Por Oscar Redondo
Corresponsal jefe en Italia
El Informe Anual al Parlamento sobre toxicodependencia, presentado el 24 de junio último por el Departamento de Políticas Antidrogas de la Presidencia del Consejo de ministros, basado en datos de 2023, apunta que unas 960 mil personas de 15 a 19 años de edad consumieron estupefacientes al menos una vez.
Esa cifra equivale a 39,0 por ciento de la población estudiantil, casi cuatro de cada 10 alumnos, incluido un elevado número de menores de edad.
Se trata de un problema que avanza de manera alarmante, pues 680 mil de esos jóvenes usaron drogas en 2023, de ellos casi 360 mil con menos de 18 años, lo que equivale al 23,0 por ciento de los niños que asisten a las escuelas.
Los menores denunciados por delitos relacionados con drogas aumentaron en ese año un 10,0 por ciento respecto a 2022, con mil 246, para 4,5 puntos porcentuales del total de personas acusadas.
En una conferencia de prensa en relación con este tema, efectuada el pasado mièrcoles, el responsable gubernamental de las políticas antidrogas, Alfredo Mantovano, subrayó que se trata de “una historia que representa el resultado de una elección y se repite sistemáticamente”.
Mantovano citó tres elementos que, según dijo, confluyen en la extensión de este fenómeno, entre ellos “la propagación pandémica de sustancias estupefacientes, la reducción de la edad de primer contacto y posterior uso habitual, así como el aumento del principio activo, es decir, lo que determina el efecto dopaje”.
Entre las drogas más utilizadas por los jóvenes en esas tempranas edades se encuentra, en primer lugar, la marihuana, con un 22,0 por ciento, pero el consumo de cocaína está aumentando, con casi 54 mil que reportaron su uso en 2023.
También creció el empleo de Nuevas Sustancias Psicoactivas (NSP), con unos 160 mil estudiantes de 15 a 19 años que reconocieron su utilización al menos una vez en ese período.
Un 4,6 por ciento de los niños consumieron cannabinoides sintéticos; 1,3, usò ketamina e igual porcentaje opioides sintéticos, mientras 0,8 recurriò a las catinonas y 0,5 a la Salvia Divinorum.
Por otra parte, casi 380 mil jóvenes sufrieron al menos una vez intoxicación por alcohol, y otros 170 mil consumieron psicofármacos sin prescripción médica para la mayor prevalencia jamás registrada en un año.
El uso de estas últimas sustancias representó un 11,0 por ciento del total, y resultó significativo el dato de que entre las niñas su difusión duplicó la registrada entre los varones.
Las NSP, de acuerdo con la investigación, representan uno de los desafíos más dinámicos y críticos en el campo de las adicciones, debido a que su variabilidad creciente dificulta su detección y control.
Durante el último año se identificaron 70 NSP pertenecientes a la clase de las catinonas, con un 20,0 por ciento, mientras las arilciclohexilaminas, significaron 16,0 puntos porcentuales, a la vez que los cannabinoides sintéticos y las benzodiazepinas, marcaron porcentajes de 13,0 y 11,0 puntos.
Esta difusión sigue generando alarma entre los operadores del sector, pues al ser compuestos sintéticos fácilmente manipulables, son difíciles de detectar y, al no estar inmediatamente clasificados en las listas de sustancias prohibidas por la ley, a menudo escapan a los controles.
En 2023 se incluyeron 48 NSP en las mesas ministeriales y su consumo está creciendo entre los jóvenes, los más expuestos a ese mercado en particular.
Durante ese ùltimo año, 160 mil estudiantes de entre 15 y 19 años reportaron su consumo al menos una vez al año, lo que equivale a 6,4 por ciento del total.
