miércoles 3 de diciembre de 2025

Doctor León en Guatemala, humanidad de la medicina latinoamericana (+Fotos)

Ciudad de Guatemala (Prensa Latina) La medicina latinoamericana tiene una esencia profundamente humana y solidaria, afirmó en Guatemala el doctor cubano, profesor y artista Leopoldo Jesús León, a propósito de la celebración en homenaje a Carlos Juan Finlay.

Por Zeus Naya

Corresponsal jefe en Guatemala

“Continuemos trabajando con compromiso, humildad y entrega”, expresó el orgulloso originario de San Juan de los Yeras, municipio Ranchuelo, central provincia de Villa Clara, esposo de Odalis López, padre de Leopoldito y Lismari.

A todos sus colegas trasmitió admiración. “Representan lo mejor de nuestras raíces, llevando ciencia, amor y esperanza a cada rincón donde se necesite un médico”, subrayó en declaraciones a Prensa Latina este 3 de diciembre, Día de la Medicina Latinoamericana.

Nuestro trabajo no conoce fronteras; donde haya una vida que salvar, allí debe estar nuestra vocación, remarcó el colaborador de la brigada cubana en la tierra del quetzal.

VOCACIÓN

Estudié para aliviar el sufrimiento de las personas, confesó el especialista de Primer Grado en Medicina Interna, ubicado en esta nación en el hospital distrital de Barillas, departamento (provincia) de Huehuetenango, a 354 kilómetros de esta capital.

La inspiración nació en mi propio pueblo, donde veía a los médicos como figuras de entrega y servicio. Desde niño aseguraba que estudiaría esta carrera, amplió León, quien prestara antes sus servicios internacionalistas en Mali (2002-2005) y Venezuela (2007-2012).

Esos profesionales fueron mis modelos, la chispa que encendió esta vocación que me ha acompañado toda la vida, argumentó el galeno, graduado en 1989 del entonces Instituto de Ciencias Médicas de Villa Clara Dr. Serafín Ruiz de Zárate.

Inicié mi formación como especialista en el hospital Celestino Hernández y luego en el Arnaldo Milián, en los cuales tuve excelentes profesores, entre ellos los doctores Gerardo Álvarez y Mario Domínguez, a quienes agradezco eternamente, acotó el también hábil poeta y pintor.

Recordó a Antonio Artiles, un médico de su pueblo que le dio mucha confianza siempre, en el sentido -precisó a esta agencia- de enfrentar las dificultades.

Veía en el hospital a Francisco Martínez, Gerardo Álvarez, Antonio Martínez y me admiraba cómo sabían tanto, la capacidad de diagnóstico de ellos y eso le enciende a uno la motivación, reflexionó el reconocido doctor.

MALI, ÁFRICA

A su juicio, la primera colaboración fuera del país natal fue un choque un poco difícil, “porque tenía solo 33 años, además en aquel momento la temperatura era fuerte debajo del desierto de Sahara”.

Asimismo, añadió, encontramos enfermedades que habíamos visto solo en libros, como las leishmaniasis, filariasis (parasitarias) y el tétano, que es raro en Cuba dados los altos niveles de vacunación.

Impactaron asimismo tantas penurias, calamidades en los seres humanos, las cuales nos hicieron un poco más humanos, más sensibles, aseveró el profesional de bata blanca.

A pesar de aquella distancia, de estar lejos de la familia, la juventud, nos crecimos un poco allá, incluso llegué a coordinar una brigada médica, expuso.

LA FACETA DE ARTISTA

Mis primeros trazos comenzaron desde niño (curiosamente en la tierra del destacado escritor, dibujante y pintor Samuel Feijóo (1914-1992), aunque los guardaba como un hobby personal, relató León.

Pero fue -advirtió- durante mi misión en Mali, que descubrí el valor del arte como refugio emocional. Allí comencé a garabatear reflexiones y a dibujar con más frecuencia.

Actualmente la poesía y la pintura son una parte esencial de mi equilibrio espiritual, formas de curar el alma mientras curo cuerpos, enfatizó.

A la pregunta de si no siente que la escritura y los dibujos le restan a su preparación como médico, consideró que al contrario: tienen relación con la medicina.

Ejemplificó que elaboró diferentes trazos sobre el cáncer de mama, la cardiología, el sistema nervioso central, “aparte de aquellos vinculados con la cultura, la religión, la naturaleza, mi patria, las misiones”.

Sé programar el tiempo, tantas horas para el dibujo, tantas para escribir, estudiar, comentó el especialista, quien se define como un pintor naif, siempre en busca de una interpretación o fundamentación.

En la poesía -detalló-, escribe décima de espinela (estrofa de 10 versos octosílabos con rima consonante).

LA FAMILIA

Para el doctor León, algunas veces lejos, pero atento a su San Juan de los Yeras querido, “la familia es el núcleo fundamental, mi fuente de energía”. Mi esposa, mis hijos, mis hermanos y mis primos iluminan mi camino.

Calificó de decisivo su apoyo en casi 13 años de misiones. “Sin ellos no habría podido cumplir con esta hermosa responsabilidad. Les doy gracias eternas”, sentenció.

VENEZUELA

En Venezuela permanecí en la capital cinco meses, “pero yo nunca he sido persona de muchas capitales, no me gustan”, reveló el villaclareño.

Insistió en que un alumno le propuso que fuera para el estado de Monagas, porque podría sentirse mejor, sin tanta convulsión, por lo cual se trasladó y radicó allá cuatro años.

En su máxima siempre de dejar una huella por donde pasa, por su desempeño, la alcaldía, a nombre del pueblo de Santa Bárbara, le otorgó la orden de Hijo Ilustre.

GUATEMALA

Llegué a Guatemala el 26 de marzo de 2021 y desde esa fecha atendí cerca de 30 mil pacientes, agregó el médico, quien cada año aquí recibió premios a la excelencia y galardones tanto del hospital como de la municipalidad y la alcaldía.

Uno de los regalos más hermosos ha sido leer los testimonios de agradecimiento que muchos pacientes dejaron en el centro y en la máxima instancia municipal, en los que pidieron continuara mi labor junto a ellos, refirió.

Saber que uno forma parte de la vida y la recuperación de tantas personas es un privilegio difícil de describir, indicó.

Desde el primer día sentí una conexión especial con los pacientes. La población de Barillas (en la Sierra de los Chuchumatanes) es noble, respetuosa y agradecida, realzó.

Mis días en el hospital -explicó- suelen ser intensos, pero siempre llenos de sentido. Atender, escuchar y acompañar a tantos seres humanos me ha enriquecido profundamente.

Aprendo mucho de la cultura indígena maya q’anjob’al: su vestimenta, humildad, su forma de agradecer. Son personas trabajadoras, respetuosas y llenas de valores, resaltó el doctor.

Agradeció igualmente al pueblo de Barillas por su cariño; “dondequiera que paso me saludan cordialmente y eso es un gesto que siempre guardo en el corazón”.

MENSAJE A LAS NUEVAS GENERACIONES DE GALENOS

Tras mi misión en Guatemala, seguiré trabajando como clínico internista en el policlínico docente de San Juan de los Yeras, que es mi segunda casa. Continuaré impartiendo clases y transmitiendo mis conocimientos con humildad, apuntó.

A las nuevas generaciones manifestó que “esta profesión debe vivirse con sensibilidad, solidaridad, altruismo y superación constante”.

El verdadero médico es aquel que sirve a la humanidad y hace que cada paciente salga satisfecho del trato. La medicina es ciencia, pero también amor. Y solo quien la lleve en el corazón podrá ejercerla con dignidad, concluyó León.

arb/znc

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