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viernes 3 de mayo de 2024
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Donald Trump, la hora del banquillo

Washington (Prensa Latina) Donald Trump rompió los moldes en la política de Estados Unidos (para mal) y ahora, mientras intenta regresar a la Casa Blanca, enfrenta el primer juicio penal a un expresidente en la historia nacional.

Por Deisy Francis Mexidor

Corresponsal jefa en Estados Unidos

En su momento sometido a un doble juicio político en el Congreso o fichado por la policía en un caso criminal, todo lo que ocurre con Trump no tiene precedentes.

La selección del jurado, que se realizó durante cuatro días en la semana del 15 de abril en una corte de la ciudad de Nueva York, dio paso a este mediático juicio al presidente número 45 y presunto candidato del Partido Republicano.

“Se le observó que parecía quedarse dormido, o al menos cerrar los ojos, el primer día del juicio”, y lo describió como ‘un asalto’ al país fuera de la sala del tribunal. “¿A su base política le encantarán estos desvaríos desquiciados? Seguro”, escribió Jen Psaki, exsecretaria de Prensa de la Casa Blanca (2021-2022).

El exmandatario se enfrenta a 34 cargos por falsificación de registros comerciales a fin de encubrir pagos por silencio en 2016 a Stormy Daniels, una estrella del cine para adultos que asegura haber tenido un romance con el magnate en 2006.

En la corte de Manhattan, un condado profundamente demócrata y antiguo hogar de Trump, los 12 jurados seleccionados decidirán su destino. “Aún no sabemos cómo afectará este procedimiento a la campaña presidencial, y no asumiría que la óptica se incline a favor de Trump”, dijo Psaki.

“Pero si las próximas semanas del juicio se parecen en algo a esto (y sospecho que así será), creo que Trump puede estar en problemas”, anticipó la actual presentadora en MSNBC.

Algunos expertos creen que vendrá una escalera de apelaciones en caso de ser condenado, pero independientemente del resultado del proceso, lo más significativo es que nunca antes alguien de su investidura en este país fue sentado en el banquillo por cargos criminales.

Hay observadores políticos que opinan igualmente que este puede ser el juicio en que Trump sea detenido con su ofensiva de MAGA (Make America Great Again).

Resulta un enfrentamiento entre quienes dicen que la democracia existe, pero tiene problemas y el impulso de neofascistas que tanto daño hacen a lo interno, alertan.

Mientras apuntan otros que lo que se está discutiendo es si las leyes estadounidenses realmente todavía conservan algún valor frente a un individuo a quien consideran el producto más elaborado y tóxico dentro del sistema de Estados Unidos.

Analistas del tema utilizan la ironía, “imagínese un expresidente de Estados Unidos y candidato de nuevo siendo juzgado por delitos graves. Hasta aquí la democracia burguesa”, comentó a Prensa Latina la escritora, activista y graduada en Derecho Rosemarie Mealy.

TESTIGO ESTRELLA

El juicio, que se espera dure como mínimo seis semanas, contará entre los testigos a Michael Cohen, el exabogado personal y extapadera de Trump convertido en acérrimo crítico, quien hizo el pago de 130 mil dólares a Daniels. La relación de ambos comenzó en 2006, luego de que el abogado defendió al magnate neoyorquino en una junta comunitaria y luego ganó influencia en la Organización Trump.

A él le debe Trump parte de la imagen para su primera campaña presidencial en 2016, justo el año en que Cohen conoció de la exclusiva que daría Daniels para sacar a la luz pública la supuesta relación extramatrimonial y nada podía dañar al candidato.

Así las cosas, una vez que Trump llegó a la mansión ejecutiva, en enero de 2017, Cohen siguió ejerciendo en un prestigioso bufete de abogados y cuentan que hasta alardeó de ser el representante legal del hombre más poderoso de Estados Unidos.

Pero la situación cambió en enero de 2018 cuando una denuncia de un grupo defensor de la rendición de cuentas (Common Cause) puso en el centro del escrutinio el pago por silencio de Daniels en la junta electoral federal.

Common Cause alegó que Cohen violó los reglamentos de financiación de la campaña de Trump.

La historia es demasiado larga, pero desde ese momento empezó el deterioro de una relación que convirtió a dos personas cercanas en enemigos, al parecer, irreconciliables.

Cohen se declaró culpable en 2018 de organizar esos pagos secretos, entre otros cargos federales, a Daniels y la exmodelo de Playboy Karen McDougal, porque sintió que era su deber “encubrir sus sucias acciones (las de Trump)”, declaró a los jueces.

