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miércoles 15 de mayo de 2024
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Vida Digna y Panamá posible, apuestas para 2024 (+Fotos)

Ciudad de Panamá (Prensa Latina) Para el 5 de mayo próximo, tres millones cuatro mil 83 panameños estarán habilitados a fin de decidir en las urnas a los ocupantes de poco más de 800 cargos de elección popular.

Por Mario Hubert Garrido

Corresponsal jefe en Panamá

En esa consulta definirán al nuevo presidente y vicepresidente del país, 20 diputados al Parlamento Centroamericano y 71 diputados a la Asamblea Nacional.

Con el voto elegirán además a 81 alcaldes, 701 representantes de corregimiento y 11 concejales, todos con sus respectivos suplentes para el período del 1 de julio de 2024 al 30 de junio de 2029.

Ocho candidatos, cinco a nombre de partidos políticos y tres por libre postulación, aspiran a tomar las riendas del país en el Palacio de las Garzas (sede el Gobierno).

Protagonizan esa carrera el exmandatario (2004-2009) Martín Torrijos (Partido Popular), Rómulo Roux (Cambio Democrático y Panameñista), Ricardo Lombana (Movimiento Otro Camino), José Gabriel Carrizo (Partido Revolucionario Democrático) y José Raúl Mulino (Realizando Metas y Alianza), que representan a organizaciones políticas.

Para la presidencia de la República también rivalizan, como independientes, la economista Maribel Gordón, la diputada Zulay Rodríguez y el abogado Melitón Arrocha.

Prensa Latina especificará, a partir de hoy, los ocho proyectos de Gobierno y las semblanzas de sus abanderados, temas expuestos por todo el país istmeño. Comenzamos con dos.

VIDA DIGNA

La catedrática de 62 años, Maribel Gordón, es una destacada activista social ligada a organizaciones de izquierda. En 2014 y 2019 fue candidata a vicemandataria, primero con Genaro López y luego con Saúl Méndez en la fórmula presidencial por el partido Frente Amplio por la Democracia (FAD), colectivo que ahora permanece en formación para fines electorales.

Su candidato a la vicepresidencia es el sociólogo y profesor de Economía Política en la Universidad de Panamá, Richard Morales.

El proyecto defendido se denomina Plan para la Vida Digna, según explicó a Prensa Latina, y es el resultado de un largo proceso que recoge la situación nacional y los anhelos de la población que por décadas se vieron ignorados.

De acuerdo con la catedrática, popularmente conocida como “la Profe Maribel”, en el istmo se

privilegia el crecimiento económico por encima de la satisfacción de las necesidades esenciales de la población, agudizando la exclusión y la desigualdad social.

Históricamente, apuntala su propuesta, este crecimiento se concentra en pocas familias asociadas a los grandes capitales extranjeros, y si bien existe auge económico, se carece de un desarrollo que produzca bienestar.

El crecimiento del país se basa en la ejecución de macroproyectos, la especulación inmobiliaria y la venta del patrimonio de toda la población a las élites económicas nacionales y extranjeras, con el control financiero de las grandes corporaciones y la consolidación de monopolios y oligopolios, indica su iniciativa.

También la forma de gobernar el país genera injusticia social, desigualdad, exclusión, pobreza, corrupción, descomposición moral y ética, clientelismo político, tráfico de influencias y debilitamiento del Estado.

Defensora de una Asamblea Constituyente que reforme al Estado y cambie el actual modelo neoliberal, Gordón apuesta por favorecer a los sectores productivos nacionales, lo cual permita la construcción de una sociedad verdaderamente democrática, equitativa, participativa y con justicia social.

Su proyecto apuesta además por la solidaridad humana y el respeto irrestricto de todos los derechos elementales, a partir de contar con un Estado independiente y verdaderamente soberano.

Aspiramos, señaló, a una sociedad organizada en torno a la vida humana en armonía con la naturaleza, por encima de cualquier otro criterio, que nos libera del modelo imperante desde antes de la República, que pone en primer orden el enriquecimiento de unos pocos a expensas del bienestar de las grandes mayorías.

En términos económicos, Gordón reiteró que se trata de un proyecto con acciones concretas en las esferas claves, en particular el respaldo al micro, pequeño y mediano productor.

Sobre la composición de las políticas públicas, señaló la importancia de hacer partícipes de manera directa a los sectores sociales en la toma de decisiones de los temas neurálgicos y estratégicos del país, creando los espacios organizativos necesarios para este fin.