Se alerta por los autores de ese estudio que dos quintas partes de los padres de los estudiantes de entre 9 y 14 años muestran una actitud de tolerancia hacia el consumo de sustancias cannabinoides, y la mitad de estos cree que su uso, así como del alcohol, debe contextualizarse antes de ser juzgado como preocupante. En ese contacto con la prensa, relacionado con el informe presentado ante los legisladores, participaron además los ministros Justicia, Educación y Salud, Carlo Nordio, Giuseppe Valditara y Orazio Schillaci, respectivamente.
Este último dio a conocer que durante 2023 fueron atendidos 132 mil 200 pacientes en los servicios dedicados a la prevención, tratamiento y rehabilitación de las adicciones, presentes de forma generalizada en todo el territorio nacional, y hubo un aumento del 51 al 55 por ciento en las personas tratadas por el uso de cocaína y de crack.
En ese contexto se incrementó el acceso a urgencias por situaciones directamente relacionadas con las drogas, con ocho mil 596 en ese año, 5,0 puntos porcentuales más que en 2022, y en la décima parte de los casos se trató de menores de edad, mientras que en el 12,0 por ciento de los mismos resultó necesaria la hospitalización.
Sumaron 227 las muertes por intoxicación aguda detectadas de forma circunstancial por las fuerzas policiales, mientras que los fallecimientos relacionados con esas sustancias, comprobados en investigaciones forenses, ascendieron a 822, y representaron un aumento del 5,4 por ciento.
Durante el pasado año se activó en 25 ocasiones el Sistema Nacional de Alerta Temprana del Departamento de Política Antidrogas, con avisos a centros colaboradores, y las alarmas más graves fueron por la difusión del fentanilo, opioide sintético 80 veces más potente que la morfina, así como de la xilazina, un sedante usado en medicina veterinaria.
Ante la expansión del consumo entre los más jóvenes, se produjo un aumento de las operaciones antidrogas y de las incautaciones por las fuerzas policiales, que crecieron en 6,0 y 17,0 puntos porcentuales respectivamente, con 89 toneladas de sustancias estupefacientes confiscadas en Italia y en aguas internacionales.
Se observó un incremento sustancial con respecto a la implicación de menores en la producción, tráfico y posesión ilícita de sustancias estupefacientes, subrayan los analistas.
En 2023, las cantidades de productos de cannabis incautados ascendieron a más de 67 toneladas, correspondientes al 76,0 por ciento del total desustancias estupefacientes interceptadas, una proporción que aumentó en 63,0 puntos porcentuales respecto al año anterior.
Respecto a la cocaína, se realizaron màs de ocho mil 500 acciones policiales destinadas a combatir su tráfico, correspondientes a 42,0 por ciento de todas las operaciones antidrogas realizadas durante el año, cifra superior a la de 39,0 puntos porcentuales registrada en 2022.
Se lograron ocupar casi 20 toneladas de esa sustancia, para un 22,0 por ciento del total, mientras que el año anterior el porcentaje alcanzó los 35,0 puntos.
En la lucha contra el narcotráfico de heroína se efectuaron mil 186 operaciones, correspondientes a 5,8 por ciento del total, con un descenso progresivo de 8,6 puntos porcentuales respecto a 2019 y la incautaron de 260 kilogramos, un porcentaje de 0,3 puntos respecto a todas las sustancias ocupadas.
La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, enfatizó en un mensaje divulgado este 26 de junio, en ocasión de la celebración de la Jornada Mundial contra las drogas, que la lucha contra esas sustancias y las adicciones patológicas constituyen una prioridad absoluta.
“Las drogas destruyen la vida de las personas y las convierten en esclavas y sumisas” enfatizó la mandataria, quien se refirió en particular a que las mismas afectan especialmente a las generaciones jóvenes.
Por tal razón, añadió, “el Gobierno y las instituciones, a todos los niveles, no deben mirar hacia otro lado sino hacer todo lo que esté a su alcance para combatir el tráfico y la venta de drogas, invertir en prevención y apoyar a los servicios públicos y a las comunidades terapéuticas en su insustituible acción de atención y recuperación”.
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