Por Isaura Diez Millán
Corresponsal jefe en China
“La economía china es como un océano, con una escala, una resiliencia y un potencial considerables. Tenemos la confianza y la capacidad necesarias para hacer frente a diversos riesgos y desafíos”, señaló el presidente chino Xi Jinping.
En su reunión con el mandatario estadounidense, Donald Trump, el líder asiático subrayó que China nunca ha tratado de desafiar o sustituir a nadie, el éxito del país es concentrarse en gestionar su propios asuntos.
“Durante más de 70 años, nos hemos adherido a un plan coherente, con sucesivas generaciones que han construido sobre los esfuerzos de las anteriores”, apuntó.
De hecho, la formulación científica y la aplicación continua de los planes quinquenales constituyen un método esencial de gobernanza del Partido Comunista de China y una de las “claves” para comprender la modernización al estilo chino.
Numerosos expertos nacionales e internacionales consideran que los planes quinquenales de China son un modelo de planificación estratégica a largo plazo y un componente clave que le permitió a Beijing enfrenta la guerra comercial con Estados Unidos en este 2025. Este año fue particularmente importante para la economía de China porque marca el cierre del XIV Plan Quinquenal (2021-2025) y numerosas publicaciones y funcionarios dieron a conocer el resumen de los principales indicadores de este último quinquenio.
Durante el período del XIV Plan Quinquenal, la innovación científica y tecnológica impulsó la innovación industrial y aceleró la transformación ecológica integral del desarrollo económico y social.
El “contenido verde” y el “contenido de valor” de la economía china crecieron de manera paralela. China ha construido el mayor sistema de energía renovable y la cadena industrial de nuevas energías más completa del mundo para convertirse en uno de los países con mayor reducción en la intensidad del consumo energético a nivel global.
El recién publicado Informe del Índice Global de Innovación 2025 muestra que China ha ingresado por primera vez entre los 10 primeros puestos.
La China de hoy mantiene la innovación como núcleo de toda su estrategia de modernización, ocupando el primer lugar mundial en volumen total de recursos humanos, personal científico y técnico, e investigadores.
Con ello, ha logrado pasar de ser la “fábrica del mundo” a convertirse en un “centro global de innovación”.
Durante el período del XIV Plan Quinquenal, el ingreso disponible “per cápita” de los residentes rurales en los condados que salieron de la pobreza creció un 7,8 por ciento anual en términos reales para superar la media nacional de crecimiento de los ingresos agrícolas.
El consumo contribuyó en torno al 60% del crecimiento económico anual. Con más de 1.400 millones de habitantes y más de 400 millones de personas de clase media, las demandas de la población china se caracterizan por su diversidad, sus distintos niveles y su amplitud, lo que constituye una de las mayores ventajas y potencialidades del vasto mercado chino.
En mayo de este año entró oficialmente en vigor la Ley de Promoción de la Economía Privada que, por primera vez, incorporó en la legislación el principio de “mantener inquebrantablemente las dos políticas fundamentales” y definió de forma explícita el estatus legal de la economía privada.
Numerosos medios extranjeros la calificaron de “hito histórico” y señalaron que el mercado es el recurso más escaso, y el Estado de derecho, el mejor entorno empresarial.
La aplicación de la Ley de Inversión Extranjera estimuló el entusiasmo del capital foráneo, al tiempo que la promulgación del Reglamento de Revisión de la Competencia Leal fortaleció las restricciones normativas.
Durante el período del XIV Plan Quinquenal, China aceleró su apertura al exterior: Hasta julio de este año, el uso real de inversión extranjera acumuló 714 mil 870 millones de dólares estadounidenses, y se crearon 235 mil nuevas empresas de capital extranjero, 32 mil más que durante el XIII Plan Quinquenal.
La iniciativa de cooperación de la Franja y la Ruta se ha convertido en la plataforma internacional más amplia y de mayor escala del mundo con unos 150 países incorporados.
