Por Orlando Oramas León
Corresponsal jefe en Montevideo
De acuerdo con el ente autónomo, en 2023 un 10,1 por ciento de la población vivía bajo niveles de pobreza, mayor a 9,9 por ciento registrado en 2022.
Pero la diferencia fue superior en la infancia. El INE constató condiciones de necesidad para 20,1 por ciento de los menores de seis años; también por encima del año anterior.
El informe impacta cuando corre la campaña electoral hacia las internas partidarias de junio y las elecciones nacionales de octubre próximo.
Las estadísticas del INE ponen a la defensiva la retórica oficial, en medio de encuestas que ponen al opositor Frente Amplio con ventaja en la intención del voto.
Los números de la pobreza hablan del “estancamiento” del modelo económico y social del gobierno de Lacalle Pou, que expertos y referentes políticos señalan que favorece a grupos económicos.
Ello explicaría números macros presentados como éxitos del Poder Ejecutivo, pero que esconden la desigual distribución de la riqueza.
Somos más pobres que en 2019, opina el sociólogo Juan Pablo Lablat, quien hace la comparación con el último gobierno del Frente Amplio.
Reconoce que de 2021 a 2022 la economía registró avances que debieron mejorar la situación de la población vulnerable. “Pero eso no sucedió”.
En declaraciones a la prensa consideró que ello se debió a la insuficiencia o ineficiencia de políticas públicas, a la par de un modelo económico centrado en el crecimiento de determinados sectores en detrimento de la redistribución.
“Es un modelo concentrador, que no distribuye y que se centra en los malla oro”, sentenció.
Para el doctor en Economía Mauricio De Rosa hay un incremento considerable de la desigualdad, cuando el actual gobierno entra en la recta final y varios de sus principales exponentes se fueron a la campaña electoral.
Entre ellos el extitular del Ministerio de Desarrollo Social (Mides) Martín Lema, ahora de vuelta al Parlamento, quien argumentó que los números de la pobreza responden a la metodología aplicada por el INE y no a insuficiencias gubernamentales.
De Rosa lo ve desde otra esquina. “Parece estarse iniciando una tendencia creciente de desigualdad”, manifestó al medio La Diaria y acotó que las acciones gubernamentales “no van en línea con la reducción de la desigualdad, más bien todo lo contrario”.
Recordó que de acuerdo con el informe “Panorama Social de América Latina” de la Comisión Económica de América Latina y el Caribe de ONU (Cepal), en 2022, Uruguay era uno de los tres países que tenía niveles de desigualdad superiores a la prepandemia.
El doctor en Economía remarcó en lo que calificó como infantilización de la pobreza, para lo cual propuso “una inversión grande” en vivienda, salud, políticas de empleo, transferencias monetarias, entre otros rubros.
Las carencias de tales emprendimientos se reflejan de diversas formas. Una de ellas es la multiplicación de los ingresos en el Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU) por causas relacionadas con la pobreza.
En los últimos tres años creció en 21 por ciento tal ingreso, aseguró la directora en representación del Frente Amplio del INAU, Natalia Argenzio.
“Es realmente preocupante. En el 2020 el motivo de ingreso por causal la pobreza era 10 por ciento y en el año 2023 esto pasó a ser de 20, o sea, se duplicó”, manifestó Argenzio.
Consideró que una de las causas fundamentales es el retiro del gobierno de los territorios. “No se trabaja la prevención. No se trabaja el acompañamiento”. En su opinión, el sistema de protección de menores de edad en situación de vulnerabilidad “está en crisis”.
“Este gobierno debió haber puesto en marcha instrumentos más potentes para atender la pobreza infantil. Y los puso en el discurso, pero no en la vida real”, refirió Juan Pablo Labat, quien señaló recortes en políticas públicas y programas sociales que contribuyeron a la exclusión social y empobrecimiento poblacional.
Coincidió en que el Mides abandonó su tarea de identificar vulnerabilidades en los territorios. “El próximo gobierno va a tener un enorme trabajo de refocalización de políticas”, avizoró.
Tales focos tienen que ver con lo que denominó “asuntos cualitativos sobre la pobreza”. Entre ellos la precarización del empleo.
Desde el Ministerio del Trabajo se asegura que aumentó la ocupación laboral y disminuyó el número de personas en el seguro de desempleo.
Creció la cantidad de empleos, pero estos son precarios y mal pagados, contrastó Labat.
Resulta una paradoja que el gobierno festeje la generación de trabajo, mientras crece la pobreza. También que aumenten las exportaciones y los dividendos económicos no se repartan con los trabajadores, jubilados y, en particular, aquellos de menos ingresos.
“Se repartió para arriba”, apostilló.
La próxima medición del INE saldrá a la luz después de las elecciones por lo que en la actual cruzada del ejercicio comicial, el tema pobreza será espinoso para el gobierno, que según el investigador pudiera acudir a una “campaña hollywoodense” para tratar de vender el éxito de sus políticas.
Sobre todo el precandidato Álvaro Delgado, quien se presenta como el continuador de la actual gestión, a la que añadirá, dice, “un segundo piso”.
Pero no hay ninguna medida exitosa. No tuvieron éxito en reducir la pobreza, subió la pobreza infantil, no mejoró la situación de las personas en situación de calle, no mejoraron las cárceles y tampoco la seguridad ciudadana”, remarcó el sociólogo.
Lo cierto es que para avanzar en tales temas se precisan medidas que requieren perdurar en su implementación. Se trata, primero, de voluntad política; también de oportunidad. Al menos el factor tiempo ya no le da al gobierno uruguayo para revertir la pobreza acumulada.
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