En exclusiva con Prensa Latina, la también jefa del Departamento de Finanzas del Centro de Investigaciones de Economía Mundial (CIEM) de Cuba, explicó que la promoción de esas iniciativas consolida la integración regional, cuyo mayor impacto en 2022 fueron las relacionadas con la Asean+3 y el Foro de Boao.
La unión de la Asociación de Naciones de Asia Sudoriental (Asean) con China, Japón y República de Corea –conocida como Asean+3- tiene perspectivas para asumir un interesante papel a escala global, precisó la investigadora.
Un mecanismo que adquiere mayor importancia estratégica, pues en la coordinación de sus políticas comerciales y de inversión confluye la mayor área de libre comercio del mundo-hasta el momento-, el megaproyecto de la Asociación Económica Integral Regional (RCEP), explicó Hernández.
En 2022, a partir del respaldo de China, la Asean+3 tuvo tres momentos esenciales. El primero, es un fondo de donación especial destinado a la cooperación económica y tecnológica a fin de mejorar las capacidades para implementar los objetivos de la RCEP.
Gladys Hernández, Doctora en Ciencias Económicas
China propuso, además, optimizar las posibilidades de respuesta ante las crisis con la creación de dos reservas de emergencia: una para el suministro de insumos médicos y otra para el aprovisionamiento de arroz.
Y por último, impulsar la formación y expansión regional para apoyar el comercio electrónico, ciudades inteligentes, logística digital y respaldar la transformación digital a fin de potenciar el desarrollo sostenible, enumeró la investigadora.
Explicó que a la luz de las diferencias existentes entre los países asiáticos, los espacios de concertación tienen un papel esencial.
En el mes de abril, continuó, en la reunión anual del Foro de Boao, uno de los temas centrales fue el enfrentamiento a la Covid-19, el periodo poscovid y qué hacer en ambos casos.
Pero lo más significativo, subrayó, fue la presentación por parte del presidente de China, Xi Jinping, de una iniciativa concerniente a la seguridad global, enfocada en coordinar un ambiente de seguridad común.
Ello coincide, remarcó, con la asunción del gigante asiático de la presidencia rotatoria del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU), un espacio que entre sus prioridades tiene la facilitación del diálogo y la cooperación para garantizar la seguridad común.
Una importante propuesta enmarcada en un foro históricamente destinado a la coordinación de políticas internas regionales y que ahora proporcionó un espacio de opinión a la comunidad internacional, reflexionó la experta.
En un contexto de dificultades a escala global, China podría tener un papel positivo mayor, pero Occidente ejerce presiones para que no impulse proyectos como la Franja y la Ruta, o para impedir que gane paulatinamente espacios en la región; en fin, para generar discordia, opinó la especialista.
Existen actualmente dos momentos muy importantes y en auge: uno, la reciente visita a Taiwán de la presidenta de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, Nancy Pelosi, y posteriormente de legisladores de ese país.
Ambos hechos constituyen una flagrante violación de las resoluciones de la ONU, que reconocen la importancia de una sola China.
Se trata de agresiones muy similares a las que ejercen sobre Rusia con las sanciones económicas, o a las presiones a países occidentales para que contribuyan en la confrontación contra el gigante euroasiático en Europa.
DOS CARAS DE UNA MONEDA
Por una parte, China busca soluciones ante una crisis de escala global, con un papel regional muy importante, y por el otro lado están las presiones de Occidente, con Estados Unidos a la cabeza, en un intento de frenar su avance, reflexionó la analista.
Una cosa, añadió, es la propuesta lanzada al aire por Washington de generar un proceso de inversión que cambie al mundo, y otra es un proyecto de inversión desarrollado por espacio de ocho años con resultados objetivos y en su mayoría positivos, como la Franja y la Ruta.
La iniciativa de la Franja y la Ruta no está exenta de efectos negativos. Son procesos de financiamiento para la inversión con un costo para los países y ello implica un mayor endeudamiento en medio de las alzas de tasas de interés que, a su vez, potencian la deuda.
Pero ese sería un elemento adicional para pensar en mecanismos de financiamiento regional, y hoy hay diferentes fondos a partir de los cuales los países pueden resolver determinados problemas vinculados a su pobreza.
Existen factores que fluyen en torno a la integración regional y pueden crear una situación favorable para esta, reflexionó Hernández, pero ¿qué podría incidir para ese fortalecimiento?
Al respecto señaló que hay una tendencia a denigrar los procesos impulsados por China o la idea de que su inversión extranjera es la más importante en el mundo y por ello hay que frenarla; en cambio, estudios recientes plantean que Occidente y las economías desarrolladas son los mayores inversores fuera de su territorio, acotó.
Hay una situación real, China rebate esos ataques y actúa, acotó.
Un escenario adverso pudiera ser que algunas de las grandes economías de Asia quisiera salirse de la Asean, o estimaran inconveniente una relación bilateral activa con China, pero hasta ahora eso no ha sucedido, valoró la especialista.
Los países ponderan cuál es la situación real de su pueblo, cuál es la situación global, y en qué medida se benefician de romper una relación importante para su nación, dijo.
Eso es determinante en las relaciones bilaterales. Hasta ahora, la Franja y Ruta, la Asean y el Foro de Boao son positivos, especialmente en la coyuntura actual, aseveró.
China es uno de los pocos países que contribuyó con dos mil cien millones de dosis de vacunas contra la Covid-19 a más de 120 países y ahora tiene dos compromisos de acciones concretas, apuntó.
Se trata de dos donaciones de ese inmunógeno: 600 millones de unidades para África y 150 millones para la Asean, además, le condonó la deuda a 16 países africanos más allá del apoyo.
En medio de un panorama internacional en el cual repercuten las políticas proteccionistas, las subidas de interés que encarecen las deudas pagadas en dólares automáticamente crean nuevos desafíos para muchos países en desarrollo, que asumen nuevos retos con sus deudas.
Ese contexto hace pensar en un fortalecimiento de las relaciones bilaterales y multilaterales de las subregiones asiáticas, concluyó.
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