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sábado 12 de octubre de 2024
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Agricultura, el momento de atender los desafíos en África

Addis Abeba (Prensa Latina) Una población que se estima llegará a más de dos mil millones de habitantes en 2050, África demandará de políticas agrícolas para responder a los desafíos nutricionales de sus habitantes y preservar sus recursos naturales.

Por Nara Romero Rams

Corresponsal jefe en Etiopía

Así lo expresó en entrevista con Prensa Latina la comisionada del Departamento de Agricultura, Desarrollo Rural, Economía Azul y Medio Ambiente Sostenible de la Unión Africana (UA), Josefa Correia Sacko, al reflexionar sobre la necesidad de diseñar y/o fortalecer las normativas sobre el tema que resulten recomendaciones y lecciones aprendidas.

Estas últimas, según Sacko, saldrán de las distintas revisiones bianuales de la implementación de la iniciativa emblemática de su departamento denominada Programa de Desarrollo Detallado Agrícola (Caadp) con sus siete compromisos sobre prioridades específicas y concretas.

“Este programa es el motor del proceso de nuestra revolución agrícola continental, implica aumentar las inversiones, desarrollo del emprendimiento y de las inversiones en cadenas agroalimentarias, mejoramiento de los mercados agrícolas nacionales y regionales”, subrayó.

De igual manera, implica promoción de la investigación en el sector, adecuada extensión rural y avances en el manejo sustentable de los recursos naturales.

Sin embargo, reconoció, las dos últimas evaluaciones mostraron que el continente no está en el camino correcto con un conjunto de compromisos relacionados con la implementación de la Declaración de Malabo de junio de 2014.

Reveló que el informe calificó de progresistas a 19 países del continente en términos de implementación y metas del Caadp, mientras que en relación con el financiamiento sólo cuatro Estados invirtieron al menos 10 por ciento de su gasto nacional en agricultura.

En la región sur de África compuesta por Angola, Botswana, Lesotho, Madagascar, Malawi, Mauricio, Mozambique, Namibia, Sudáfrica, Suazilandia, Zambia y Zimbabue, todos esos países excepto Mauricio presentaron sus informes para una tasa de presentación del 92 por ciento, continuó.

Por lo tanto, recalcó, los Estados miembros tienen dificultades para poner en práctica sus propias decisiones, a pesar de los esfuerzos de la Comisión de la UA para facilitar el proceso de incorporación de la Declaración de Malabo a sus Planes Nacionales de Inversión Agrícola.

LAS RECOMENDACIONES ESTÁN

Teniendo en cuenta lo antes planteado, la comisionada de la UA dijo que, para mejorar el desempeño y considerando la baja erradicación de la pobreza y la débil financiación de las inversiones, debe aumentarse el gasto público en agricultura, el acceso de los agricultores a insumos y tecnologías agrícolas, así como una gran inversión en el desarrollo de resiliencia.

Otro aspecto importante es invertir en tecnología de almacenamiento para limitar las pérdidas y fortalecer los sistemas de gestión y recopilación de datos para garantizar todos los objetivos y metas de los compromisos del programa agrícola africano.

Según estimaciones, “si desde la Declaración de Maputo los Estados fueran capaces de destinar 10 por ciento de sus presupuestos nacionales a la agricultura, el proceso de transformación estaría dando paso a otros sectores económicos como la industria, las infraestructuras y los servicios, entre otros”, afirmó.

Otra propuesta a gran escala que podrá dar un “impulso” a la economía del continente es la implementación del Programa Común de Agroparques Africanos (Caap), que permitirá la integración y la industrialización, explicó.

Los Caap son cinco grandes zonas agroindustriales y corredores de suministro de alimentos comunes transfronterizos a establecerse en zonas agroecológicas adecuadas en cada una de las regiones geográficas de África.

Cada zona estará dominada por productos agrícolas específicos, a partir de los cuales se desarrollarán cadenas de valor continentales para producirlos y procesarlos y que pueden comercializarse entre Estados africanos para compensar gradualmente la factura de las importaciones.

Para Sacko, la implementación de los Caap ya no es una mera opción, sino más bien un compromiso con esta importante visión de África.

En ese sentido, remarcó, es un gran punto de partida para lograr la ambición del continente de triplicar el comercio intraafricano de bienes y servicios agrícolas, tal como se estipula en la Declaración de Malabo de junio de 2014 por los Jefes de Estado de la UA y estoy convencida de que podemos hacerlo.

Reveló que en este momento alrededor de 25 millones de dólares es la cantidad necesaria para el trabajo de coordinación de los centros de investigación que llevan a cabo los estudios para identificar áreas apropiadas para la implementación del Caap.

Por otro lado, cuentan con la estrategia desarrollada en economía azul, tras la conferencia de Economía Azul Sostenible de Nairobi, Kenya, celebrada en 2018.

UA Y LA APUESTA POR LA ECONONÍA DEL OCÉANO AZUL

La UA ha identificado el desarrollo de la economía del océano azul como un objetivo prioritario para lograr la aspiración de “Un África próspera basada en un crecimiento inclusivo y un desarrollo sostenible en el contexto de la Agenda 2063 de la Unión Africana”, precisó la comisionada Josefa Correia Sacko a esta agencia de prensa.

Resaltó que la estrategia busca contribuir significativamente a la transformación y el crecimiento continentales mediante la promoción del conocimiento sobre la biotecnología marina y acuática, la sostenibilidad ambiental, el crecimiento de una industria naviera.

Asimismo, el desarrollo del transporte y la pesca marítimos, fluviales y lacustres y la exploración de los recursos minerales de aguas profundas, entre otros recursos.

Este programa estratégico orienta a los Estados miembros y sus instituciones regionales en el marco de la formulación coherente de sus estrategias nacionales y regionales de economía azul que promuevan la transformación socioeconómica y el crecimiento.

Comentó que los sectores africanos que componen la economía azul generan actualmente un valor de 296 mil millones de dólares y 49 millones de empleos. Se prevé que, para 2030, las cifras serán respectivamente de 405 mil millones de dólares y 57 millones de empleos.

Para 2063 las estimaciones serían respectivamente de 576 mil millones de dólares de valor creado y 78 millones de empleos, enfatizó.

En ese contexto, el Plan de Acción de Recuperación Verde aborda los desafíos combinados de la recuperación de la Covid-19 y el cambio climático, centrándose en áreas críticas prioritarias conjuntas como el financiamiento de la lucha contra la crisis climática y el apoyo a los programas nacionales de energía renovable, eficiencia energética y transición justa.

Incluye también las soluciones basadas en la naturaleza y el énfasis en la biodiversidad a través del trabajo en gestión sostenible de suelos, silvicultura, océanos y ecoturismo, así como la agricultura resiliente enfocada en el desarrollo económico inclusivo y los empleos verdes.

Ciudades ecológicas y resilientes acentuadas en el agua (inundaciones y recursos hídricos) y fortaleciendo la información, la comunicación y la tecnología, integran las cinco áreas críticas identificadas en el plan.

Este último se implementará en estrecha colaboración con instituciones panafricanas, incluida la Comisión Económica de las Naciones Unidas para África y una amplia gama de iniciativas regionales y continentales, bancos de desarrollo, el sector privado y los Estados miembros para complementar y reforzar los planes nacionales de recuperación, concluyó.

arc/nmr

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