Quema de boletas electorales, dos intentos de asesinato durante la campaña a uno de los candidatos, el republicano Donald Trump, ataques a locales demócratas, amenazas a funcionarios, retórica violenta en redes sociales caracterizan un ciclo electoral que para algunos votantes ha sido “muy feo”.
El pasado 29 de octubre, durante un discurso en la Elipse, el mismo lugar donde Trump reunió a sus partidarios el 6 de enero de 2021 y los exhortó a ir contra el Capitolio en un intento por revertir las elecciones de 2020, la candidata demócrata Kamala Harris pronunció el argumento final de su campaña, sobre la necesidad de pasar la página a esta era de Trump.
Ella contrapuso las dos visiones, de que mientras su compromiso sería un gobierno para todos los estadounidenses comunes, su rival se concentraría en cobrar venganza.
A estos comicios, quizás los más reñidos en la historia reciente, tanto Harris como Trump llegan tirando casi parejo de la cuerda.
El empresario afroamericano John Felder afirmó a Prensa Latina que “bueno, obviamente, mi esperanza y mis oraciones son que Kamala Harris se convierta en la próxima presidenta de los Estados Unidos de América, ¿por qué?, porque es hora de que nos alejemos del caos”.
“Toda la división negativa dentro de nuestro país que un hombre ha causado debemos tratar de invertirla porque es muy peligroso”, dijo Felder en referencia a Trump.
Comentó que ciertamente la carrera por la presidencia está muy apretada y opinó: “hay gente que, aunque le disguste Trump, votarán por él porque creen que sus políticas serían mejores para los Estados Unidos, pero yo definitivamente estaría en desacuerdo con esa afirmación, porque creo que sus políticas nos harían retroceder siglos”.
El joven Luz Rodríguez, de origen puertorriqueño y miembro del colectivo Diáspora Palante, coincidió con el criterio de Felder y vaticinó “mucho conflicto por delante, no importa quién gane”. Advirtió también que “una segunda presidencia de Trump pondría en peligro muchos de los derechos civiles que tenemos aquí en Estados unidos”.
Según argumentó, tampoco una administración con Harris es para él lo ideal. A juicio suyo se trataría de una continuidad del gobierno de Joe Biden (un punto de vista con el cual ha chocado la candidata durante su campaña y el cual refuta).
Por su parte el cubanoamericano Jorge Ignacio Fernández, quien ha dedicado buena parte de su vida a impulsar cuestiones humanitarias, insistió en que “sí estamos en presencia de una carrera super apretada, es difícil escoger una persona (candidato), pero Kamala tiene mucho apoyo en el lado demócrata, se ha invertido mucho dinero en su campaña, incluso más que Trump”.
Si Harris fuera la ganadora “no sé qué puede pasar”, expresó Fernández al señalar que “Washington se ha preparado con la seguridad posiblemente por si surgen demostraciones en contra de los resultados”.
“Dudo que vuelva a repetirse otro 6 de enero (ataque al Capitolio federal en 2021 para impedir la certificación del triunfo electoral de Biden), pero tampoco me sorprendería”, sostuvo.
“Esta ha sido una campaña muy fea de los dos lados -sentenció-, se ve rabia y división, y por eso no sería extraño que ocurran demostraciones nada agradables, no solo en Washington”.
En la capital del país y otras ciudades el temor a esa posible violencia postelectoral ha movido a reforzar la seguridad en muchos sentidos, se están protegiendo los negocios y las casas, explicó. “Yo vine de Cuba siendo un nene, en los años ’60 y he visto varias elecciones; desgraciadamente esta es una de las más feas”.
El solo hecho de observar una campaña llena de tanta rabia es preocupante por todo lo que ha sucedido; “yo nunca hubiese imaginado que se produciría en Estados Unidos, es una lástima”, enfatizó.
¿MAL PRESAGIO?
Según reveló el portal Axios, congresistas republicanos y demócratas están preocupados por la posibilidad de que el país enfrente una nueva ola de violencia política tras los resultados electorales.
