domingo 19 de octubre de 2025

Tierras raras en el centro de las nuevas tensiones China-EEUU

Beijing, 15 de octubre (Prensa Latina) Las relaciones comerciales entre China y Estados Unidos entraron en una nueva fase de tensión, tras la decisión de Beijing de reforzar controles a la exportación de minerales estratégicos, lo que desencadenó una respuesta furiosa de Washington.

Por Isaura Diez

Corresponsal jefe en China

Luego de meses de tregua comercial y conversaciones, la escalada comenzó con la publicación del Ministerio de Comercio de China de regulaciones a exportaciones de elementos críticos clave en la fabricación de semiconductores, baterías de vehículos eléctricos, turbinas eólicas y sistemas de defensa avanzados, entre otros.

El trasfondo de esas tensiones incluye la abrumadora posición china en un sector crítico. Datos oficiales confirman que el país es responsable del 70 por ciento de la extracción mundial de tierras raras, elementos indispensables para la industria tecnológica y de defensa.

Esa ventaja estructural convierte cualquier medida de restricción comercial de Beijing en un factor de presión considerable, en un contexto donde Washington intenta reconfigurar las cadenas globales de suministro.

El Ministerio de Comercio chino subrayó que los controles no equivalen a una prohibición total de exportaciones.

“China es un país responsable y aplica los controles a la exportación con prudencia, justicia y de manera no discriminatoria”, afirmó un portavoz de la cartera.

La medida, según explicó, se dirige a “contribuir a la paz mundial, la estabilidad regional y el cumplimiento de las obligaciones internacionales en materia de no proliferación”.

En respuesta, Washington anunció un arancel adicional del 100 por ciento sobre productos chinos y más restricciones a la exportación de software clave.

El presidente norteamericano, Donald Trump, calificó la medida de Beijing como hostil.

Beijing denunció esas acciones como un “doble rasero” y recordó que Estados Unidos abusa del concepto de seguridad nacional para imponer controles unilaterales y discriminatorios sobre semiconductores y otros bienes chinos.

Asimismo, el gigante asiático señaló que mientras la lista de control de exportaciones de Estados Unidos supera los tres mil artículos, la de China solo incluye poco más de 900.

El representante comercial de Estados Unidos, Jamieson Greer, indicó que los aranceles sobre productos chinos podrían implementarse antes de lo anticipado y que su aplicación dependía de las prácticas que adopte China.

También mencionó que el país norteño tiene sus propios controles de exportación que podría implementar como contramedida.

El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Lin Jian, reiteró que “la posición de China ha sido clara y coherente”, y criticó que “Estados Unidos, mientras dice querer dialogar, amenaza con altos aranceles y nuevas restricciones”.

“No queremos una guerra comercial, pero tampoco la tememos”, reiteró el portavoz de la Cancillería.

LA DISPUTA NO SE LIMITA AL ÁMBITO TECNOLÓGICO

China impuso una tasa especial portuaria a embarcaciones estadounidenses en respuesta a las tarifas de Estados Unidos contra buques chinos que rigen desde el pasado martes, derivadas de la investigación 301 sobre los sectores marítimo, logístico y de construcción naval.

Pese a recientes encuentros celebrados en Madrid y Londres, Washington mantuvo una “actitud negativa”, según fuentes chinas, y publicó el 3 de octubre los requisitos específicos para aplicar esas tarifas a buques chinos. El Ministerio chino de Comercio calificó las medidas estadounidenses de violación del Acuerdo de Transporte Marítimo bilateral y de las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y las describió como “un típico acto unilateralista”.

Beijing impuso sanciones a cinco filiales estadounidenses de Hanwha Ocean, constructor naval surcoreano por colaborar con la investigación 301 que, según China, socava su soberanía.

Otros reportes apuntan a que quizás haya un diálogo constructivo durante una reunión entre los presidentes Donald Trump y Xi Jinping, programada dentro del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), que se celebrará en Corea del Sur a finales de este mes.

De ocurrir, Xi llegará a ese encuentro luego de la cuarta sesión plenaria del XX Comité Central del Partido Comunista (20 al 23 de octubre), en la cual el gigante asiático adoptará su plan de desarrollo económico-social para 2026-2030 y trazará sus prioridades.

arc/idm

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