jueves 17 de abril de 2025

Cuerno de África, una mirada a su desarrollo y desafíos (+Fotos)

Djibouti (Prensa Latina) La región de la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo (IGAD) registró importantes avances en su crecimiento económico en los últimos años, pero continúan siendo desafíos la inseguridad alimentaria, barreras comerciales y efectos de la Covid-19.

Por Nara Romero Rams

Corresponsal jefe en Etiopía

De acuerdo con la Estrategia Regional de la IGAD 2021-2015, se registró una tasa promedio de crecimiento del producto interno bruto (PIB) de alrededor de 6,7 por ciento de 2017 a 2020 en el conjunto de los Estados miembros (Etiopía, Djibouti, Somalia, Uganda, Sudán, Sudán del Sur, Kenya y Eritrea).

En 2020, el sector de los servicios mantuvo la tendencia dominante, con una contribución de 49 por ciento al PIB agregado, seguido del agrícola (37 por ciento) y el manufacturero (nueve por ciento).

El informe reveló que la agricultura emplea a más del 70 por ciento de la población y aporta más de 34 puntos porcentuales al PIB. Asimismo, sostiene directamente a más del 80 por ciento de los habitantes de la región y constituye la base del suministro de alimentos y los ingresos por exportaciones. De manera general, la producción de alimentos en el Cuerno de África aumentó solo un dos por ciento por factores como la adopción de nuevas tecnologías y prácticas agrícolas climáticamente inteligentes.

Según expertos, es necesario optimizar la evidencia científica para mejorar la producción, la gestión de los recursos naturales y la protección del medio ambiente.

DESAFÍOS Y LIMITACIONES PARA EL DESARROLLO

A pesar del aumento marginal en la producción de alimentos (incremento en la producción al utilizar un poco más de un recurso, como mano de obra, sin variar la cantidad de otros como terreno o maquinaria), el número de personas en situación de inseguridad alimentaria aumentó de 25 millones en 2016 a 27 millones en 2020.

El informe subrayó que esa estadística se debió a los efectos de la pandemia de Covid-19, la plaga de langosta del desierto, conflictos, desplazamientos y las graves inundaciones.

Conectar las zonas de excedentes con las de escasez de alimentos siguió siendo un desafío ante las limitadas salidas para el comercio transfronterizo de productos agrícolas.

De ahí la necesidad de invertir en mercados transfronterizos resilientes, sistemas de alerta temprana, mitigación y adaptación al riesgo climático, y fortalecer los sistemas de alerta temprana.

La evidencia disponible, subraya la Estrategia Regional de la IGAD 2021-2015, sugiere que la región podría haber puesto más énfasis en la eliminación de las barreras comerciales y menos en el desarrollo de las capacidades productivas necesarias para el comercio.

Este planteamiento lo confirma, por ejemplo, la presencia de cadenas de valor disfuncionales, a pesar de ser una prioridad en las aspiraciones de desarrollo industrial de la Unión A para 2063.

Reconoce además como impedimentos para el progreso en la cooperación e integración regionales a la lenta y deficiente implementación del Plan Mínimo de Integración, la falta de un régimen regional de libre movilidad, el limitado espacio para el sector privado y la menguada capacidad de producción.

Por otra parte, en materia de desarrollo social mejoraron la mayoría de los indicadores gracias a las estrategias adoptadas por los Estados miembros, destacó el informe.

La pobreza se redujo de 43 a 15 por ciento de 2012 a 2017, y se observaron algunos avances en parámetros de salud y educación, como la mortalidad infantil y materna, las personas que viven con VIH/SIDA y tuberculosis.

Sin embargo, en general, el desempeño de los indicadores de salud se mantuvo bajo, teniendo como factor limitante importante la disponibilidad insuficiente de instalaciones y personal sanitario.

La pandemia de Covid-19 también revirtió algunos de los avances en el sector al registrar una tasa de desempleo desproporcionadamente alta entre los jóvenes, de hasta un 28 por ciento, en comparación con las tasas generales de hasta 14 por ciento.

Entre los factores que contribuyen a esta situación se incluyen los desastres frecuentes, el desplazamiento forzado, las desigualdades de género y las limitadas oportunidades de empleo.

MIGRACIÓN, OTRA PREOCUPACIÓN PARA EL DESARROLLO

La Estrategia Regional de la IGAD 2021-2015 definió a la migración en la región tanto una oportunidad como una preocupación para el desarrollo.

Advirtió que los migrantes enfrentan vulnerabilidades significativas, entre ellas el acceso limitado a servicios esenciales como salud y protección social pocas oportunidades de inclusión en el mercado laboral formal. Lo antes mencionado provoca un desplazamiento irregular y ser víctimas de la trata de personas o el tráfico ilícito.

Para abordar esa situación, las intervenciones estratégicas del ente africano priorizan la promoción de la libre circulación de personas, incluida la trashumancia, la capacitación y el empleo de jóvenes, así como la prestación de servicios esenciales para aprovechar al máximo el potencial de la migración como motor de desarrollo.

Algunos Estados miembros experimentan una relativa estabilidad y crecimiento económico gracias a esas iniciativas, mientras que otros se ven afectados por conflictos internos violentos.

Las disputas intraestatales y otras amenazas transnacionales a la seguridad, como el extremismo violento, el terrorismo y la delincuencia organizada transfronteriza, provocan desastres humanitarios y amenazan la paz, la seguridad, el desarrollo y la integración regional, reiteró la IGAD.

A pesar de estos desafíos, continúa apoyando los procesos de paz, en particular en Sudán del Sur y Somalia.

VISIÓN REGIONAL PARA CUATRO AÑOS

La Estrategia Regional de la IGAD 2021-2025 está diseñada en el marco conceptual de la Visión 2050 de ese ente africano. En esta hoja de ruta, los primeros cinco años se centrarán en la transformación estructural mediante la ciencia, la tecnología y la innovación, y la manufactura en una economía basada en los recursos naturales.

Aprovecha los compromisos con los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030, la Agenda 2063 de la Unión Africana, además de otros marcos regionales y programas en curso.

Define como las principales áreas de intervención a abordar la seguridad alimentaria, el desarrollo socioeconómico, la utilización sostenible de los recursos transfronterizos, el desarrollo social, la paz y la seguridad, y los facilitadores críticos.

Para alcanzar esos objetivos generales, adoptó en 2019 un enfoque integral para la gestión de riesgos, descrita en el Marco de Políticas de Gestión de Riesgos que busca identificar las principales amenazas, evaluar su naturaleza y alcance, gestión de forma eficiente, eficaz y económica dentro del margen establecido por la organización.

El marco de políticas también define las categorías de riesgos que permiten a la IGAD anticipar y responder a los cambios en su entorno de prestación de servicios y tomar decisiones informadas.

arc/nmr

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