“No cabe duda de que nos encontramos en un entorno de amenaza elevada. No hay duda de ello. (…) Así que vamos a tener que estar atentos y asegurarnos de que tomamos precauciones”, dijo al medio de prensa el representante demócrata por el estado de Colorado, Jason Crow.
También los republicanos tienen la misma sensación, pero estiman que la verdadera amenaza vendrá de la izquierda política porque no aceptaría otro mandato de Trump.
Por eso el representante Troy Nehls, republicano de Texas, instó a los gobernadores a tener a sus unidades de la Guardia Nacional “listas para actuar en cualquier momento, para sofocar cualquier tipo de disturbio civil”, y que “más les valdría tener cerrado (el Capitolio)” el día de la toma de posesión.
En tanto, el Proyecto Global Contra el Odio y el Extremismo investigó la actividad en línea de 2020 y la comparó con el escenario de 2024.
Su conclusión es que una vez más se observan las mismas señales de advertencia de violencia política basadas en el negacionismo electoral combinado con lenguaje violento en plataformas marginales que se observaron en las semanas previas a las elecciones de 2020 y antes de la insurrección del 6 de enero de 2021 en el Capitolio.
Una encuesta de Axios arrojó que los estadounidenses ya están anticipando la violencia después de las elecciones, y el 62 por ciento cree que esta es “algo probable” o “muy probable”.
Entretanto, se estima -de acuerdo a estudios citados en Internet- que solo en octubre de 2024, el negacionismo electoral se incrementó en niveles que inquietan. Algunos estudios notaron que muchas publicaciones en redes sociales intimidan a los presuntos defraudadores electorales con cargos de traición.
Hay quienes mencionaron castigos como “un pelotón de fusilamiento o la soga” y “ejecuciones públicas para todos los que cometan fraude electoral”. Además, llamaron a “todos los votantes” el “enemigo”.
Se detectaron mensaje como “si los demócratas ganan OTRA VEZ, se desatará el infierno”.
La excandidata demócrata Hillary Clinton admitió que ha sido inquietante la violencia que ronda en torno a las campañas políticas rumbo a las elecciones presidenciales.
Pero también responsabilizó al propio Trump por enfurecer a los ciudadanos con una retórica incendiaria. “Me preocupa la violencia política, las amenazas, lo que se dice en Internet. Si realmente fuera un líder, debería estar haciendo todo lo posible para calmar las aguas, no simplemente tratar de seguir arrojando carne roja al aire para enfurecer a la gente”, advirtió.
El republicano alega que son los demócratas los culpables de que trataran de matarlo y al propio tiempo hizo gala en su campaña de la defensa de las armas de fuego.
“Les prometo esto: conmigo en 1600 Pennsylvania Avenue, nadie pondrá un dedo sobre sus armas de fuego, tal como ocurrió durante cuatro años cuando yo era su presidente”, fue el compromiso ante la Asociación Nacional del Rifle.
Últimamente Trump sugirió usar a los militares para enfrentar lo que llamó “el enemigo interno” el día de las elecciones, y dijo que no le preocupa el caos de parte de sus partidarios o actores extranjeros, sino de los “lunáticos de izquierda radical”.
“Creo que el mayor problema es la gente de adentro. Tenemos gente muy mala. Tenemos gente enferma. Lunáticos de izquierda radical”, sostuvo en declaraciones a Fox News.
Igualmente se estima que ha sentado bases para cuestionar la integridad de las elecciones de 2024 y amenazó, si gana la Casa Blanca nuevamente, con juicios y “sentencias de prisión de larga duración” a los funcionarios electorales y operadores políticos que, a tono con sus criterios, hagan trampa.
“Es un momento de incertidumbre en los Estados Unidos, no sabemos quién va a ganar, pero sí que este país está muy dividido, puede llegar hasta una guerra civil porque hay tanto odio en ambos lados”, sentenció la escritora y activista Medea Bejamin, electora residente en esta capital.
Peligro de violencia política en Estados Unidos
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