Además, habló de programas económicos que generen empleo digno y promueven una sociedad donde la vida humana esté por encima de cualquier otro criterio.

En esa dirección llama a potenciar la articulación entre la agricultura, la pesca y la manufactura, particularmente la industria alimentaria, así como entre el sector de los servicios y el de la manufactura, lo cual garantice una alimentación con soberanía y saludable para todos.

No menos importante apunta lo estratégico del combate a la corrupción, un mal que corroe al país y sobre todo a las cúpulas de poder y de la administración hace muchos años.

OTRO PANAMÁ POSIBLE

Oriundo de Chitré, provincia de Herrera, el expresidente panameño Martín Torrijos tuvo su primer mandato de 2004 a 2009, para el cual fue electo con el 47 por ciento de los votos.

En esta ocasión, el hijo del icónico general Omar Torrijos Herrera (1929-1981), fundador del Partido Revolucionario Democrático (PRD) en 1977, pero al cual renunció tras diferencias con su actual cúpula, se propone aspirar a una segunda administración respaldada por un viejo aliado: el Partido Popular.

De 60 años, el licenciado en Economía y Ciencias Políticas basó su campaña en la experiencia acumulada y la capacidad para dirigir al país sobre la base de conquistas anteriores en materia social y económica.

Su compañera de fórmula es la exministra de Salud, Rosario Turner, quien en la administración saliente de Laurentino Cortizo (2019-2024) alcanzó notoriedad en el enfrentamiento a la pandemia de Covid-19, aunque luego fue sustituida por razones que después adversó.

Según explicó Torrijos, se trata de un plan que contiene conceptos, programas sectoriales, acciones y políticas públicas a consideración de los ciudadanos. También es una propuesta de transformaciones -llamadas cambio seguro- que el país requiere, dijo, para sacarlo de la crisis estructural y moral en la que se encuentra.

Panamá a otro nivel, según el proyecto, es el resultado de consultas por todo el istmo, aseveró.

Las estrategias claves cuentan con la participación de más de 800 profesionales y expertos de todas las disciplinas, con aportes extraordinarios de organizaciones y gremios, en talleres especiales con grupos sociales y en mesas sectoriales.

Tomamos en cuenta las múltiples recomendaciones que nos hicieron llegar diversas agrupaciones y también ciudadanos particulares interesados en dar su aporte. No hay nada improvisado ni hay una sola palabra de más en las acciones a adoptar en unos 35 sectores, agregó.

Según su compromiso de triunfar en las urnas, a partir del 1 de julio del 2024, sus políticas generarán más de 350 mil empleos formales, uno de los problemas que más afectan a los panameños.

Habló además de crear un Gobierno inclusivo, donde quepan todas las personas capaces, honestas y comprometidas con su país, un Gabinete paritario.

Atrás quedarán el país de las roscas, los amigos influyentes y los grupos de intereses, y extirpará las mafias políticas y la corrupción.

Su propuesta para la acción está enfocada en la atención en la familia, reducir la pobreza, las desigualdades y procurar el bienestar a los panameños, con una economía próspera y mayor distribución de la riqueza.

Gobernar en Panamá, según Torrijos, solo será posible a partir de una alianza social de ciudadanos de todos los sectores: jóvenes y mujeres, trabajadores y empresarios, campesinos e indígenas, afrodescendientes, profesionales, independientes, activistas comunitarios, personalidades de ciencias, artes, tecnología y miembros de otros partidos políticos.

Asimismo aboga por la integración de todo el territorio nacional conectando plenamente a las poblaciones e impulsando nuevos polos de desarrollo en diversas regiones, en lo que el Canal, como motor, tendrá un papel decisivo, al expandir sus responsabilidades y competencias.

Para Torrijos y Panamá posible es vital además reducir los gastos del gobierno en equipo e insumos, en el número de vehículos en todas las instituciones, así como los contratos de arrendamientos.

No hay excusas para que exista un Panamá rico y su gente pobre, para que se despilfarren millones de dólares mientras y a la familia no les alcanza para comer, no consigue empleo, ni tiene agua ni atención debida en las instalaciones de salud.

Un país incluyente, aseveró, pesará además por rescatar una actualizada Concertación Nacional, que funcionó en su anterior administración de 2004 a 2009.

arb/ga

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