Ello solo lo hará posible el sistema de democracia indirecta que existe en el país, el cual, al final, determina al vencedor en una contienda a través de un cuestionado Colegio Electoral integrado por 538 electores o delegados.
En este 2024 la demócrata y vicepresidenta Kamala Harris tiene prácticamente asegurados 226 votos electorales de los 270 (del total) que se necesitan para proclamar la victoria, mientras el republicano y expresidente Donald Trump (2017-2021) podría contar con 219.
Fuente: The Economist/YouGov
Durante un diálogo exclusivo con Prensa Latina, el exrepresentante estatal de Connecticut Edwin Vargas confesó que la política ha ocupado la mayor parte de su vida, al detallar cómo se distribuyen los votos electorales y la importancia de los estados clave.
Foto: Deisy Francis Mexidor
“Los que más votos aportan son California (54), Texas (40), Florida (30) y Nueva York (28) y los que menos, con tres, Alaska, Wyoming, Dakota del Norte y Dakota del Sur, Delaware y Vermont, al igual que la capital del país, el Distrito de Columbia (D.C.)”, explicó el también expresidente del Partido Demócrata en Hartford, la capital de Connecticut.
Pero la llave solo estará en un puñado de estados clave, oscilantes o púrpuras con la contribución que hacen de sus 93 votos electorales en conjunto, añadió.
Se trata de “Arizona (11), Carolina del Norte (16), Georgia (16), Nevada (6), Michigan (15), Pennsylvania (19) y Wisconsin (10) que se han convertido en un verdadero campo de batalla”, subrayó Vargas.
¿Qué papel desempeñarán esos estados?
La razón por la cual se consideran clave es que de los 50 estados que conforman la Unión Americana y deciden la elección presidencial, ya 43 definieron que van a apoyar a un demócrata o un republicano.
Los que se inclinan hacia Kamala Harris y los demócratas son los estados azules, y los que se mueven hacia el lado de Donald Trump y los republicanos son los rojos.
Pero hay siete que podrían moverse en la dirección que más fuerte sople el viento, y a estas alturas del ciclo electoral marcan una competencia muy ajustada, no se sabe si van a votar rojo o azul. Los dos candidatos están casi igualados, por eso han gastado tanto dinero en la campaña y aparecido reiteradamente en eventos en ellos.
¿Cómo describirlos?
Aquí cada uno de los estados es un mundo aparte, aunque algunos estén cerca, sean vecinos y tengan características en común. Tienen una cultura distinta, una economía diferente y como la Constitución les da el derecho soberano para decidir su propio futuro, cada uno queda como si fuera un país.
Los tres del medio este: Pensilvania, Wisconsin y Michigan, eran estados que tenían en común la manufactura con mucha industria automotriz, del acero y otras que permitieron el aumento de fábricas, de trabajos sindicalizados.
Desafortunadamente en los últimos 30-40 años muchos de esos empleos desaparecieron, se fueron a ultramar o al sur del país y esos estados pasaron por depresiones económicas bastante grandes.
Así que en 2016, a pesar de que fueran estados sólidamente demócratas y azules, se convirtieron en rojos y apoyaron la primera candidatura de Trump.
Sin embargo, se desilusionaron con el republicano, quien no cumplió la promesa de devolver la manufactura a esos tres estados y en 2020 regresaron a la columna demócrata y votaron por Joe Biden. Ahora los sondeos indican que están ambivalentes.
-A propósito, Pensilvania es el que aporta más votos electorales entre esos siete estados púrpuras, ¿se podría considerar que quién logre la victoria allí estaría cerca de la Casa Blanca?
-Sí. El candidato que obtenga los votos de Pensilvania tiene las de ganar, precisamente porque es el que concede más votos electorales. La ruta hacia el triunfo es mucho más fácil si se tiene a Pensilvania.
En cuanto a Michigan cuenta con una peculiaridad: es el estado con la más alta concentración de población árabe en los Estados Unidos y hay una desilusión, porque piensan que el Biden que ellos apoyaron en 2020 debió haber hecho más.
Están inconformes por la poca presión al primer ministro de Israel Benjamín Netanyahu en cuanto a la guerra contra los palestinos en Gaza.
-Siguen los envíos de armas de Estados Unidos a Israel, así como la complicidad de Washington, por eso en las elecciones primarias, cuando todavía Biden era el candidato demócrata, se registraron miles de votos no comprometidos.
-Es cierto, pero creo que Harris ha logrado mejorar un tanto la posición y es más fuerte que la de Biden en cuanto a que haya paz en el Medio Oriente.
Pero la comunidad árabe entró en conflicto en Michigan después que Trump ganó la presidencia en 2016 y dijo que quería sacarlos del país.
Trump apoya a Netanyahu y a Israel al 100 por ciento, o sea, que darle el voto en 2024 sería en Michigan como saltar del sartén al fuego.
-También en Michigan se suma que hay una base de votantes, la de Jill Stein, del Partido Verde, que estará en la boleta. A ellas se les responsabiliza en parte con el fiasco de Hillary Clinton en 2016, porque drenó votos…
-La candidatura de Jill Stein como tercera vía casi siempre es la de fuerzas políticas que tratan de promover temas diferentes, como el cuidado del medio ambiente, el cambio climático, pero realmente no tienen oportunidad de ganar las elecciones.
