martes 25 de marzo de 2025

La visita del papa Benedicto XVI a Cuba

La Habana (Prensa Latina) Nadie podía presagiar por aquellos días que el viaje del papa Benedicto XVI a Cuba, en marzo de 2012, sería uno de sus últimos actos de trascendencia internacional.

Por Enrique González

Colaborador de Prensa Latina

Entre el 26 y el 28 de ese mes y como parte de su segundo viaje a América Latina, Benedicto XVI realizó dos misas en este país, una en Santiago de Cuba y la otra en La Habana, y estuvo además en el Santuario de Nuestra Señora de la virgen de la Caridad del Cobre.

El Sumo Pontífice visitó a la Iglesia cubana en ocasión de su Jubileo por los 400 años de la virgen de la Caridad del Cobre y vino a Cuba como “Peregrino de la Caridad”, invitado por el Gobierno.

Un antecedente: en el mes de octubre de 2005 llegó a la isla el cardenal Tarcisio Bertone y fue recibido por el líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro. En una conversación de casi dos horas, el entonces presidente declaró a Bertone su deseo de invitar al papa Benedicto XVI a Cuba, definiéndolo como “una buena y grande persona”.

El papa acudió a Cuba para asumir y reafirmar el camino de diálogo mantenido por la Iglesia cubana, reconociendo, además, las buenas relaciones existentes entre el Estado cubano, la Santa Sede y la Iglesia católica local.

Miles de cubanos de todos los estratos sociales y credos religiosos, creyentes y no creyentes, acompañaron al Pontífice en las plazas. El papa encontró aquí estabilidad social y política, así como un mosaico religioso con libertades de expresión.

De manera previa a su llegada a la isla y durante una sesión del parlamento cubano, el 23 de diciembre de 2011, el presidente Raúl Castro saludó el viaje de Benedicto XVI:

“(…) Nuestro pueblo y gobierno tendremos el honor de acoger a Su Santidad con afecto y respeto. Los cubanos no olvidamos los sentimientos de amistad y respeto que dejó en 1998 la presencia en nuestra tierra del Papa Juan Pablo II”.

Por su parte, la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba destacó la idea que “el Papa viene a nuestro país como peregrino de la Virgen de la Caridad e invitó “a todo el pueblo a recibir al Santo Padre con el cariño y el entusiasmo de quien viene en nombre del Señor”.

Las reuniones del Pontífice con Fidel Castro y Raúl Castro se desarrollaron en “un ambiente notablemente distendido”, de acuerdo con el propio vocero del papa, el padre Federico Lombardi.

En su despedida de Cuba, el papa manifestó: “Me llevo en lo más profundo de mi ser a todos y cada uno de los cubanos que me han rodeado con su oración y afecto, brindándome una cordial hospitalidad y haciéndome partícipe de sus más hondas y justas aspiraciones”.

En tanto, Raúl Castro resaltó: “Por su decisión de visitarnos, por sus afectuosos sentimientos hacia los cubanos, que siempre recordaremos, le expreso, en nombre de Cuba y en el mío propio, nuestra profunda gratitud y aprecio”.

Benedicto XVI visitó Cuba como una continuidad del viaje de Juan Pablo II, se convirtió así en el segundo Pontífice que en tan pocos años viajaba a la isla causando sorpresa a no pocos. Su visita respondía además al resultado de un diálogo entre Iglesia y Gobierno que había creado gradualmente una confianza entre ambas partes.

arb/EG

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