Prensa Latina, La Agencia

miércoles 13 de noviembre de 2024
Search
Close this search box.
INICIO

Honor y gloria al comandante salvadoreño Schafik Hándal

La Habana (Prensa Latina) Schafik Hándal fue un hombre que por su transparencia, sinceridad, actitud intransigente pero respetuosa y digna, legal además de justa, llegó a ser considerado y admirado hasta por sus más abiertos detractores.

Por Noel Domínguez

Periodista de Prensa Latina

Esas mismas características le ayudaron en todo momento a aglutinar y a promover la unidad dentro de las diferentes fuerzas revolucionarias y progresistas que conformaron posteriormente el Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN).

Una firme convicción revolucionaria, además de ética, fue vital durante todo el proceso que tuvo lugar en El Salvador durante las negociaciones de paz para poner fin al conflicto interno y abrir espacios a la participación política de la izquierda.

Nacido en Usulután, El Salvador, el 14 de octubre de 1930, en el seno de una familia de inmigrantes palestinos, Hándal fue un intrépido combatiente conocido con el pseudónimo de “Comandante Simón”, político destacado y líder de la izquierda salvadoreña.

Fue uno de los cinco miembros de la Comandancia General que dirigió la guerra revolucionaria del FMLN desde 1981 hasta 1992.

Antes se desempeñó como secretario general del Partido Comunista Salvadoreño (1973-1994), organización que se integró con el FMLN plena y definitivamente en 1995. No fue un dirigente político común, sino un gran pensador, verdadero marxista-leninista, teórico y estudioso de la realidad de su país y de la región.

Participó en debates teóricos a los que hizo aportes sustanciales, para garantizar que los movimientos de liberación nacional, convertidos después en partidos, avanzaran por la vía legal (considerando que ya no se podía, dada la correlación de fuerzas, continuar con la lucha armada) sin perder el carácter de revolucionarios.

Muchos de sus artículos y discursos han sido convertidos en manuales, libros y otros cuadernos que abordan estos y más temas.

Hándal fue miembro de la Comisión Política y del Consejo Nacional del FMLN. Luego de la transformación del FMLN en partido político, resultó candidato a la alcaldía de San Salvador en 1994 y a la presidencia en 2003.

Entre los cargos principales que ocupó en dicha agrupación están los del jefe de la bancada de diputados en la Asamblea Legislativa de la República de El Salvador (1997-2006) y miembro de la Comisión Política de ese órgano. A pesar de que representantes de partidos de derecha trataban de tergiversar su imagen y pintarlo como “un demonio comunista”, era un hombre con una sencillez extrema, simpático y con un gran sentido del humor.

TRIBUNAS PARLAMENTARIAS ABIERTAS

Dentro de los estilos propios que impuso una vez que el FMLN pasó a la vida política, y que sirvieron para mantener la vinculación de los diputados con el pueblo, estuvieron las tribunas parlamentarias abiertas, iniciadas por él en la Plaza Cívica de San Salvador.

Estas se realizaban por todo el país y servían no sólo como intercambios parlamentarios, sino como forma de informar al pueblo del trabajo de los legisladores del FMLN y que estos vieran y conocieran a sus dirigentes.

Luchó de forma permanente por la superación política y cultural de los miembros del FMLN, de ahí que trabajó incansablemente por la construcción y el posterior perfeccionamiento de la escuela nacional de cuadros radicada en la zona de los planes del Rendero, en la capital San Salvador.

Ibis Alvisa González, entonces funcionaria del departamento América (Comité Central – Partido Comunista de Cuba) tuvo la posibilidad de asistir con él a dicha escuela, aún en fase de terminación, pero ya funcionando. Ahí comenzó a soñar despierto, a hablar del futuro y de la importancia de la superación política de los dirigentes.

“Allí con naturalidad probé de su mano las primeras “pupusas” salvadoreñas que me cautivaron de por vida. A él le gustaban todas y me consta que las había de chicharrón, queso, con frijoles, con ayote y mixtas.”, me dijo.

Porque disfrutaba de la buena comida y de la compañía de su esposa Tania, de amigos y compañeros de lucha. Tuvo una perra sata llamada Pancha, la cual quería y malcriaba con devoción. Ella asistió al entierro del can.

POR LA UNIDAD LATINOAMERICANA

Su preocupación por la unidad latinoamericana lo hizo en reiteradas ocasiones viajar a encuentros y participar activamente en las reuniones que se dieron del Foro de Sao Paulo y de la internacional socialista, entre otros encuentros.

Viajó a Bolivia en enero de 2006, impresionado por el triunfo de Evo Morales, a la toma de posesión de su gobierno y con la ilusión de reunirse allí con el Comandante en Jefe Fidel Castro y con el presidente venezolano, Hugo Chávez.

Murió al regreso, a causa de la falta de una adecuada atención médica en el aeropuerto de su país para atenderle un infarto masivo al corazón que comenzó durante el aterrizaje de la nave.

Hándal gestionó con ahínco que el proyecto de la Operación Milagro se llevara hasta su país a pesar de que en esos momentos no habían condiciones objetivas para ello -el FMLN estaba aún en la oposición y no habían relaciones diplomáticas con Cuba.

No obstante, ese proyecto se inició precisamente el 25 de enero de 2006, un día después de su fallecimiento, aunque él ya sabía que a su retorno a El Salvador tendría lugar el primer viaje de pacientes a Cuba.

También luchó con gran devoción para que jóvenes salvadoreños asistieran a la Escuela Latinoamericana de Medicina, logrando que el líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro, les facilitara 410 becas. Los primeros viajaron a Cuba en 2006.

Su última visita a Cuba fue en 2005, cuando pronunció el Primero de Mayo en la Plaza de la Revolución José Martí un discurso antiimperialista vibrante y emotivo, tras el cual recibió el abrazo y el reconocimiento público de Fidel ante la masiva concentración del pueblo cubano.

Cuando se conoció su muerte, el 24 de enero de 2006, Fidel Castro dijo emocionado ante un grupo de periodistas en la Tribuna Antiimperialista de La Habana, frente a la Oficina de Intereses de Estados Unidos: Murió con dignidad, sin claudicar, un gran capitán de los trabajadores, un gran dirigente revolucionario. Todo el mundo le rinde tributo. Un verdadero ejemplo de revolucionario.

Sus restos descansan en el cementerio de los ilustres de San Salvador, donde fue construido un monumento diseñado por el escultor Rómulo Fernández y el arquitecto Rafael Consuegra, ambos cubanos, muestra incuestionable del reconocimiento y la admiración de todo el pueblo y la Revolución cubana que tanto quiso y con la cual Schafik Hándal se identificó siempre.

arb/ndm

RELACIONADOS