jueves 30 de enero de 2025

Vamos por el Socialismo, grito contra la injusticia

Ciudad de Guatemala (Prensa Latina) El libro Vamos por el Socialismo, en estos tiempos de cierta retracción de las luchas populares, es un llamado a no perder las esperanzas, afirmó aquí su autor, el psicólogo y filósofo argentino Marcelo Colussi.

Por Zeus Naya

Corresponsal jefe en Guatemala

Tras presentar la obra en esta capital, disponible, gratuita, en la biblioteca del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, el también docente universitario declaró a Prensa Latina que buscó dejar una lectura crítica constructiva de varias experiencias.

Ella, añadió el analista político, viendo los logros de la Unión Soviética, China, Cuba, el movimiento zapatista, igualmente los límites, las cosas que hay que mejorar, corregir, como en toda experiencia humana.

Para mostrar básicamente esto, que ninguna ha sido un fracaso, como lo presenta la prensa o la academia capitalista occidental, subrayó el investigador social radicado en Guatemala.

Señaló que resulta una cosa totalmente ficticia presentar a un sistema como exitoso al mostrar un centro comercial abarrotado de mercancías y lucecitas de colores, como se ve en alguna nación centroamericana, Panamá o Haití incluso. El capitalismo vende ilusiones todo el tiempo, sus especialistas lo saben hacer muy bien, advirtió el escritor.

NACIMIENTO DEL CAPITALISMO

Colussi viaja pronto del nacimiento del capitalismo a la actualidad, desde los albores del siglo XIII, cuando empieza la primera acumulación originaria, ya en el norte de Europa, el renacimiento italiano.

La Liga Hanseática se pone así como punto de arranque, los comerciantes de lo que en el presente es el norte de Alemania, Países Bajos, los atisbos iniciales, explicó el reconocido intelectual.

Ya tiene 700 años de acumular, generar riqueza, y lo hace para un pequeño grupo, por lo cual desarrolló muchísimas formas, sabe mantenerse, conoce todas las manías habidas y por haber para continuar, remarcó.

Pasó guerras, revoluciones, pandemias, crisis y ahí está aparentemente victorioso en los papeles, en el sentido de que sigue siendo un sistema fabuloso, comentó en sus palabras a esta agencia.

Pero es una visión muy parcial, mentirosa, interesada esa, el capitalismo es un sistema que genera riqueza para que se la apropie un sector minúsculo de la población, consideró el experto.

El libro –acotó- trata de hacer una revisión de esto, que de los ocho mil 200 millones de personas en el mundo el 15 por ciento vive con cierto acceso a satisfactores básicos: comida los tres tiempos, agua potable o vivienda digna.

Todavía hay –mencionó Colussi en base a datos de las Naciones Unidas- un 20 por ciento de analfabetos, mujeres fundamentalmente, gente que jamás pisó un centro educativo y así van a seguir por ahora.

Entonces el capitalismo crea cierto confort para ese 15 por ciento, clase trabajadora media del primer mundo, y bolsones así en el tercero, Guatemala o Sierra Leona, en África, pero al lado de eso la mayoría de la humanidad pasa penurias, aseveró.

Por supuesto –amplió- hay una élite pequeñísima de menos del uno por ciento que consume de una manera disparatada, un automóvil Rolls-Royce de, aunque parezca mentira, 27 millones de dólares.

El mundo capitalista crea una riqueza absurda, cuando un 85 por ciento de la humanidad vive mal, desnutrido, analfabeto, sin acceso al agua potable, en condiciones de miedo, exclusión, guerras por todos lados, describió el autor.

A su juicio, Latinoamérica tiene la tremenda dicha de la inexistencia de guerras interestatales desde la época de la independencia, a comienzos del siglo XIX.

África, Europa, Asia, vivieron y siguen en medio de escenarios fratricidas donde los pobres son los que ponen el cuerpo siempre, por supuesto, enfatizó.

El capitalismo es eso, un sistema que demostró que por más que quiera va en contra de su ADN estructural, agregó el filósofo, quien colabora regularmente con diferentes medios digitales alternativos.

Actualmente se produce, al menos, un 40 por ciento más de alimentos para nutrir a toda la humanidad, pero se arroja comida a la basura para evitar pérdidas económicas, y el hambre deviene uno de los principales flagelos, insistió Colussi.

LA COVID-19

Pasó la pandemia de Covid-19, la cual marcó los límites del capitalismo neoliberal que privatizó todo, los sistemas de salud, y muchos países no pudieron hacerle frente, rememoró el escritor.

Aquellos con sistemas de salud pública bien organizados, como China, Cuba y otros, llevaron mejor la crisis; hubo muertos, claro, pero fue diferente, estimó.

Sin embargo, planteó el profesor, perdió la vida mucha más gente de hambre en el mismo periodo y continúa. En el mundo capitalista los fallecidos por accidentes laborales fueron dos millones 300 mil, por arriba de los de la Covid-19.

El socialismo demostró que puede llevar por lo menos satisfacción, no llamo felicidad, que es una palabra demasiado amplia y engañosa, expresó Colussi.

En ninguna nación de este corte la gente pasa lo que en las capitalistas, donde hay hambre, excluidos, minas de la calle, gente pidiendo en el semáforo, argumentó.

Supieron paralizar los sindicatos, pero el fermento que explica el socialismo científico sigue, la explotación, el malestar en la gente, las injusticias, acentuó el investigador social.

En su opinión, la idea de cambio social está un poco aplastada y la cosa gira en torno a cómo unir, promover, impulsar, porque el propio capitalismo ha tratado de denostar, restar, fragmentar y lo ha logrado en buena medida.

Este sabe lo que hace y tiene mucho que perder, siete siglos de acumulación, de apropiación de la riqueza por una pequeñísima élite global, ponderó el intelectual.

El socialismo -resaltó- no está muerto, porque es un grito contestatario contra esa explotación, ese sistema injusto y opresor que es el capitalismo. Es la única opción que puede significar un mejoramiento real para toda la especie humana, finalizó Colussi.

arb/znc

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