Así ocurrió en 2016 y también en 2000 en Florida, cuando se disputaban la presidencia George W. Bush (republicano) y Al Gore (demócrata).
Esos candidatos de tercera posición pueden ayudar incluso al adversario principal, en este caso sería la posición de Trump que quiere expandir la industria petrolera con afectaciones a la atmosfera. De manera que un voto que drene sin querer podría conducir a la victoria de alguien que va al final a perjudicar la propia plataforma que esos terceros partidos impulsan.
Se dice actualmente que un voto por el Partido Verde en Michigan favorecería a Trump.
-¿A juicio suyo entonces, qué estados púrpuras podrían inclinarse hacia el lado demócrata, o sea Harris, y al republicano con Trump?
-Harris tiene buenas posibilidades en un estado que por muchos años fue rojo, Georgia, el cual tiene 16 votos electorales. Votó por Trump en 2016, pero en el 2020 lo hizo por Biden y luego, en 2022, en las elecciones de medio término, respaldó a un candidato demócrata al Senado federal.
La razón de esos cambios, que era un estado rojo y se convirtió en púrpura, es porque hubo un crecimiento en la participación de la comunidad negra, dado su incremento.
Gracias es ese incremento Biden ganó en ese estado en 2020. Las estadísticas indican que actualmente el 33 por ciento de la población de Georgia es afroamericana.
Mas ese grupo tiene la frustración con Biden que tenemos todos, porque yo esperaba que se moviera más rápido, por ejemplo, para levantar el bloqueo contra Cuba.
Sin embargo, dio apenas pasos tan pequeñitos…y muchos que votamos por él en 2020 pensamos que iba a seguir la política de aproximación a Cuba del presidente Barack Obama (2009-2017), pero esa sensación de frustración es la de todos los que apoyaron a Biden hace cuatro años.
Igualmente opino que Harris tiene buenas probabilidades en Pensilvania, pese a que el multimillonario Elon Musk está regalando un millón de dólares al día en una lotería para comprar votantes. Tal vez los electores se enojen o no, ya se sabrá con los resultados.
Wisconsin es también un estado que la demócrata podría ganar. En tanto Carolina del Norte quizás se lo llevaría Trump.
Ambos aparecen empatados en Arizona y Nevada (oeste). La comunidad hispana es muy fuerte y son mayormente de ascendencia mexicana. Además, Nevada posee un movimiento sindical que ha apoyado mucho a los demócratas porque en el 2016 Hillary Clinton logró imponerse en ese estado y en 2020 también Biden.
Nevada cuenta con una importante industria de servicios, culinaria y hotelera, con una gran empleomanía y Trump ha tratado de ganarse ese voto diciendo que no cobrará impuestos a las propinas de los empleados de ese sector. Habrá que ver el efecto de la promesa.
En el pasado la comunidad latina fue fundamentalmente demócrata, pero los republicanos poco a poco han ido ganando fuerza en ella, todavía hay una minoría que parece agrandarse más, lo mismo en Arizona.
Y en gran parte creo que ese cambio en la comunidad latina lo ha causado el hecho de que culturalmente muchos de los latinos todavía están en contra del aborto y los líderes religiosos en contra de los homosexuales, porque dicen que es pecaminoso. Los conservadores en ese sentido han puesto mucha presión.
Todavía los demócratas tienen una gran ventaja en la comunidad latina pero un pequeño cambio puede llevar a que Harris pierda allí.
-Hay quien ve a Harris como continuidad de Biden, aunque ella dice que no será así…
-No creo. Por ejemplo, en el tema mío principal que es levantar el bloqueo a Cuba c,onsidero que Harris podría avanzar mejor.
Obama tiene mucha influencia sobre la campaña de Harris y ella le ha dado la bienvenida a que sea una de las personas que la represente en su contienda, así que de ganar tal vez el movimiento para levantar el bloqueo a Cuba se aceleraría más que bajo Biden.
-¿La posibilidad de otro mandato de Trump?
-Yo pienso que Trump en un nuevo gobierno sería devastador por las posiciones que ha expresado. Primero dijo que piensa deportar 10 millones de inmigrantes y después aumentó a 15 millones y ya anda por los 20 millones, lo que -según advirtió- hará, aunque sea a fuerza de derramar sangre.
Es algo que me preocupa bastante, además, las tendencias que tiene, fascistas. Ya en las últimas encuestas el 49 por ciento de la comunidad estadounidense ha llegado a la conclusión de que él tiene esa ideología.
-¿Escenario más probable?
-Yo pienso que Kamala Harris a pesar de todo lo que dicen las encuestas ganará las elecciones de 2024. Lo creo porque el pueblo de Estados Unidos no quiere ver un país aislado en la arena política internacional como sucedió con Trump, quien abandonó pactos climáticos, dijo que no pagaría cuotas de la ONU y de la OTAN. El vacío diplomático, económico, social, que va a dejar en el mundo lo van a llenar otros. Pienso que Harris tiene condiciones para ganar.
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-Entonces ese es su vaticinio, que podría llegar entonces la primera mujer a la Presidencia de Estados Unidos.
-Sí. La primera mujer, de ascendencia asiática y africana. Todo depende claro está de lo que sucederá después de la votación, porque ella puede ganar electoralmente, pero se desataría una gran resistencia en algunos sectores de la nación a aceptar una victoria de Kamala Harris. Habrá una elección y después una lucha postelectoral.
Estados Unidos en elecciones
arb/dfm