Por Julio Morejón Tartabull
De la redacciòn de Àfrica y Medio Oriente
Un reporte del primer trimestre del 2024 destacó que el norte del paìs concentrò 80 por ciento de los ataques y 94 por ciento de los secuestros, lo cual reafirmò la decisión oficial de enfrentar esa plaga.
Según Beacon Security and Intelligence Limited, con sede en Abuja, la capital federal, el estado de Borno sufrió el mayor número de muertos con 517, seguido por Benue (313), Katsina (252), Zamfara (212) y Kaduna, 206. De igual manera, arreciaron las trifulcas entre los terroristas de Boko Haram (BH) y el Estado Islámico de la Provincia de África Occidental (Iswap), cuyos enfrentamientos en la cuenca del lago Chad causaron un centenar de bajas.
Los choques entre ambos grupos de intereses y objetivos similares, pero separados por ambiciones de liderazgo, se convirtieron en rutina con un clìmax causado por la muerte del “emir” de BH Abubakar Shekau.
Sin embargo, el deceso hace tres años de Sekau no debilitó la tendencia de las dos facciones fundamentalistas de torcida filiación islámica, en tanto que se mantienen los enfrentamientos en zonas estratégicas y persisten acciones contra el Ejército.
Del 18 al 24 de abril pasado, los combates entre esas dos formaciones se intensificaron en las islas ribereñas de Tumbums, indicó Zagazola Makama, experto en contrainsurgencia en el lago Chad.
Para Zagazola Makama, especialista en el Estado Islámico, este ùltimo obtuvo mayor cantidad de puntos de apoyo al desalojar sus rivales de diversas locaciones tras recibir un envío de armas desde Mali a través de Níger.
Esa apreciación subraya la persistencia de una red terrorista en la semidesértica región del Sahel, porque trasciende el territorio nigeriano y amplìa sus acciones hacia otras zonas.
El ministro nigeriano de Defensa, Muhammad Badaru, consideró que se percibe una mejora en el nivel de seguridad, pese a que otras fuentes refutan ese criterio al estimar elevada la cifra de víctimas de los ataques de delincuentes contra poblaciones de civiles.
De todas formas, la violencia fundamentalista y su combate es un tema de la agenda política de Abuja, cuyas autoridades ocupan una responsabilidad vital en la jefatura de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao).
FUERTE OFENSIVA
El ejército nigeriano aniquiló en dìas recientes a 227 terroristas, pero muchos más aún deben ser eliminados, afirmó a la prensa el general de División Buba Chimezie Godfrey, al actualizar sobre la marcha de las operaciones contra las bandas.
Tambièn precisó que las tropas luchan en varios teatros de operaciones y se enfocan en destruir tanto la capacidad militar enemiga, así como su voluntad de lucha.
Las tropas muestran resistencia, determinación y un fuerte deseo de permanecer concentradas en mantener su rumbo hasta la derrota total de los terroristas y sus afines para reducir su capacidad de actuar o dañar a los ciudadanos, añadió Chimezie Godfrey.
El general nigeriano reveló que sus efectivos buscan al jefe integrista Halilu Buzu, oriundo de Buzu en la República de Níger, como parte de la persecución de cabecillas de esos grupos.
Las tropas en conjunto enfrentan a Boko Haram -Jamā’atu Ahlus Sunnah Lidda’awatih wal-Jihad- (Seguidores de la Sunnah para la predicación y la yihad, español) que considera pecado la cultura occidental y la prohìbe con mètodos violentos y que comenzó su andadura en la década de 1990.
Los especialistas opinan que esa agrupaciòn quedò formada y operativa a partir de 2002, comandada por Mohamed Yusuf, quien murió en 2009, cuando la secta enfrentó a las fuerzas de seguridad en Maiduguri, cabecera del norteño estado nigeriano de Borno.
Por su parte, el Iswap (Wilāyat Garb Ifrīqīyā o Provincia Occidental), que rompió en 2016 con la jefatura de Boko Haram, es activo en la cuenca del Chad y lucha contra los gobiernos de Nigeria, Camerún, Chad y Níger.
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