Apenas unos días después de alcanzar esta categoría, en 2016, la encontré en la Ronera de Santa Cruz -perteneciente a la Corporación Cuba Ron S.A.-, donde trabaja desde hace más de 30 años, entre hileras de grandes barriles en los que se “cocina” la bebida alcohólica elaborada a partir de la fermentación y destilación de la melaza o el jugo de la caña de azúcar.
Acompañada de otros dos trabajadores cataba el líquido de uno de los toneles, con la técnica y el paladar educado a partir de la adquisición de una memoria sensorial que le permite identificar diferentes tipos de rones.
En la inmensa nave repleta de barriles, ubicados unos tras otros hasta donde se perdía la vista, sobrecogía el olor de la madera y el ambiente de camaradería y de admiración hacia esta mujer, quien asegura que la “autoridad de un maestro o maestra del ron cubano es ganada, no conferida”.
“El proceso de preparación como maestro aspirante permite consolidar conocimientos y demostrar habilidades adquiridas en etapas anteriores de trabajo y a partir de ahí se va logrando el respeto con conocimientos técnicos, con experiencia acumulada, no con imposiciones. Es de vital importancia el ejemplo personal y la disciplina en el sentido más amplio”.
Así recién me comentó Salomé cuando conversamos -por vía telefónica y correo electrónico, tal como imponen las restricciones por el enfrentamiento a la Covid-19- sobre su trayectoria profesional, los vericuetos de la labor de los maestros roneros, y las novedades y retos de esta industria que no escapa de los impactos de la crisis económica global provocada por la pandemia.
Prensa Latina (PL) ¿Qué le hizo inclinarse por esta profesión, el gusto por el ron, la tradición familiar o simplemente la casualidad?
Salomé Alemán (SA): Mi profesión es Ingeniera Química en alimentos, dentro de ella se estudian los procesos relacionados con la producción de ron y la escogí porque me resultó atractiva.
Mi incorporación a esta industria fue casual, era una de las opciones para hacer el servicio social luego de graduada y ya conocía la Ronera de Santa Cruz por haber realizado aquí una práctica preprofesional.
PL: ¿Qué camino recorrió para convertirse en la primera mujer Maestra Ronera de Cuba, una especialidad desarrollada esencialmente por hombres?
SA: El camino para obtener la categoría de Maestro del Ron Ligero de Cuba es largo y complejo, sobre todo porque no es algo en lo que uno se vaya preparando de manera consciente o planificada.
Deben pasar años de permanencia trabajando directamente en los procesos productivos, demostrar un compromiso con la producción y su significado en la cultura cubana, y mantener una conducta ejemplar dentro y fuera del centro laboral.
A partir de encontrar trabajadores que cumplan con estos requisitos, aspecto observado por los maestros del ron cubano en su radio de acción, entonces son propuestos para incorporarse al movimiento como maestros aspirantes.
En mi caso particular, estos procesos los recorrí trabajando en la Ronera de Santa Cruz, a la par de consolidar conocimientos necesarios en esta industria, como los relacionados con los Sistemas de Gestión de Calidad, Medio Ambiente e Innovación Tecnológica, entre otros, que mejoraron mi preparación integral.
Todo ello valió para ser propuesta maestra aspirante y seis años después de haber entrado al movimiento obtuve la categoría de Maestra del Ron Cubano, convirtiéndome así en la primera mujer cubana en alcanzar esta condición.
PL: ¿Otras mujeres han alcanzado esta categoría?
SA: Ya Cuba cuenta con una segunda Maestra del Ron, Noemí del Toro del Toro, excelente profesional que igualmente posee una extensa vida de entrega a la industria y labora en la Ronera de Santiago de Cuba, cuna del ron ligero.
También contamos con tres maestras aspirantes que garantizan la continuidad de la presencia de la mujer en este importante frente que es la producción ronera.
PL: ¿Qué implica esta responsabilidad? Háblenos de la labor que realiza el Maestro ronero.
SA: Primeramente, el Maestro del Ron Cubano es un guardián de tradiciones heredadas.
Tiene la responsabilidad de interiorizarlas, defenderlas y transmitirlas a las nuevas generaciones a partir de la producción de aguardiente y rones bases y la selección de barriles donde ocurrirá su tránsito por el proceso de añejamiento en cada una de las etapas que lo conforman, garantizando la tipicidad sensorial para lograr que el ron cubano mantenga la identidad que lo caracteriza en el mundo.
Los maestros definen estrategias a largo plazo para el trabajo en las bodegas de añejamiento, lo que incluye rones bases a producir, utilización y necesidades de incorporación de barriles y cuidado de los toneles más antiguos.
Velan por la calidad sensorial del aguardiente producido por su importancia en el proceso, participan de manera activa como evaluadores sensoriales, indican las mezclas de rones a realizar para las producciones, y dirigen técnicamente los procesos de diseño de equipos de filtración y la utilización de los mismos.
Además, desarrollan nuevos productos, se mantienen de manera activa en tareas relacionadas con el cuidado del medio ambiente y la innovación tecnológica, siempre garantizando el cuidado de las tradiciones.
Por otra parte, trabajan en temas relacionados con la actualización de la base reglamentaria del ron cubano y otros documentos afines.
Asimismo, garantizan la transmisión de conocimientos a los maestros aspirantes y en sentido general a técnicos y especialistas con los que labora, pues, aunque la figura del maestro es importante y decisiva, el trabajo en la industria tiene un fuerte componente de equipo.
