Apuntes históricos señalan que cuando las poblaciones de esclavos africanos procedentes de Jamaica llegaron a lo que actualmente se conoce como la Región Autónoma de la Costa Caribe Sur, el lugar estaba poblado por varios grupos étnicos.
Misquitos, ulwas, mayagnas y ramas estaban entre ellos, pero fueron los afrodescendientes quienes rompieron el silencio con sus tradiciones, explican estudiosos del tema.
Entre esos populares ritos destaca la fiesta del Tulululu, festividad originaria de los pueblos de la Costa Caribe. Se realiza en agradecimiento a la llegada del invierno y la temporada productiva o fertilidad, con desfiles y bailes por calles y barrios.
Los participantes visten coloridos trajes y forman un túnel o un arco con las manos para que los demás pasen bailando al ritmo de tambores y trompetas la popular canción Tulululu pass under, con la cual se cierra la fiesta del Palo de Mayo, otra de las celebraciones ancestrales.
“Su sangre se entrecruzó entre todas las razas y hoy esta herencia late en nuestra personalidad y en nuestra identidad”, comentó a Prensa Latina el promotor cultural del Ministerio de Educación de Nicaragua, Wilmor López.
De acuerdo con López, el Palo de Mayo constituye una de las danzas más populares de la zona de Bluefields, y aunque lo trajeron los ingleses, la expresión folclórica sí es africana.
El baile está cargado de estimulaciones multisensoriales y se expande, exagera y contiene una especie de sentido de competición”, comentó.
Como danza de la fertilidad, explicó el experto, dicho baile está fundamentado en un conocimiento colectivo y cuenta muchas historias, pues tiene un lenguaje no verbal lleno de significados, independientemente de quien lo baile.
Otros estudios refieren la presencia del Palo de Mayo en Nicaragua, según los registros de la época, hacia 1850. Las primeras canciones llegaron de Jamaica y Belice, mientras otras se crearon en Laguna de Perlas y Bluefields en el Caribe nica.
“La fiesta del Palo de Mayo, con sus ritmos y danzas de fuerte influencia africana, es la más popular y representativa de la región caribeña nicaragüense”, subrayó el promotor cultural.
AFRICANIDAD EN NICARAGUA
López calificó la africanidad en Nicaragua como un tema antiguo, pues con los españoles vinieron funcionarios africanos que le ayudaban con los servicios y pasaron por el país sin dejar huella alguna.
En ese sentido, precisó que quienes llegaron formalmente a Nicaragua fueron los esclavos africanos traídos de Jamaica y recordó que la mayoría de las familias de Bluefields provienen de esa nación caribeña.
“Fueron ellos los que trajeron su cultura en su memoria”, aseveró.
Añadió que cuando llegaron los primeros afrodescendientes a la tierra de lagos y volcanes, donde primero se asentaron fue en Bluefields, luego en Bilwi y después en la isla de Orinoco, en la costa Caribe.
Los negros afrodescendientes invadieron la zona con sus culturas en el siglo XVII, y pese a no conformar en esa época una amplia población, sobresalían por encima de otras etnias por la vistosidad, coloridos y alegría, dijo.
Según estudios, en 1893 la población de Bluefields era de cuatro mil 500 habitantes, la mayoría de ellos descendientes de negros jamaiquinos conocidos como creoles, quienes trabajaron en las plantaciones y cortes de madera preciosa de los ingleses.
A decir de López, la Costa Caribe llegó a desarrollar una cultura diferente bajo la influencia ejercida por Inglaterra desde sus posiciones en esa zona, de modo que el inglés se estableció como idioma principal de la población de origen africano, desarrollándose luego la expresión conocida como creole.
“Lo más significativo es que su inglés es muy distinto al inglés normal, pero además es el único lugar donde se habla. Tiene una rica mezcla de palabras francesas e inglesas, entonces el que entiende el inglés y escucha el creole, le encanta”, manifestó.
A su juicio, los nicaragüenses en sentido general tienen una herencia africana que no pueden negar, pues la raza negra los cubre y los hace bailar.
Aludió a la Marimba, instrumento nacional afromestizo, el cual posee un sólo teclado, a diferencia de las de México y Guatemala que lo tienen doble.
Por otra parte, se refirió al proceso de emancipación de la esclavitud que en el caso de Nicaragua llegó en 1840 y se dio por primera vez en Corn Islan, donde las personas de raza negra tienen características físicas distintas a las de Bluefields.
“Comenzaron a celebrar lo que llaman ahora la fiesta del cangrejo, una gran sopa de ese marisco, y quedó plasmado en la historia como el día de la emancipación el 27 de agosto”, recordó.
LA REVOLUCIÓN RETOMÓ EL CARIBE
Según López, la Costa Caribe era desconocida para muchos nicaragüenses de la región del Pacífico durante la época de la dictadura somocista; las culturas estaban muy alejadas y algunos creían que se trataba de otro país.
“A la dictadura no le interesaba la cultura. Fue con el triunfo de la Revolución sandinista y el presidente Daniel Ortega cuando se retoma a esa región”, resaltó.
De acuerdo con apuntes históricos, antes de 1979 sólo se reconocían como componentes de la cultura nica la herencia aborigen y la hispana, y se ignoraba la presencia de la población negra.
“Sin embargo, a lo largo de los siglos su cultura sonó como un ronco tambor en los oídos de ingleses, portugueses, holandeses, franceses, norteamericanos, viajeros, escritores, religiosos, piratas y traficantes de esclavos”, destacó López.
A juicio del investigador, ante todos ellos el creole conservó su cadencia y la africanidad, y sobrevivió hasta nuestros días pues marcó su frontera y dieron a la nación una expresión que “nos habita dentro del ser: es la cultura que habla, baila y canta”.
La Costa Caribe nicaragüense está conformada por las regiones autónomas Norte y Sur, y ocupa un poco más del 52 por ciento del territorio nacional.
La zona estuvo integrada al resto de Nicaragua como un departamento más, pero nunca fue parte de un proyecto de desarrollo.
“Por tanto, a partir de 1979 la costa Caribe recobra su color y brillo, su cultura comienza a revitalizarse para no perderse, se activan y refuerzan su identidad y valores y se hermana con el Pacífico en jornadas culturales”, subrayó el especialista.
De este modo, se reconoce internacionalmente al país de lagos y volcanes como una nación multicultural, multilingüe y pluriétnica, con el reconocimiento desde la constitución política de los pueblos originarios.
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