Por Nara Romero Rams
Corresponsal jefe en Etiopía
Sin una prueba de identidad, las personas desplazadas se enfrentan a la exclusión de los sistemas de educación, atención médica, empleo y justicia, se vuelven invisibles para el Estado y se encuentran expuestos a la explotación.
Estudios recientes de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para África (ECA) en Uganda, Etiopía y Sudán del Sur, revelan importantes lagunas legales y administrativas que niegan a los migrantes documentos de identidad reconocidos.
Esos vacíos aumentan el riesgo de apatridia, limitan el acceso a servicios esenciales y sobrecargan los sistemas de registro civil, de por sí ya saturados, advirtió la investigación.
La situación fue el centro de un taller a finales de este mayo en Zimbabwe, el cual convocó a delegados de 10 países africanos, instituciones regionales y agencias de la ONU para revisar estos hallazgos y trazar un camino a seguir.
El evento de cinco días, organizado por la ECA en colaboración con la Comisión de la Unión Africana, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo, presentó un nuevo Kit de Herramientas para una Buena Identidad Legal.
La iniciativa tiene como objetivo ayudar a los países a fortalecer la inclusión y la rendición de cuentas, además de guiar la interoperabilidad, la privacidad, los marcos legales y la documentación de poblaciones de difícil acceso.
Los participantes en el taller conocieron sobre las experiencias políticas de Kenya, Zimbabwe, Somalia, Ruanda, Uganda, Sudán del Sur y otros países, mientras que los debates generaron recomendaciones concretas y compromisos nacionales para sistemas de identificación más inclusivos.
La cita exploró maneras de integrar a migrantes, personas desplazadas y comunidades fronterizas en los sistemas nacionales de identificación, protegiendo al mismo tiempo sus derechos y datos.
Con menos de cinco años para alcanzar la meta 16.9 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), identidad legal para todos, los organizadores enfatizaron que las soluciones deben ir más allá de las mejoras técnicas para abordar las barreras legales y políticas que excluyen a los migrantes.
Según el Banco Mundial, más de 500 millones de africanos siguen careciendo de cualquier tipo de identificación.
Esta falta de identidad implica que cerca de la mitad de la población del continente no sólo está desempoderada de participar significativamente en el proceso productivo para generar crecimiento económico, sino que también se limita a acceder a diversos servicios para mejorar su bienestar.
La ECA apoya a los Estados miembros en la implementación de los Principios del Marco de Identificación de Buen Desarrollo Digital en seis países de enfoque (Botswana, Etiopía, Gambia, Nigeria, Togo y Zimbabwe) en asociación con varios socios, que incluyen Mastercard y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia.
BASE DEL DESARROLLO INCLUSIVO
El jefe de la Sección de Políticas Sociales de la ECA, Christian Oldiges, dijo que la identificación legal no es solo una cuestión técnica, sino la base del desarrollo inclusivo y de los sistemas de datos.
“La identificación legal es quizás la única meta de los ODS (16.9) vinculada a casi todas las demás y constituye la base de nuestras estadísticas”, afirmó Oldiges.
Precisó que muchos países africanos reconocen ahora la falta de identificación legal no solo como una brecha de gobernanza, sino como una forma de pobreza. Destacó los esfuerzos nacionales para integrar la identidad legal en las evaluaciones de la pobreza.
Por ejemplo, mencionó, Botswana encuadra la “inclusión social” como una dimensión clave de la pobreza, al considerar a los hogares con carencias si ningún miembro posee certificado de nacimiento o documento nacional de identidad, mientras que Angola y Malawi han adoptado indicadores similares.
TENDENCIAS MIGRATORIAS, UNA URGENCIA
El este y el Cuerno de África subrayan la urgente necesidad de actuar, alertó el estudio de la ECA. Entre 2010 y 2019, el número de migrantes internacionales en la región aumentó a más del doble y, actualmente alberga a casi cinco millones de refugiados y más de 85 mil apátridas, principalmente en Uganda, Kenya y Sudán del Sur.
“La identidad legal es un derecho humano fundamental y una puerta de acceso a servicios esenciales”, enfatizó Oldiges.
En esa misma línea se pronunció Gideon Rutaremwa, en representación del jefe de la Sección de Estadísticas Demográficas y Sociales de la ECA, al reforzar que la identidad legal permite a las personas demostrar su existencia y vínculos familiares.
“Para liberar el potencial de África, debemos adoptar un enfoque que abarque el ciclo de vida, desde el nacimiento hasta la muerte”, aseveró.
Rutaremwa advirtió que la falta de documentación perpetúa la pobreza, la desigualdad y la exclusión, especialmente para las poblaciones desplazadas, que a menudo quedan excluidas de los sistemas formales.
En ese sentido, los expertos enfatizaron la necesidad de una cooperación transfronteriza y la protección de los derechos de los inmigrantes y las comunidades desplazadas.
Sobre el tema, el experto en Gobernanza Migratoria de la Comisión de la Unión Africana, Peter Mudungwe, instó a armonizar las iniciativas nacionales de registro civil con los marcos continentales que protegen los derechos de las personas migrantes y apátridas.
Por su parte, la jefa de la Misión de la OIM en Zimbabwe, Diana Cartier, subrayó que la identidad legal es fundamental y, sin ella, las personas migrantes se enfrentan a una exclusión sistémica. Para las mujeres, los niños y las personas apátridas, esto puede significar una vida de invisibilidad, afirmó.
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