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lunes 25 de noviembre de 2024
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Sudán y la pesadilla de un conflicto armado

La Habana (Prensa Latina) Pese a que actores internacionales intentan solucionar el conflicto armado en Sudán, desataron las alarmas en el país los últimos ataques de las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) contra diversas infraestructuras, entre ellas, casas y escuelas.

Por Oscar Bravo Fong

Redacción África y Medio Oriente, Prensa Latina

Los efectivos de esas milicias bombardearon, entre otras áreas, la ciudad de Omdurmán, próxima a Jartum, luego de que el Ejército nacional ocupara partes de la importante demarcación, corroboró el portal digital Sudán Tribune.

En otra parte de la vasta geografía sudanesa, en los últimos días también las RSF y grupos árabes aliados asaltaron más de 30 aldeas situadas al oeste de la ciudad de El Fasher, capital de la convulsa occidental región de Darfur del Norte, lo cual provocó el desplazamiento de más de 30 mil civiles.

Todo ello ocurre en medio de enfrentamientos desde mediados de abril de 2023 entre el Ejército Nacional, presidido por el comandante general Abdul-Fatah Al-Burhan, presidente del Consejo Soberano de Transición, y las denominadas RSF, comandadas por el general Mohamed Hamdan Dagalo.

Según datos de Naciones Unidas, esos choques, junto a conflictos comunitarios, causaron hasta la fecha en territorio sudanés más de 10 millones de desplazados, lo cual significa que alrededor de la quinta parte de la población del país fue obligada a abandonar sus hogares.

Del total de desplazados, muchos de ellos niños, unos ocho millones permanecen dentro de Sudán, en tanto otros dos millones emigraron hacia países vecinos, lo que agrava la situación humanitaria con carencias de alimentos, medicinas y hasta agua potable, coincidieron organizaciones de derechos humanos.

Por si fuera poco, a esa situación se añade el que muchas de esas personas sin hogares, unos alojados en campamentos, son afectadas por enfermedades como el cólera, producido en lo fundamental por aguas contaminadas.

Como consecuencia del conflicto interno figuran la devastación de infraestructuras, en un contexto en que, según cálculos oficiales, no funciona una cifra superior al 75 por ciento de las instalaciones sanitarias de los estados afectados.

Desde 2023 Naciones Unidas contabilizó alrededor de 90 ataques armados contra instituciones de atención sanitaria, incluidas ambulancias y medios de transporte, los cuales dejaron saldo de más de 50 muertos y 104 lesionados.

UNA GUERRA QUE SE PROLONGA

Para detener el sangriento conflicto armado entre las tropas castrenses y las RSF, mediadores como Arabia Saudita, Suiza, Estados Unidos, Naciones Unidas y la Unión Africana, convocaron a las fuerzas beligerantes a entablar un diálogo de paz con sede en la ciudad suiza de Ginebra.

Sin embargo, a esas conversaciones, espacio independiente de otra mesa de pláticas que se realiza en Egipto, solo asistieron representantes de la milicia irregular y declinó participar el bando del cuerpo militar, encabezado por Al-Burhan.

La parte gubernamental sudanesa alegó que su ausencia al foro se debió a que no existió un acuerdo previo sobre las demandas del Ejército, el cual exigió asistir como representante del Ejecutivo y la retirada de las milicias RSF de todas las zonas residenciales.

También demandó que se cumpla con el Acuerdo de Yedda, Arabia Saudita, suscrito en mayo de 2023, el cual establece poner fin a los combates, dar paso a la transición política y proteger a la población civil con ayuda humanitaria.

Por otro lado, una delegación del Ejército regular se trasladó a El Cairo, con el propósito de analizar con países mediadores, como Estados Unidos y Egipto, una tregua en la guerra, paso considerado previo al envío posterior de una representación a Suiza, escenario de conversaciones de paz.

El comienzo del conflicto entre el Ejército y la RSF se atribuye a desacuerdos por cuotas de poder entre Al-Burhan y Hamdan Dagalo, en medio de un proceso de integración de la milicia insurgente a las fuerzas castrenses.

Al calor de la compleja situación no son pocos los que estiman, entre ellos el Alto Representante para la Iniciativa Silencing The Guns de la Comisión de la Unión Africana, Mohamed Ibn Chambas, que la interferencia foránea, con suministro de material bélico, prolonga el conflicto sudanés.

No hay que olvidar que potencias extranjeras occidentales ambicionan disponer de los vastos recursos petroleros y oro de Sudán, con elevado nivel de pobreza poblacional, dependiente en lo fundamental de su agricultura.

De esa forma ese país del noreste de África, que a partir de 2003 y hasta 2008 vivió un conflicto en la región de Darfur causante de más de 300 mil muertes, se debate en las aguas de una crisis multidimensional, no sólo en los ámbitos político, económico y de seguridad, sino también social y ambiental.

arb/obf

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