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viernes 25 de octubre de 2024
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Washington (Prensa Latina) Los gastos de las campañas electorales de Estados Unidos registran históricamente cifras alucinantes y la de 2024 no será menos, se calcula que supere el Producto Interno Bruto (PIB) de 93 países miembros de la Organización de las Naciones Unidas.
Por:
Deisy Francis Mexidor
Corresponsal jefa en Estados Unidos

El PIB de Montserrat, Palau, Islas Marshall, Tonga, São Tomé y Príncipe, Dominica, Samoa, San Vicente y las Granadinas, y Saint Kitts y Nevis, por solo mencionar algunos ejemplos, es por miles de millones de dólares más corto que lo que se invierte en el actual ciclo electoral en Estados Unidos, comentó a Prensa Latina el analista político José R. Oro.

No existe otra nación en el mundo donde fluya tanto dinero para un proceso que algunos estudiosos y críticos tildan de espectáculo por la cantidad de recursos que emplean solo aquellos dos partidos con capacidad para disputarse la Casa Blanca cada cuatro años: el Demócrata y el Republicano.

“Estamos hablando de sumas enormes para las elecciones al Congreso, o sea, la Cámara de Representantes y el Senado, gobernadores y otros funcionarios públicos, pero principalmente las elecciones presidenciales”, explicó Oro.

Estimados de Open Secrets, una organización que rastrea el dinero en la política, arroja que la sangría de este año para elegir a un presidente y a los miembros del Congreso alcanzará los 15 mil 900 millones de dólares, lo que pone a 2024 en camino de convertirse en la elección federal más cara en la historia del país en las últimas décadas.

A esto hay que sumar el desenfrenado gasto de grupos externos, incluidos los llamados Super PAC, que destinaron unos dos mil 600 millones de dólares para mover los hilos electorales.

“La candidata demócrata Kamala Harris ha logrado reunir, por lo menos de forma legal, mucho más dinero que el candidato republicano fascista Donald Trump, quien posiblemente tiene mucho fondo en la campaña sin declarar”, subrayó.

Hasta la fecha -dijo- se utilizaron 32 mil millones de dólares en especial en los medios de difusión como la radio, la televisión, la prensa plana, Internet y otras plataformas.

A modo de ilustración acerca de por dónde se movían las cosas desde un inicio del ciclo electoral, Oro explicó que los candidatos presidenciales que se postularon para las elecciones de 2024 reportaron ingresos totales de 167.9 millones de dólares y desembolsos de 65 millones.

Esos datos -comentó- fueron registrados a partir de los informes de financiamiento de campaña presentados ante la Comisión Federal Electoral hasta el 30 de junio de 2023, cuando la actividad electoral era aún mínima.

Los candidatos a miembros del Congreso de Washington recaudaron 556.9 millones y desembolsaron 278.8 millones, añadió, mientras los partidos políticos recibieron 348.8 millones y gastaron 309 millones de dólares solo entre enero y junio del pasado año.

Como se observa en los reportes federales actualizados, hay cantidades superiores a los mil 500 millones de dólares en dinero recaudado por entidades gubernamentales de nivel federal y distribuidos a los estados.

“A eso hay que añadirle aproximadamente un 40 por ciento de otros fondos recaudados directamente en cada estado”, argumentó el experto, quien alertó que “esas cifras solo abarcan los gastos relacionados con los candidatos presidenciales”.

“En la misma fecha, 5 de noviembre, se elegirán además de los candidatos presidenciales y vicepresidenciales, 34 senadores y 435 representantes al Congreso (federal) y unos ocho mil funcionarios a nivel estatal (gobernadores, vicegobernadores, secretarios de estados, tesoreros, personal jurídico, senadores y representantes estaduales, y un largo etc”, añadió.

Mencionó, a modo de ilustración, un ejemplo en el estado de Connecticut, donde reside. “La campaña de la representante federal demócrata Jahana Hayes y la de su contrincante, el republicano George Logan, han gastado más de ocho millones de dólares a nivel local”.

Los PAC y Super PAC, acotó, que son grupos de acción política de varios partidos, superan los ocho mil millones en todo el país. Además, “están las donaciones directas de multimillonarios, de los cuales cito un solo ejemplo: Elon Musk donó a la campaña de Trump más de 75 millones de dólares”.