Pasó 13 meses en prisión y le dieron luego un año en casa por cárcel, donde se dedicó a escribir un libro de memorias y lanzó un pódcast titulado ‘Mea Culpa’, que sirvió para embarrar más a su antiguo jefe.

Ya Cohen testificó en el juicio civil por fraude que también se realizó en Nueva York y donde el exgobernante fue sentenciado a pagar 355 millones de dólares por inflar durante años el valor de los activos de su empresa para obtener beneficios financieros.

Por este caso penal de Trump que ahora se dirime, tratarán de determinar la responsabilidad del multimillonario expresidente cuando hizo 11 cheques a Cohen que supuestamente fueron para retribuir su trabajo de encubrimiento.

El abogado también participó en la organización de los pagos de McDougal y a un portero de la Torre Trump, recogen reportes de la prensa.

McDougal figura en la posible lista de testigos, así como Hope Hicks, una exayudante del expresidente e incluso Daniels.

Como alegó el fiscal de distrito de Manhattan, Alvin Bragg, en su acusación de 34 cargos, el exgobernante falsificó registros sobre esos pagos para “ocultar actividad criminal”.

A Abraham Lincoln, el decimosexto presidente de Estados Unidos, se le atribuyen estas palabras: “Puedes engañar a todas las personas una parte del tiempo y a algunas personas todo el tiempo, pero no puedes engañar a todas las personas todo el tiempo”. Por estos días algunos por aquí lo recuerdan.

PESE A MANIOBRAS DILATORIAS

Antes del 15 de abril, Trump hizo lo indecible -a través de su equipo legal- para retrasar el juicio. Lo ideal para él, como puede presumirse, es que las demoras vayan más allá del 5 de noviembre, fecha de las elecciones que supone ganará (posibilidades tiene, pese a todo).

Fracasaron tres intentos de sus abogados de aplazar el inicio del proceso judicial y el propio Trump tuvo que admitirlo: “El lunes (15 de abril) me veré obligado a sentarme, amordazado, ante un juez (Juan Merchán) altamente conflictivo y corrupto, cuyo odio hacia mí no tiene límites”, escribió en su red Truth Social.

La defensa tratará de sostenerse en cuestión de la credibilidad: no se puede confiar en Cohen si consta su declaración de culpabilidad por mentir al Congreso y el Departamento de Justicia se negó a ofrecerle un acuerdo de cooperación porque los fiscales asumieron que les había mentido.

Sin embargo, Cohen insiste que desearía que cuando la gente diga “usted le mintió al Congreso”, la oración terminara en que lo hizo realmente en beneficio de Trump.

De momento, otros tres de los cuatro juicios penales de Trump (los de Washington, Florida y Georgia) se mantienen con el botón de freno encendido y si en algo están de acuerdo fiscalía y defensa en este primer proceso es que él no se parece a ningún otro acusado.

En buena medida lo que ocurra con Trump entra en un terreno inexplorado.

“Estamos muy lejos de cualquier cosa que haya ocurrido”, dijo Erwin Chemerinsky, experto en derecho constitucional de la Universidad de California en Berkeley, citado por el diario The New York Times.

Para el reportero ganador del Premio Pulitzer David Cay Johnston, quien ha cubierto la trayectoria de Trump desde la década de 1980, el expresidente en realidad podría ser condenado.

Autor de “La gran estafa: cómo Donald Trump esquilmó a Estados Unidos y se enriqueció a sí mismo y a su familia” y su más reciente artículo para The New Republic “Hoy es el día en que por fin terminarán 50 años de estafas”, Johnston dijo a Democracy Now que el caso es extraordinariamente sólido porque su apañador Cohen fue a prisión por la misma causa.

Sobre el exjefe de la Casa Blanca recaen en total 88 cargos entre estatales y federales.

Por los otros tres juicios penales pendientes fue acusado de delitos que van desde llevarse documentos secretos de la Casa Blanca hasta conspirar para aferrarse al poder al tratar de anular las elecciones que perdió frente a Joe Biden en noviembre de 2020 y rival en este 2024.

Con buena parte de esos enredos legales casi inenarrables y de compilación para libros de texto en curso, Johnston fue categórico: “Donald Trump ha cometido graves actos criminales a lo largo de toda su vida y, finalmente, está teniendo que rendir cuentas”.

arb/dfm

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