PL: ¿Qué distingue a una marca de ron de otra?
SA: Los rones cuentan con una tipicidad propia, determinada por la categoría a la que pertenecen y por ende la participación de mezclas de rones que posean.
Existe influencia de las zonas o regiones del país en los olores y sabores de los rones que producen, condicionados por factores climáticos, tipos de barriles utilizados, bases de rones desarrolladas y la impronta del maestro que desarrolle los productos.
PL: Los saberes de los maestros roneros cubanos fueron declarados Patrimonio Cultural Inmaterial de la nación, ¿qué sustenta esta designación y qué importancia le otorga?
SA: En 2016 se realizó esta declaración a los Saberes de los Maestros del Ron Cubano y a los espacios fabriles en que se desempeñan.
Este importante evento constituye en sí un reconocimiento al legado histórico de transmisión de generación en generación de conocimientos a partir del surgimiento del ron ligero cubano en 1862 que enlaza técnicas tradicionales en su fabricación, el arte de sus mezclas, el conocimiento sensorial de cada una de las bases de rones y el aguardiente proveniente de la caña de azúcar, la protección de las bodegas de añejamiento y el aporte de cada barril.
Esta declaración significa una manera de preservar y salvaguardar la producción de ron en Cuba como un elemento cultural, independiente de su arista comercial.
El ron ligero cubano a través de su manera única y diferente de hacerse abarca todo un recorrido histórico de nuestra nación, sus mezclas, su color con diferentes matices, su aroma, su sabor, identifican a muchas generaciones de cubanos, sus mezclas étnicas y todo un desarrollo histórico cultural que data desde el descubrimiento de nuestra isla y la posterior introducción en ella de la caña de azúcar como punto de origen de la producción ronera.
PL: ¿En qué momento se encuentra el ron cubano?
SA: Se encuentra en una fase sólida y de crecimiento. Durante muchos años se ha trabajado en materializar reconocimientos que aumentan el valor intangible de las marcas de rones que producimos.
En abril de 2010 la Oficina Cubana de Propiedad Industrial le otorgó a la Corporación Cuba Ron S.A. el derecho al uso de la Denominación de Origen Protegida (DOP) para ron “CUBA“, única entidad que hasta el momento la ostenta.
Esta denominación es válida en el territorio nacional, asimismo “CUBA” se encuentra protegida como Denominación de Origen bajo el Arreglo de Lisboa relativo a la Protección de las Denominaciones de Origen y su Registro Internacional.
En estos momentos se trabaja en la culminación y presentación a las instituciones pertinentes del expediente de indicación geográfica para aumentar el alcance de esta denominación en la Unión Europea.
Se cuenta además con un Consejo Regulador del Ron “CUBA”, adscrito al Ministerio de la Industria Alimentaria e integrado por todas las roneras pertenecientes a la Corporación Cuba Ron S.A., este se encarga del control y la defensa de la DOP “CUBA”.
A partir de la Declaración de los Saberes de los Maestros en 2016 se trabaja en el aumento del alcance a Patrimonio inmaterial de la Humanidad.
Al cierre de marzo de 2020 se presentó el expediente confeccionado por un equipo de especialistas de la Oficina de Patrimonio y de Cuba Ron S.A. -que incluye a los Maestros del Ron Cubano-, a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), a fin de ser valorado por la comisión internacional existente con vistas al análisis y otorgamiento de esta condición.
Todas estas fortalezas, unidas a la indiscutible calidad del ron cubano, permitieron aumentar las asociaciones con prestigiosos líderes de la distribución de espirituosos en el mundo.
El camino que comenzó la asociación con el grupo Pernod Ricard y la creación de la Empresa Mixta Havana Club Internacional en 1993, se continuó con la creación de la Empresa Mixta Ron Santiago S.A. de conjunto con Diageo y la asociación con el grupo Moet-Hennessy.
En estos últimos años se incrementó nuestra cartera de productos, logrando incorporar nuevos surtidos a marcas ya existentes y mejorando su posicionamiento en el mercado nacional.
Este es el caso de la marca Perla del Norte con muy buena aceptación en la coctelera; se comienza con una discreta inserción de otra, Santa Cruz del Norte y, como nueva marca para el aumento de las exportaciones sobresale Eminente, producido en la Ronera Central.
PL: Ya llegó a Maestra Ronera, ¿es ese el techo o cuáles son sus aspiraciones profesionales?
SA: Llegar a alcanzar la categoría de Maestra del Ron Cubano es solo el fin de una etapa, hay que continuar superándose pues los retos tecnológicos y las fundamentaciones científico técnicas que demandan los procesos en la producción de ron son amplios, por tanto me mantengo vinculada cada vez más en proyectos de desarrollo que exigen de preparación continua.
Y en medio de la pandemia, cuando la industria enfrenta el reto de cumplir con los compromisos establecidos con los clientes, y busca ampliar la distribución y comercialización de sus productos en los mercados nacional e internacional, Salomé Alemán aporta sus conocimientos y sigue ahí, al pie del barril, como guardiana de las tradiciones heredadas del ron cubano.
arb/lpn
(*) Este trabajo contó con la colaboración de PLTV, Amelia Roque, Adriana Robreño, Yanet Llanes, Alberto Corona y la editora web Wendy Ugarte.