Por Ivette Fernández Sosa
Corresponsal jefe en Colombia
El 7 de agosto de 2022 abrió un nuevo capítulo para la nación sudamericana en el que se buscaría, por fin, las reivindicaciones que obreros, campesinos y la mayoría de origen humilde necesitaba con urgencia en un país considerado uno de los más desiguales en Las Amèricas.
Así lo había prometido en campaña el líder del Partido Político Colombia Humana en apasionados discursos, lo que a la postre le granjeó el aval más alto conseguido por un candidato presidencial en la historia, con 11 millones 281 mil votos.
A dos años de ese hito, justo a la mitad de su mandato, Petro estima que el mayor de sus logros es haber sacado a un millón 600 mil personas de la pobreza durante el pasado año en comparación con 2022, lo que representa un 10 por ciento menos de población afectada por ese flagelo.
LOGROS DE MITAD DE MANDATO
Para el politólogo, profesor y analista político Federico García, el mayor acierto del gobernante ha sido en política social, y el cambio de prioridad en función de reducir las brechas de desigualdad.
En segundo lugar, ubicó las relaciones internacionales, en las cuales se ha construido una política independiente, soberana y en función de los intereses de Colombia y de la región.
Mientras que, en el aspecto económico, el entendido argumentò que, si bien el modelo sigue siendo el mismo, ostenta una serie de intervenciones estatales muy importantes.
Sobre todo, abundó, se ha planteado el debate sobre la necesidad de superar la hegemonía del modelo económico ideológico neoliberal y transitar hacia escenarios de justicia social y la construcción de un estado social de derecho.
“Las políticas del gobierno claramente tienen un tinte socialdemócrata, que buscan cambiar ese enfoque de lo privado a lo público y abrir el debate frente a lo caduco que se encontraba el modelo neoliberal individualista y transitar hacia formas de relacionamiento solidarias, colectivas y de ayuda mutua”, comentó a Prensa Latina.
Por su parte, el docente y líder sindical José Arnulfo Bayona, opinó que a los aspectos de la política internacional deben añadirse como ejes de referencia en estos dos años ya transitados, sobre todo en lo referente a la propuesta de sustituir los combustibles fósiles por energías limpias.
Enumeró otros como la propuesta de paz total, el incremento del presupuesto para educación, la purga de las cúpulas de las fuerzas militares y policiales; y la adjudicación de los recursos incautados a narcotraficantes para campesinos despojados por paramilitares y sus aliados empresarios y parapolíticos.
Sobre la cuestión de la tierra, alabó la compra de más de 100 mil hectáreas de terreno fértil a los terratenientes y ganaderos para adjudicarlos a la población campesina y la titulación de más de un millón 500 mil hectáreas a agricultores que la tenían en posesión sin legalización, en cumplimiento del punto primero del acuerdo de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Pese a todos esos elementos antes, consideró que el mayor de los aciertos políticos de Petro es la convocatoria al pueblo colombiano a desarrollar un proceso constituyente desde las regiones en respaldo a la movilización y la deliberación pública de las reformas sociales, lo cual podría desembocar en una Asamblea Constituyente.
OBSTÁCULOS EN EL CAMINO
Pese a ganar la presidencia con una mayoría abrumadora, el camino para Petro ha estado lleno de barreras en su gestión.
Para García, el principal de estos obstáculos es lidiar con una oposición de derecha siempre en el poder y acostumbrada a ejercer la dominación de una manera unilateral sin rendir cuentas y que ve al país como su hacienda.
Tales élites tradicionales, apuntó, son los dueños de la tierra, de los medios de comunicación, de la industria y forman una oposición destructiva e intolerante con la que es muy difícil construir un diálogo y caminos de resolución de conflictos.
También reconoció determinadas deficiencias en la gestión que permitió a la derecha instaurar campañas de descrédito.
Comentó el daño provocado por la ausencia durante el primer año y medio de una política de comunicaciones y de propaganda que permitiera divulgar los logros y desmontar las mentiras y los ataques mediáticos de la derecha.
Ante la falta de liderazgo en la radio y televisión pública, mencionó como ejemplo, la derecha se dio a la tarea de copar el escenario del relato, dar ideas de un gobierno fallido y de ambientar un golpe blando.
Otra de las deficiencias, a su juicio, tiene que ver con los desatinos en la designación de ciertos directivos.
La izquierda nunca había gobernado en Colombia y se han cometido errores como el nombramiento de algunos funcionarios acusados por hechos de corrupción y que ha servido a la derecha para armar escándalos y dar la sensación de que el todo gobierno es corrupto.
Bayona, por su parte, advirtió que los dos años por venir serán los de mayores dificultades.
El país, refirió, entra en el periodo electoral que se inició con llamados de los jefes de los partidos de la extrema derecha y la derecha neoliberales a la integración de una alianza de todos contra el Pacto Histórico, para impedir que en el periodo siguiente haya gobierno progresista, de tinte liberal reformista como el actual.
El proceso de reformas se hará más dificultoso, dado que la misión de la coalición opositora, de llegar a materializarse, será la de impedir las reformas y hacer que el gobierno de Petro fracase, alertó.
De la misma manera, remarcó, será difícil la tarea de enderezar los procesos de paz que están en crisis y el tiempo se agota para lograr su feliz culminación.
EL VALOR DE LA COHERENCIA
Cuestionado sobre si Petro ha podido dar cumplimiento a su programa de campaña en el ámbito social, Bayona respondió que los proyectos de reformas a la salud, pensional, laboral y a la educación, presentados a consideración del Congreso de la República, reflejan la intención del presidente de honrar sus promesas.
Sin embargo, acotó que, pese a lograr la elección de la bancada más grande en ambas cámaras, resulta minoritaria frente a la colusión de aquella seguidora del expresidente Álvaro Uribe (2002-2010) de extrema derecha, que sabotea los proyectos de las reformas propuestas por el gobierno del cambio, que encarna Gustavo Petro.
Se trata, resumió, de una dramática realidad que ha sometido los proyectos a transacciones y acuerdos a grandes modificaciones que tienen la deliberada intención de hundirlos o reducirlos a su mínima expresión.
En cuanto a las fortalezas ganadas, García menciona la coherencia practicada por el ejecutivo entre lo dicho y lo hecho.
“Es un gobierno que prometió un ejercicio democrático del poder y lo ha estado cumpliendo. Es un gobierno que prometió priorizar a los más pobres y lo está cumpliendo, prometió jugársela por la paz y aunque aún no hay resultados aún se le está jugando por la paz”, sentenció.
La ciudadanía o por lo menos quienes simpatizan con Petro, añadió, perciben al gobierno como coherente, como intentando cumplir su palabra y mientras tanto advierten a la oposición como destructiva, como mentirosa y los medios de comunicación tradicionales han perdido mucha credibilidad.
“A pesar de esa ausencia de política de comunicación, esa coherencia percibida por la ciudadanía es uno de los mayores logros simbólicos y ha permitido al gobierno sortear o eludir el sabotaje de la ultraderecha y avanzar en la medida de lo posible”, resumió.
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