Explicó que las cantidades “que se mueven legalmente para estas elecciones son descomunales, como se indicaba antes, pero una cifra grande, aunque imposible de estimar, responde a donaciones no registradas, en efectivo o en bienes (como camisetas, gorras, comida rápida, servicios de audio y altavoces)”.

Las críticas más intensas señalan que el dinero proveniente de los Super PAC crea una “política de los más ricos”, lo que genera preocupación sobre la transparencia y la rendición de cuentas en el proceso electoral, insistieron criterios de prensa.

Se calcula que con 56.5 por ciento del gasto en 2024 proveniente de estos grupos externos, su capacidad para influir en los resultados electorales sigue siendo un punto de debate constante.

El Super PAC Make America Great Again Inc., uno de los mayores grupos aliados de Trump, recibió en septiembre una contribución de 25 millones de dólares del multimillonario conservador Timothy Mellon, indicó la Comisión Federal Electoral.

Pero el heredero de la familia de banqueros, con sede en Pittsburgh, ya había sacado de la billetera para el Super PAC al menos 115 millones de dólares a principios de año. Su gasto se ha centrado en anuncios de televisión que respaldan al candidato republicano.

En tanto, la campaña de Harris dijo a la Comisión Federal Electoral que entró en octubre con 187 millones de dólares en el banco, frente a los 120 millones de dólares declarados por la de su adversario.

MILLONES EN PUBLICIDAD

Un reciente artículo publicado por el diario hispano La Opinión, advirtió que en los cientos de millones de dólares en publicidad de campaña que se transmiten en todo el país, los demócratas insisten en mensajes referidos al aborto, impuestos y atención médica, mientras los republicanos se concentran en los relacionados con inmigración, crimen e inflación.

Comentó el material periodístico que de un total de 279 millones de dólares gastados en televisión abierta por todos los anunciantes demócratas entre el 15 de agosto e igual fecha de septiembre, 83.8 millones de dólares hicieron referencia al aborto.

Sin embargo, los republicanos no destinaron al espinoso asunto ni un centavo, pero 114 millones de dólares se fueron en anuncios sobre inmigración, 95.2 millones en los vinculados al crimen y 87.6 millones en los que atacan la inflación.

La publicidad política en Internet también ganó espacio -y dinero. Desde inicios de 2023 hasta finales de agosto último, los gastos de los anunciantes políticos en Estados Unidos se contaban en más de 619 millones de dólares tan solo Google y Meta, según un análisis conjunto de Brennan Center, Open Secrets y Wesleyan Media Project.

De los anuncios comprados en ese gran total, 64 por ciento, o sea, 248 millones de dólares fueron para la contienda presidencial, en tanto el gasto enfocado en el Senado representó 19 por ciento (73 millones), además, 232 se destinaron a varias contiendas.

La investigación determinó que los mayores intereses fuera de las elecciones presidenciales incluyeron las campañas para el Senado en Arizona, California, Montana y Texas. Igualmente, la publicidad enfocó un referendo en California sobre las personas sin hogar y la iniciativa de Ohio referente al derecho al aborto.

“Sinceramente estos son gastos exagerados, excesivos, junto con los cientos de miles de millones enviados a los nazis de Ucrania para llevar al mundo al borde de la Tercera Guerra Mundial, a Benjamín Netanyahu para masacrar a los palestinos y a los taiwaneses para irritar a la República Popular China”, reflexionó Oro.

Creo -consideró- que los desaforados presupuestos militares (mayores que el de los siguientes 10 países tomados de conjunto), podrían resolver innumerables problemas sociales en los Estados Unidos, disminuir la desigualdad y ayudar a paliar problemas ambientales y del cambio climático.

En cuanto al show al que asistimos cada cuatro años, aunque este país casi vive en un constante ciclo electoral -dijo-, es triste ver cómo se dilapida ese inmenso capital monetario dirigido solo a obtener votos, prometiendo cosas que saben de antemano que no se cumplirán.

arb/dfm

Colaboraron en este trabajo:
Amelia Roque
Editora Especiales Prensa Latina
Yolaidy Martínez
Jefa de Redacción de Américas
Elizabeth Borrego
Corresponsal jefa en ONU
Laura Esquivel
Editora Web Prensa Latina
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