la Comisión Europea en un comunicado.
El Emirato Islámico estima esas condiciones internacionales asuntos internos de Afganistán y ha pedido al resto del mundo que no interfiera.
La cuestión de un gobierno inclusivo es un asunto nuestro; se toman decisiones basadas en los intereses nacionales en todos los ámbitos. Los países de la región y las naciones distantes deberían discutir cómo organizar sus relaciones con Afganistán y cómo podemos crear un entorno de cooperación, señaló al respecto el portavoz del Emirato Islámico, Zabihullah Mujahid.
La representante especial de China para el vecino paìs, Yue Xiaoyong, declaró en octubre de 2023 que las comunidades regional e internacional deben pedir a Estados Unidos que cumpla con sus compromisos y responsabilidades.
Una ocupación de Afganistán durante 20 años por Estados Unidos y la OTAN ha causado una destrucciòn casi total de la naciòn islàmica. Washington y sus aliados han cortado la ayuda, congelado activos e impuesto sanciones unilaterales, lo que ha agravado los problemas que enfrenta el pueblo afgano, apuntó la diplomática.
Hasta ahora, el Emirato Islámico ha aumentado sus representaciones políticas a 39 y designó un embajador oficial en China.
En febrero de 2024, el Ministerio de Asuntos Exteriores anunció la posible reapertura de la embajada de Azerbaiyán en Afganistán, mientras que Nicaragua nombró a Michael Campbell como su embajador no residente.
El pasado 26 de julio, la cancillerìa de Uzbekistán aceptó a Mohammad Sabir como encargado de negocios del Emirato Islámico.
En cuanto a las sanciones, Rusia insinuó la posibilidad de eliminar a los “talibanes” de su lista negra y, en una medida sin precedentes, Kazajstán excluyó al Emirato Islámico de su lista de grupos terroristas.
“Hay desafíos en Afganistán que todos conocen, pero debemos establecer relaciones con el gobierno actual. Los talibanes son los que gobiernan el país; ellos tienen el poder hoy, y debemos seguir las realidades y establecer nuestras relaciones en consecuencia”, señalaba el presidente ruso, Vladimir Putin, el 6 de junio de 2023.
Como dato destacado, ese mismo día el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas levantó temporalmente la prohibición de viajar a cuatro funcionarios del Emirato Islámico para realizar la peregrinación religiosa del Hajj, en Arabia Saudita.
Durante la más reciente reunión internacional sobre el paìs, realizada el pasado 5 de agosto en Qatar, Hamdullah Fitrat, portavoz adjunto del Emirato Islámico, pidió a los presentes que reabrieran sus misiones diplomáticas y políticas en Kabul.
LA NUEVA CONSTITUCIÒN Y EL CUERPO EJECUTIVO
El destino de la Constitución sigue sin estar claro. El portavoz del Emirato Islámico, Zabihullah Mujahid, dijo que se están realizando esfuerzos para redactar una carta magna, pero la ausencia de una Constitución no significa que Afganistán esté en un vacío legal.
No estamos en un vacío legal. La Sharia (Ley islámica) define los deberes de cada individuo en el gobierno y el sistema, señaló.
Además de la Constitución,otras cuestiones como la formación de un gabinete oficial y la bandera nacional tricolor siguen en el limbo.
Así las cosas, incertidumbre, esa es la palabra de orden en la realidad actual de Afganistán, que avanza como puede en su camino por solventar dos de sus grandes desafíos: revertir la grave crisis humanitaria que enfrenta (la peor del mundo según la ONU) y lograr el reconocimiento político internacional.
arc/nvo