Por Mario Hubert Garrido

Corresponsal jefe en Panamá

Su actual presidente, el diputado cubano Rolando González Patricio, aseveró que escribir la nueva historia pasa por los actuales desafíos en un mundo de muchas turbulencias, pero en el que las nuevas alianzas y la acción del Legislativo regional seguirán siendo decisivas.

A propósito del trascendental foro “Diálogo Político: Los Parlamentos en la Acción Climática y la Transición Justa”, que se celebrará 4 y 5 de junio en esta capital, González Patricio accedió a conversar con Prensa Latina sobre este y otros temas.

RAÍCES Y APORTES

El Parlatino fue fundado el 10 de diciembre de 1964 en Lima, Perú. Su sede también funcionó durante unos 15 años en Sao Paolo, Brasil.

El 27 de agosto de 2007 hubo un salto importante, con la firma del Acuerdo de Sede con el gobierno de la República de Panamá, el cual fue aprobado por la Asamblea Nacional (parlamento unicameral) el 14 de diciembre de ese mismo año, y desde enero de 2008 radica en el istmo.

En toda esta etapa, el organismo sobresale por la aprobación de más de 100 Leyes Modelos sobre inteligencia artificial, educación, seguridad alimentaria y conservación del medio ambiente, entre otros temas medulares.

González Patricio recordó que el Parlatino surgió en una coyuntura muy particular en la región, en la primera mitad de los 60 ante un número importante de dictaduras militares o de amenazas serias a la continuidad democrática en varias repúblicas del continente.

Entonces su objetivo fue mejorar el estado de la democracia, al mismo tiempo consolidar caminos de unidad y facilitar lo que históricamente se ha llamado la integración latinoamericana.

En ese sentido mencionó a los pioneros de ese movimiento: Andrés Townsend (Perú), Nelson Carneiro (Brasil) y Luis León (Argentina), cuya labor desembocó en la reunión de varios congresos en Lima, Perú, entre el 7 y el 11 de diciembre de 1964 y en la Declaración de Lima que dejó constituido el Parlatino.

Presidente del Parlatino destaca labor del organismo regional

Ahora, aseveró, lo importante de la casa de la democracia parlamentaria latinoamericana más allá de su sede, es lo que genera y aporta y en ese sentido; el Parlatino tiene un número importante de contribuciones y posicionamientos políticos a lo largo de todas estas décadas.

Entre ellas destacó que en la primera mitad de los años 90 el Parlatino gestó el proyecto integracionista que se presentó en la reunión de cancilleres del Grupo de Río, donde se creó la Comunidad Latinoamericana de Naciones, grupo que luego derivó en la actual Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), fundada en 2011 en Caracas, Venezuela

Hoy el Parlatino tiene en su legado más de 100 Leyes Modelos que no son vinculantes, explicó, pero encarnan un consenso desde la perspectiva plural de sus integrantes en temas diversos como alimentación, agricultura, salud, seguridad, educación e inteligencia artificial.

También sus pronunciamientos abarcan asuntos medulares como el enfrentamiento al narcotráfico, el crimen organizado o el tráfico ilícito de armas pequeñas y ligeras, entre otros.

Con el tema migratorio hay también un acompañamiento y se logró la creación de una comisión temporal dedicada a esa problemática.

A juicio del líder parlamentario, el principal hito que marca la manera particular de abordar en ese organismo la paz y la integración es el rechazo a los golpes de Estado o quiebre de la democracia en el continente.

Puso como ejemplo la suspensión en su membresía de los congresos de Honduras en 2008, cuando la asonada contra Manuel Zelaya, o de Chile en 1973, cuando se impuso la dictadura militar de Augusto Pinochet.

Igualmente opinó que el legado del Legislativo regional hay que buscarlo en muchos terrenos, como el económico cuando se creó una comisión especial y dedicaron una Asamblea extraordinaria al tema de la deuda externa.

De otra parte, es sustantivo cada vez que la Asamblea (máximo órgano directivo), las Juntas o las Comisiones se pronuncian frente a agresiones o medidas coercitivas unilaterales que han lastimado durante estos 60 años los intereses de los pueblos de América Latina y el Caribe.

ACTUALES DESAFÍOS

De los retos actuales del Parlatino, González Patricio precisó que son los mismos que enfrenta la región, en medio de una época de muchas turbulencias, de ajustes geopolíticos, de fenómenos económicos, sociales y climáticos.

Opinó que, en ese panorama, el mayor aporte que puede hacer este organismo va por el camino de consolidar el carácter de América Latina y el Caribe como zona de paz y contribuir a ello por la vía del fomento del diálogo, la negociación y el respeto a la autodeterminación de los pueblos, la base para avanzar en el resto de los terrenos.

También explicó que en un mundo cada vez de mayor interdependencia e interconectividad es hora de ampliar esa labor parlamentaria con la incorporación de otros miembros en la región -actualmente son 23-, pero también de relaciones con otros parlamentos del orbe.

Alabó además la presencia de observadores de Europa, Asia y África, que consideró como puentes para el diálogo. Subrayó la línea estratégica de fomentar diálogos birregionales como se ha hecho con el Parlamento Europeo, y la creación a principios de este siglo de la Asamblea Parlamentaria Eurolatinoamericana.

De la misma manera, dijo, desde 2019 se ha intensificado el diálogo con África y fue creado el Foro Afrolac. Hoy existe la intención de convertirlo en un organismo más estable con una secretaría que dé seguimiento a sus acuerdos.

Además, se avanza en los vínculos birregionales con el mundo árabe y los parlamentos de los países de Asia, precisó.

González Patricio consideró como otro reto del Parlatino es abrir y sostener un diálogo con los congresos del Norte del continente.

Al respecto, opinó que deberá ser un diálogo de respeto mutuo con el Congreso de Estados Unidos y la regularización de nexos con los parlamentarios de Canadá, hasta ahora sin precedentes.

CRISIS CLIMÁTICA

De otra parte, González Patricio destacó que el Parlatino se ha tomado muy enserio el “Pacto para el Futuro” que aprobó la Organización de Naciones Unidas en septiembre de 2024.

Al respecto y sobre el diálogo político que tendrá lugar los días 4 y 5 de junio en la sede del legislativo regional, señaló que su punto culminante será la constitución de la Alianza Parlamentaria para la Acción Climática y la Transición Justa.

Será la plataforma, el instrumento interparlamentario para el intercambio de ideas con vistas a la construcción de proyectos y visibilidad de determinadas iniciativas, comentó.

Asimismo, dijo, se trata de un primer paso para que los esfuerzos interparlamentarios puedan convertirse en la pieza que hoy le falta a la arquitectura global de gobernanza ante la crisis climática.

En ese propósito, insistió, la crisis climática tiene un carácter transversal y afecta a las actuales y futuras generaciones, de ahí la importancia de que, a través de su función de legislar y fiscalizar, los parlamentos impulsen un mayor cumplimiento de los compromisos nacionales e internacionales.

arb/GA