Por otro lado, más de cuatro mil 100 empresas extranjeras y representantes de unos 155 países y regiones inauguraron en Shanghái la VIII Exposición Internacional de Importaciones de China (CIIE) de este año.
Todo esto en medio de una guerra comercial con Estados Unidos caracterizada por el aumento de aranceles y el proteccionismo, una tendencia liderada por la actual administración norteamericana bajo la excusa de la lucha contra el fentanilo, la denuncia del supuesto exceso de capacidad de China y por el déficit comercial con el gigante asiático.
Luego de meses de reuniones, Beijing y Washington entraron en un momento de distensión tras el encuentro cara a cara entre los mandatarios Xi y Trump, lo cual demostró la importancia de la denominada diplomacia del jefe chino de Estado en los asuntos económicos.
De esta forma, ambos países anunciaron una reducción considerable de los aranceles, así como la suspensión o eliminación de otras medidas que restringían el comercio bilateral.
PLAN DE CHINA HACIA 2030
Por otro lado, 2025 marcó un parte aguas, porque en octubre pasado la cuarta sesión plenaria del XX Comité Central del Partido Comunista de China aprobó el documento definitivo de recomendaciones sobre las prioridades económicas y sociales de China hasta 2030: El XV Plan Quinquenal.
El texto se sustenta en cuatro pilares estructurales: el sistema socialista con características chinas, el mercado interno de escala masiva, la cadena industrial completa y los abundantes recursos humanos.
Sus principales objetivos para 2030: desarrollo de alta calidad con crecimiento económico en rango razonable y avances significativos en autosuficiencia tecnológica.
También incluye reformas profundas del sistema de economía de mercado socialista , mayor cohesión social y fortalecimiento de la cultura nacional, mejora de la calidad de vida y empleo de calidad, progreso ambiental con cumplimiento de la meta de pico de emisiones (carbono) y consolidación de la seguridad nacional en todos los frentes.
El XV Plan Quinquenal buscará desarrollar más fuerzas productivas, fortalecer la posición de China en sectores clave de alta tecnología para mantener su liderazgo en innovación, mantener un desarrollo equilibrado entre zonas rurales y urbanas e impulsar una relación saludable con la economía mundial, en particular en lo referente a la cooperación con el Sur Global.
Esto cobra especial relevancia, porque Beijing enfrenta actualmente una guerra comercial, y Estados Unidos y la Unión Europea aplican políticas de contención.
Washington constantemente amenaza con suspender la exportación de ciertos componentes, por lo que China debe estar lista para actuar con autonomía, alcanzar un nivel más alto de desarrollo y no temer a las presiones externas.
El ministro de Comercio Wang Wentao reafirmó que la apertura sigue siendo “un tesoro para la reforma y el desarrollo”.
Durante el XIV Plan, China mantuvo el primer lugar mundial en comercio de mercancías por ocho años consecutivos y atrajo 720 mil millones de dólares en inversión extranjera directa, según datos del gobierno.
Por su parte, el XV Plan Quinquenal propone ampliar la apertura autónoma, especialmente en servicios: telecomunicaciones de valor añadido, biotecnología, hospitales de capital extranjero y sectores culturales.
Impulsar el comercio innovador: diversificar mercados, promover el comercio verde e intermedio, y desarrollar el comercio digital con listas negativas actualizadas.
Fomentar la inversión bidireccional: mejorar el clima para la inversión extranjera (“acceso y operación”) y guiar a empresas chinas en la gestión responsable de sus inversiones en el exterior.
Fortalecer la Iniciativa de la Franja y la Ruta: combinar megaproyectos con otros “pequeños pero hermosos”, y ampliar la cooperación en áreas verdes, digitales y de inteligencia artificial.
El XV Plan Quinquenal no es un documento sectorial, sino una estrategia integrada que articula economía, tecnología, sociedad, medio ambiente y gobernanza bajo la visión de la “modernización al estilo chino”.
Sus metas buscan sentar las bases para lograr, en 2035, una potencia socialista moderna con autosuficiencia tecnológica, equidad social, sostenibilidad ecológica y estabilidad institucional.
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